Este era un gato, con los pies de trapo y los ojos al revés... Este era un... O sea que es el mismo cuento, repetido una y mil veces. Y cuando hablamos de los imponderables del deporte, del futbol, no es que nos jactemos de sabios, técnicos o muy conocedores. Nada de eso.
Simple y sencillamente hemos vivido mucho y aprendido tanto que conocemos la historia de la humanidad, que se comporta igual en diferentes ciclos, circunstancias o tiempos. Así dijimos aquí. Vamos a ir a la liguilla pero van a aparecer las lesiones, las expulsiones, los errores, etcétera.
Esto ha dañado a Santos Laguna, lo sabemos todos, pero alguien le tiene que poner el cascabel al gato e interesarse en el tema para sancionar o castigar a los infractores de siempre, a los indolentes, a los que cobran mucho y desquitan poco.
Las expulsiones de Cárdenas, las de Baloy, el comportamiento y personalismo de Darwin, las fallas de Hoyos, etcétera, etcétera, ¿tendrán castigo? Nadie olvida que Santos estuvo a punto de ganar otros dos títulos y por errores no se lograron, ¿qué pasó? Nada, absolutamente nada.
Santos Laguna aspira a ser grande siempre, no en ratitos, lo merece una gran afición para la que pedimos e insistimos mucho tiempo en que tuviera un estadio digno. Ahora vamos hacia atrás para pedir que la afición tenga un equipo que corresponda a su apoyo y entrega.
Integrado sólo por profesionales, por gente que venga a morirse en la raya, no a cobrar y a burlarse de los miles de espectadores. No se vale que sigamos tolerando el mismo cuento de siempre, el de este era un gato con los pies de trapo, y no pongamos solución.
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