Sin avances. El artista fue testigo de las demandas que se hicieron al gobierno de Díaz Ordaz, sin embargo considera que la calidad política en el país no ha cambiado mucho desde entonces.
A Alonso Licerio se le hace un nudo en la garganta, lleva su mano derecha a la cara y trata de respirar cuando recuerda la tarde del 2 de octubre de 1968; los recuerdos hacen que por un momento su voz se corte y sus vivencias regresen de golpe.
El ahora profesor de la Universidad Iberoamericana en Torreón fue testigo del movimiento del 68 y posterior masacre de Tlatelolco, un momento en la historia que marcó su vida de muchas formas, hoy hace un recuento y analiza el porqué de esa situación.
"Todavía me afecta mucho... Gustavo Díaz Ordaz es una de las páginas más negras que ha tenido este país, fue algo trágico y muy doloroso", comenta el profesor.
Licerio fue uno de los dibujantes de carteles para el Instituto Politécnico Nacional, durante los meses de agosto y septiembre fue víctima de hostigamientos y amenazas por parte del gobierno.
Sin embargo fue la tarde del 2 de octubre la que marcó su forma de ver al gobierno y la sociedad.
Durante la llegada de los tanques militares a la plaza de las Tres Culturas el joven Alonso Licerio se encontraba acompañado de compañeros universitarios, al entrar en los detalles de lo que siguió suspende su narración.
"Ha pasado mucho tiempo y sólo recuerdo aquellas escenas", comenta con lágrimas en los ojos el artista.
CAMBIOS LENTOS
Hoy se cumplen 43 años de la matanza de más de 400 alumnos en la plaza de Tlatelolco, el artista recuerda las exigencias que se le hacían al gobierno de entonces y los cambios políticos que se siguen pidiendo en todo el país, siendo la participación social el factor que Licerio resalta.
"Nosotros nacimos en esa generación y fuimos parte de ese último gran movimiento mexicano... era una efervescencia que se contagió de todo el mundo... la diferencia fue que el gobierno nos aplastó y hoy la gente no exige lo suficiente".
Desempolvando algunos grabados recuerda la historia detrás de cada uno, narra la manera en que fueron acusados de "conspirar contra el gobierno" y obligados a destruir mucho de su trabajo.
"Me da mucha tristeza ver que no se cumplen muchas de las exigencias sociales aún, los cambios han sido muy lentos y la gente no se involucra en la política... es muy poca la educación que se tiene como para exigirle al gobierno ese salto democrático", señala el profesor al ver una fotografía de ese día.
