Doctor en Casa

Un trago amargo

En estas posadas piénsalo dos veces antes de beberte tu salud

Un trago amargo

Un trago amargo

Primitivo González

En la época Navideña las posadas se multiplican, pero en ocasiones las reuniones que deberían ser alegres se tornas amargas cuando alguien se toma unas “copitas de más” y termina con la fiesta. Más allá de la “cruda moral” que al día siguiente puede causar una borrachera existe el riesgo latente de sufrir serios daños de salud.

El gusto por las bebidas embriagantes puede convertirse en un serio problema para algunas personas que de manera gradual llegan al alcoholismo, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una enfermedad progresiva, crónica y mortal. Datos recientes de la Secretaría de Salud indican que cuatro millones de mexicanos abusan o tienen dependencia del alcohol.

El médico lagunero, Adel Charara Elías, expone que el alcohol en moderadas cantidades tiene efectos psicotrópicos que las personas encuentran placenteros, además es un estimulante del apetito, tranquilizante y sedativo. Estos efectos y la deshinibición, seducen y hace exagerar el consumo, lo cual se traduce en detrimento de interacciones sociales e interpersonal, aunado al daño orgánico que se puede producir.

Existe una experiencia de milenios, añade el médico, de que la persona que bebe alcohol de manera crónica o consuetudinaria y en forma exagerada, es pronta a desarrollar una gran variedad de trastornos físicos y mentales. El daño hepático está reportado tanto en el que toma gran cantidad diaria, como en la duración del abuso alcohólico.

Actualmente más de cuatro millones de mexicanos, presentan abuso o dependencia al alcohol; de éstos tres y medio millones, son hombres y más de medio millón son mujeres.

La mujer, explica Charara Elías, es más susceptible al daño hepático que el hombre. Las mujeres bebedoras desarrollan daño hepático en edad más temprana en promedio, tienen alto grado de mortalidad y mayor daño agudo.

Una onza (30 mililitros) de wiskey contiene diez gramos de alcohol, en tanto que un "six pack" contiene cerca de 76 gramos de alcohol, en tanto que una botella de vino de mesa de 750 ml, tiene cerca de 72 gramos de alcohol. El consumo diario de estos, o la combinación por un largo período, pone a la persona en riesgo de sufrir un serio daño hepático.

Además de los problemas en la salud de las personas alcohólicas, hay otras consecuencias como la violencia y accidentes de tránsito, que como verdadero problema de salud pública, es la principal causa de muerte en el país.

En México, de los cerca de 120 millones de habitantes, 60 millones fluctúan entre las edades de 12 a 35 años, lo cual significa que la población en México es joven de manera eminente y la repercusión del alcoholismo merma la fuerza laboral del país.

La intoxicación

Las pruebas del alcoholímetro pueden determinar el grado de intoxicación de la persona y cuando el ebrio vomita, significa ya cierto grado de intoxicación que es rechazada por el organismo. Hay algunos tratamientos caseros que pueden funcionar cuando la persona está ya intoxicada, como puede ser tomar café o incluso un baño, entre otros.

Por otro lado, el alcohol tiene un efecto bifásico sobre el cuerpo, lo cual significa que sus efectos cambian con el tiempo. Al principio, por lo general el consumo de alcohol produce sensaciones de relajación y alegría, pero el seguir tomando puede llevar a tener visión borrosa y problemas de coordinación. Las membranas celulares son muy permeables al alcohol, así que una vez que el alcohol está en el torrente sanguíneo, se puede esparcir en casi todos los tejidos del cuerpo.

Riesgos de la intoxicación

Tras el consumo excesivo puede aparecer la inconsciencia y niveles extremos de consumo pueden llevar a un envenenamiento por alcohol y hasta a la muerte (una concentración en la sangre de 0.55% (5 gramos de alcohol por litro de sangre) podría matar a la persona por paro cardiorespiratorio tras afectación bulbar. La muerte puede también ser causada por asfixia si el vómito, un resultado frecuente de la ingesta excesiva, obstruye la tráquea y el individuo está demasiado ebrio para responder. Una respuesta apropiada de primeros auxilios a una persona inconsciente y ebria es ponerla en posición de recuperación.

Cuando el alcohol llega a la sangre (entre 30 y 90 minutos después de ser ingerido) se produce una disminución de los azúcares presentes en la circulación sanguínea, lo que provoca una sensación de debilidad y agotamiento físico. Lo anterior es debido a que el alcohol acelera la transformación de glucógeno (una sustancia que se encarga de almacenar el azúcar en el hígado) en glucosa y ésta se elimina de forma más rápida.

Otra acción del alcohol es que inhibe a la vasopresina, una hormona sintetizada por el hipotálamo y luego liberada por la neurohipófisis. Esta hormona es la responsable de mantener el balance de los líquidos en el cuerpo, ordenando al riñón que reabsorba agua de la orina. Si la función de la vasopresina falla el riñón empieza a eliminar más agua de la que ingiere y provoca que el organismo busque el agua en otros órganos. Esto provoca que las meninges (membranas que cubren el cerebro) pierdan agua y por tanto aparezca el dolor de cabeza.

Cómo beber con moderación

El Consejo Nacional Contra las Adicciones nos da algunas recomendaciones para beber con moderación, y así disfrutar de las fiestas navideñas sin poner en riesgo nuestra salud.

1.- Decide si vas a beber alcohol o no, antes de llegar al lugar de la reunión, comida, evento, etc.

2.- En caso afirmativo, no te sobrepases, recuerda que el consumo moderado para el hombre son 4 copas o menos por ocasión y para la mujer 3 copas o menos por ocasión.

3.- No consumas más de una copa por hora.

4.- Alterna el consumo de bebidas con y sin alcohol. Bebe poco a poco.

5.- Si tienes mucha sed, no empieces por una bebida alcohólica.

6.- Cuando no estés bebiendo, deja el vaso en la mesa, no lo sostengas en la mano todo el tiempo.

7.- Ingiere alimentos con las bebidas.

Fuente: Programa contra el alcoholismo y el abuso de bebidas alcohólicas / Consejo Nacional Contra las Adicciones.

DAÑOS

Beber en forma excesiva causa:

Gastritis, úlceras, hemorragias.

Cáncer de boca, esófago o estómago.

Cirrosis hepática o hepatitis.

Anemia y agudiza la diabetes.

Hipertensión, infarto, arritmias cardiacas.

Pancreatitis.

Alucinaciones, psicosis, demencia, trastornos de memoria, hemorragia cerebral y dificultad para caminar.

Depresión, suicidio.

Violencia intrafamiliar.

Ausentismo y bajo rendimiento laboral.

Problemas interpersonales.

Accidentes, riñas, actos violentos.

Facilita el consumo de otras drogas.

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