Otro valioso triunfo en la época de Benjamín Galindo, ahora de 1-2 ante el Puebla y en la misma Angelópolis, pero cómo hizo sufrir ese abrazo de Oribe Peralta a Riascos, que costó un penal cobrado por el mismo colombiano para acortar distancia después que Santos ganaba por dos goles.
Los de la Comarca batallaron al principio con el acoso de los de La Franja, que insistían ante Oswaldo por abrir el marcador, pero unas el arquero, que sigue enrachado, y otra su poste impidieron que los dirigidos por Sergio Bueno se fueran adelante, y luego el pasto de la cancha que dañaba a los laguneros.
Pero sería el colombiano Darwin Quintero, sacado de la banca por "El Maestro", el encargado de abrir el marcador ya en tiempo de compensación, y luego, al reanudarse las acciones, una jugada de Christian Suárez robando el balón a Luis García propició la jugada del gol del triunfo de Oribe Peralta.
Lamentablemente el mismo "Cepillo" puso en peligro el triunfo al abrazar con descaro dentro del área a Duvier Riascos, marcando el silbante Flores el penal que convirtió el mismo colombiano. Y en adelante los de La Franja presionaron sin descanso pero también sin éxito.
Ya en la banca lagunera, Adomaitis y Héctor López asumieron sus papeles ayudando a Galindo y dejando la comodidad con la que regresaron a la Comarca. Se les vio por fin pizarra en mano, reclamando al cuarto oficial o dando indicaciones a los jugadores de cambio.
Falta sólo que el profesor Otavio Duarte ponga en buena condición física a algunos jugadores que ya estaban en la hamaca y han aumentado de kilos, lo que se nota en la segunda parte. Por lo demás, el equipo lagunero sigue mejorando aunque aún le falta.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx