Perdió Santos ya una batalla, en esta final, mas no la guerra, pues el balón seguirá rodando en el Volcán, donde deberá empezar a surtir efecto esa larga plática que inició Benjamín en el medio tiempo del jueves en el Corona y debe continuar hoy y mañana, antes del juego de vuelta.
Y es que ese cuento de este era un gato, con los pies de trapo y los ojos al revés, no deben olvidarlo nunca ni técnicos ni jugadores, volver a repetirles lo caro que cuestan los errores, las tarjetas amarillas y muchísimo más las rojas, cuando la concentración debe estar al máximo.
Aunque ya trae cargado un tanque de oxígeno, el equipo de la Comarca aún vive y tiene que sacar fuerzas de su flaqueza, de su defensa tan endeble, para dar el último tirón, organizarse por fin y buscar esa cuarta corona que parece ya tiene lugar dónde quedarse en la Sultana.
Antes, Gallos Blancos le puso a Tigres en bandeja con un autogol el pase a la gran final, y ahora Santos con sus fallas defensivas y con la expulsión de un hombre tan experimentado le está poniendo casi la corona, sin hacer los regios muchos méritos en estos últimos partidos.
Pero así es el sistema de Tuca Ferreti, perruno, zorruno, dirían otros. No se sale de su estilo, con su tranquilidad dominando las acciones, marcando bien y defendiendo mejor, sobre todo ante equipos sueltos como Santos Laguna.
La última batalla no está perdida, y creemos que entre los jóvenes que se han asomado en este torneo hay elementos para utilizar en el encuentro de vuelta, ahora que los veteranos y de la experiencia están fallando.
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