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Alejandro Moreno Valadez no tiene una tarea fácil al quedarse, aunque sea por el momento de manera interina, al frente de la Fiscalía de Durango tras la renuncia de Ramiro Ortiz Aguirre.
El exfiscal argumentó cuestiones personales y presentó su renuncia al Congreso de Durango el pasado lunes. Ortiz Aguirre deja el cargo semanas después de que en la entidad se encontraron siete fosas clandestinas con 240 cadáveres.
Como era de esperarse el exfiscal negó que su renuncia estuviera motivada por acciones jurídicas en su contra; también negó que fuera consecuencia de la detención de siete elementos de la Dirección de Investigación de Delitos (DID), ocurrida a finales de mayo.
Ramiro Ortiz Aguirre entrega el puesto con saldo negativo, porque además del escándalo de las fosas clandestinas también se habían disparado otros delitos. Por ejemplo, Durango ocupa el segundo lugar nacional en secuestros, sólo por debajo de Chihuahua.
El exfiscal también deja a Durango en el séptimo lugar nacional en cuanto a denuncias de homicidios se refiere en 2011. Robos a vehículos, a casa- habitación y a transeúnte también se dispararon durante su gestión y, por supuesto, pocos delitos fueron resueltos.
Mientras el gobernador Jorge Herrera, presenta una propuesta al Congreso para nombrar un nuevo fiscal, Alejandro Moreno tiene un fuerte reto al ocupar la silla de la fiscalía la cual recibe con una pesada herencia. Por cierto, Ramiro Ortiz era de los funcionarios que heredó el exgobernador Ismael Hernández Deras a la actual administración y que como vemos, no dieron buenos resultados.
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