Mientras las aguas vuelven a tomar su cauce normal entre nosotros, recordemos algo de lo que pasó en los 38 minutos del partido entre Guerreros y Monarcas: El que parecía llevarse la tarde era Aarón Galindo, que debutaba en la liga, después de un año de descanso.
Atento, haciendo buena pareja con Felipe Baloy cubría terreno, aunque los huecos seguían entre la media y la zona defensiva. Y el mismo Ludueña seguía en esa nueva etapa corriendo como muchacho, tanto o más y mejor que el mismo Rodolfo Salinas.
Mientras que Carlos Adrián Morales, por más que se afana, no puede acoplarse al sistema que tiene ahora Cocca y que va modificando conforme al rival en turno. Lo mismo ocurre con "Chema" Cárdenas, que combina las de cal con las de arena.
Como quedan todavía más de 45 minutos de partido, habrá que recordar que Tomás Boy no tiene un equipo muy unido en torno a su persona, como lo volvimos a ver aquí, pues "El Jefe" no se mide para llamarle la atención a los jugadores que están haciendo mal las cosas.
Por ello ya antes de que se suspendiera el encuentro, muchos jugadores visitantes acusaban cansancio y enojo, lo que empezaba a aprovechar Santos gracias a la viveza de Ludueña, quien insistía en abrir el marcador por su cuenta o con el apoyo de Oribe Peralta.
Como lo que falta del partido lo sancionará Pancho Chacón y sus asistentes, Oribe debe recordar que sus fueras de lugar ya los tiene bien marcados el asistente del lado oriente. Y ojalá que en ese tiempo se le dé oportunidad desde el inicio a Darwin Quintero en lugar de Ochoa.
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