Ayer, en el superblindado Estadio Corona sólo faltó que Santos ganara para que la noche fuera una de las más hermosas que hemos vivido aquí. Rafa Figueroa en la segunda parte con su gol parecía encaminar a los de casa a su anhelada victoria pero "El Venado" Medina igualó cartones.
Tardamos en llegar hasta el estadio por el fuerte dispositivo de seguridad implementado. Las patrullas estaban por todas partes, así que las filas vehiculares eran largas pero nadie se quejaba. Ya en las cercanías había agilidad y la entrada fue como siempre, agradable.
Ahí volvimos a encontrarnos a tanta gente que el 20 de agosto buscaba guarecerse a la hora de los balazos. Marín, el que vende las cervezas, al vernos dijo alegre, "hubieran visto al licenciado Ruelas, parecía volar", y efectivamente, alas nos faltaron para escondernos.
Ya adentro del estadio todo era alegría y tranquilidad, había muchas mujeres, niños y personas mayores disfrutando de un buen partido que lamentablemente no se ganó porque el rival está jugando bien y ordenadamente, especialmente cuando tuvo el marcador en contra.
Fue emocionante ver cómo la gente, antes del partido, agitaba pañuelos blancos, mientras en la cancha eran soltados albos globos, unos se tomaban de las manos aún sin conocerse y otros elevaban oraciones por la paz que tanto anhelamos en estas tierras. Al oscurecer apareció la Luna más hermosa.
Lalo Rergis puso muchos laguneros, y fue uno de ellos, Rafa Figueroa, quien anotó el gol lagunero, mientras Osmar Mares, Rodolfo Salinas, Oribe Peralta y todos los demás lucharon por el triunfo. Un helicóptero negro sobrevoló mucho tiempo el Territorio y al salir todos lo hicimos en paz y contentos.
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