Benjamín Galindo y sus auxiliares impidieron ayer que Santos Laguna terminara mejor lo que había empezado bien, pues los exjugadores santistas que ahora están en el banquillo técnico hicieron ajustes que echaron a perder un triunfo que parecía inobjetable cuando iban 0-2.
Era realmente sorprendente para todos que temprano ya el equipo de la Comarca estuviera arriba con gol de Baloy, y luego el lagunero Oribe Peralta remachaba con otro gol, y así siguieron los verdes dando un concierto de buen futbol y de compañerismo.
Pero después Darwin Quintero, para variar, falló una gran oportunidad en una de sus clásicas descolgadas, lo lamentaríamos después, porque al minuto 60 Benjamín Galindo tuvo la ocurrencia de sacar a Ludueña y meter en su lugar al rey de la indolencia, Chema Cárdenas.
Quienes veíamos el encuentro coincidimos en que las cosas cambiaron para empeorar y once minutos después José María Cárdenas fue expulsado y el mundo se vino encima para Santos. Los chiapanecos empezaron a adueñarse del balón a ir con insistencia al frente.
Y vendría el primer gol aprovechando que nadie marcaba a Jackson Martínez, y ya en tiempo de compensación Arizala haría el del empate. Para entonces Christian Suárez lucía tan cansado que un balón que llegó a él no lo pudo ni tocar por estar de rodillas en el césped.
Esta inseguridad que ha confirmado Galindo y su equipo tiene inquieta a la afición lagunera, lo hemos comentado con insistencia. Ojalá entiendan que hay gente que ya no tiene que estar en el equipo desde esta liguilla para darle oportunidad a novatos que muestren responsabilidad y entrega.
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