EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Un político enamorado

GILBERTO SERNA

"¡Oh!, amor poderoso! Que a veces haces de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia". Esta frase encierra un hallazgo filosófico de que bien puede ser que el amor logre frenar los cerriles instintos del ser humano convirtiéndolo en manso corderito o darles curso libre para forjar el destino de un hombre junto a una mujer. "Amor es el pan de la vida, amor es la Copa Divina, amor es un algo sin nombre que obsesiona al hombre por una mujer". El amor es el sentimiento más humilde y maravilloso de este mundo. Si no existiera, simplemente no estaríamos en este mundo. El amor puede ser un arroyuelo en la sierra, que se mueve perezoso por entre los árboles o un torrente impetuoso que arranca a su paso las raíces de la misma vida. El amor es remolino de pasiones o franco remanso donde reposan las emociones." Amor, amor, amor, nació de Dios para los dos, nació del alma", quién no ha sufrido los duros cardos del amor, que se niegan a un enamorado o los celos cegadores del hechizado que no se siente correspondido. El amor es un sentimiento que mueve al universo, como un trapo viejo es atrapado por los cuatro vientos. En el amor hay dos corazones latiendo, al unísono, como uno solo.

Marcelo Ebrard luce cara de enamorado. Él confiesa que está loco de amor. A sus cincuenta y pico, Cupido lo ha flechado como adolecente. Y todo parece que, como luego se dice, la tercera es la vencida. Es una persona que se las ha visto duras. Lo veo caminando en saco y corbata. A su lado se observa, de lentes, barba y bigote, dando la impresión de que le gusta el chocolate sopeado, al destituido Martín Batres que tenía el cargo de secretario de Desarrollo Social, en el gabinete de Ebrard. Ambos políticos saben de peores tiempos. Cuando hacían la talacha en el ayuntamiento de la Ciudad de México. Desde entonces tenían sus diferencias. Hoy de plano Marcelo decidió cortar por lo sano. Si obró con sapiencia, el tiempo lo dirá. Batres había sido cuestionado, se dice, por una reportera de radio (Carmen Aristegui) sobre la asistencia de Ebrard al mensaje de Calderón y el saludo entre ambos. A lo que Batres respondió: "Te lo digo con claridad, Felipe usurpó la Presidencia de la República. Yo en lo personal no lo he reconocido nunca como presidente. Yo voy a defender el proyecto por el que he luchado toda mi vida. Yo soy un militante de izquierda desde siempre y creo que es muy importante la lealtad a la gente".

Quizá Marcelo recordó los versos de José Martí: "Cultivo una Rosa Blanca, en junio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo, cultivo una Rosa Blanca". Creo que Marcelo obró correctamente al estrechar la mano del Presidente; la mano no miente, un apretón de manos entre políticos no significa otra cosa que una simple muestra de civilidad. Un estirar el brazo no origina una deslealtad, si no está acompañado de otras muestras que den lugar a pensar que hay una frívola devoción. Haya sido como haya sido, es el Presidente de México, a quien él saludaba. Es una grosería no corresponder a su galantería. Seamos serios, por favor. No puedes desairar a quien limpiamente te otorga su mano, con el único fin de mostrar su respeto. No cuesta gran cosa ser educado, cuando se trae desde la cuna. Las manos enseñan la intención de las palabras.

En la última vez que estuvo cerca, pude percatarme de que Marcelo sufre de de una evidente alopecia androgénica. Que le dejó al descubierto que hay una falta de pelo en la parte frontal de la cabeza donde comúnmente se hayan lo que llamamos entradas. Generalmente los individuos se resisten a verse desnuda la parte frontal de cráneo por lo que para no verse caducos realizan diversas maniobras dirigidas a ocultar su alopecia. El término lo describió un dermatólogo francés, señalando que la palabra alopecia deriva del griego alopex, en español Zorro, debido a que este animal cambia de pelo dos veces al año. Es de todos sabido que dichas personas asumen el papel de puntos de referencia en cualquier reunión o evento. Se dice coloquialmente: "ahí de donde esté ese "pelón" (persona sin pelo, equivalente a calvo) cinco sillas más adelante". Es fácil detectarlos. Para disimular ese defecto, presumiblemente es el caso de Ebrard, recurren a diversos artificios uno de los cuales, el más común, es el de acumular el cabello de la parte de atrás en mechones hacia delante, en que coquetamente se deslizan cabellos de la retroguardia hacia un campo infértil. En fin es lo que se dice en el argot citadino, un político debe peinarse con porte, distinción, elegancia, garbo y buen gusto, aun cuando sea de prestado.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 659979

elsiglo.mx