Una de las principales asignatura pendientes que debe resolver el gobernador electo, Rubén Moreira, en su próxima administración es la de generar empleos de calidad en La Laguna, como consecuencia de una eficiente promoción que atraiga inversiones importantes a Torreón.
En el sexenio que termina hubo una sequía de inversiones a La Laguna, mientras que en otras regiones del estado, particularmente en Saltillo y Ramos Arizpe, la derrama de inversiones fue abundante. La Laguna de Coahuila recibió 575 millones de dólares en inversión privada, según datos del Gobierno del Estado y en contraste la Región Sureste que comprende Saltillo y Ramos Arizpe recibió 6,122 millones de dólares. La Región Centro recibió 1,137 millones de dólares.
En la Región Sureste las principales inversiones han sido industrias como Daimler y Freightliner, que instalaron una planta de motores y una de camiones, respectivamente.
Las mayores inversiones en Torreón en los últimos años fueron el Territorio Santos Modelo y una planta de derivados lácteos, cada una con valor de poco más de 100 millones de dólares. Inversiones, que según algunos empresarios, se hubieran realizado aun sin la promoción del Gobierno Estatal porque ya estaban proyectadas por las mismas empresas.
Ante esta sequía de inversiones, algunas voces empresariales piden la creación de una Secretaría de Fomento Económico para La Laguna. No es la primera vez que surge esta inquietud, pero el pasado viernes Antonio Gutiérrez Jardón, presidente de la Canaco e integrante del Grupo empresarial de La Laguna (GEL), afirmó que las cámaras presionarán para la creación de esta dependencia.
Gutiérrez Jardón explicó que la propuesta será que el titular sea una persona de La Laguna y que se tenga un presupuesto independiente a la Secretaría que hay en Saltillo, que conozca la región, que tenga presupuesto para obras, para resolver problemas, que conozca las necesidades de industria y comercio para atraer obras e inversión.
La propuesta es interesante, pero vale la pena cuestionarnos si el incrementar la burocracia realmente traerá beneficios a La Laguna. Ahí tenemos el ejemplo del Secretaría de Desarrollo Regional que fue creada con el supuesto objetivo de dar mejor atención a los ciudadanos y traer más beneficios a la región, ¿en realidad se cumplió? Ante los nulos resultados algunas voces, también de empresarios, se han manifestado por la desaparición de dicha Secretaría.
En este ese escenario vale la pena cuestionarnos si el crear una nueva dependencia es la solución para que lleguen las inversiones. ¿No estaremos volviendo (si es que alguna lo dejamos) al paternalismo? Es cierto, el Estado debe promover a Torreón, pero también el Municipio y la clase empresarial deben hacer su tarea.
Sobre todo si tomamos en cuenta que para el investigador del CIDE, Enrique Cabrero, actualmente las ciudades son los motores del desarrollo económico, ya que: "en las ciudades se establecen los acuerdos para la integración de empresas".
No debemos olvidar que cada ciudad tiene cierta dotación de recursos y su progreso depende de la productividad con la que los empleen.
Para algunos autores la competitividad en las ciudades es un proceso de generación y difusión de competencias, el cual no sólo depende de factores microeconómicos, sino también de los factores que ofrece el territorio para facilitar las actividades económicas.
Es decir, las ciudades son generadoras de un entorno propicio para la generación de actividades económicas.
No debemos olvidar que son muchos los actores que puedan atraer inversión, servicios de punta y mano de obra calificada. Para que una ciudad sea competitiva debe haber un trabajo de equipo donde estén presente las autoridades, los empresarios, incluso sindicatos y universidades.
Son varios los autores que afirman que las políticas que promueven la competitividad de alguna región implican un alto grado de coordinación entre actores involucrados. A las autoridades locales les compete jugar el papel de articulador de los diferentes intereses en juego y es cierto, así lo indican las cifras, ha habido un trato desigual, pero ¿qué plan han propuesto las cámaras empresariales para atraer inversiones o simplemente para exigir un trato justo al Gobierno Estatal cuando la desunión en el sector empresarial es por desgracia una de sus características?
Es necesario preguntarnos de los beneficios que traería el crear una Secretaría de Fomento Económico, ¿en realidad es la solución de todos los males?, ¿es necesario aumentar la burocracia o basta que el nuevo encargado de Fomento Económico haga su chamba con ética y equidad? A estos cuestionamientos hay que sumar el hecho de que como Región Laguna estamos todos obligados a poner nuestro granito de arena para en realidad ser una zona competitiva.
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