Salen a las calles. Miembros de una organización cristiana de Torreón ocuparon una parte del bulevar Independencia este sábado para llevar un 'mensaje de fe y esperanza' a los automovilistas.
Cuando el semáforo marca el alto los más de cien miembros de su comunidad se acercan a los coches a preguntar: "¿Tienes un minuto para reflexionar?".
Norma observa a familiares, amigos y compañeros de su congregación cristiana, quienes salieron de su templo este sábado uniformados y con pancartas que invitaban a "creer en Dios".
"La situación que vivimos actualmente es muy difícil, hay mucha violencia y falta de valores en general... hacemos esto para recordar que existe esperanza y que no todo está perdido", comenta Norma, mientras se cubre el sol con una manta.
Su comunidad religiosa acordó desde hace unas semanas organizar una campaña pública para anunciar la "Buena Nueva" de la Biblia entre las personas de las calles, ante este reto decidieron elaborar pancartas y leyendas que pudieran convencerlos de integrarse a sus creencias y "salvar la región".
"Todo lo malo que pasa en este mundo es porque existe gente que no cree en Dios, gente que no le teme a su poder y hacen lo que quieren... si todos creyeran no existiría personas malas", comenta otro miembro mientras lamenta que los conductores le cierren la ventanilla.
El templo cristiano "Pacto de Gracia" al que pertenecen se encuentra sobre el bulevar Independencia de Torreón, mismo que luce con bocinas y carteles de colores donde se lee "La oración te salvará" o "Tómate unos minutos para orar".
Conforme el tráfico aumenta después del mediodía, Norma y sus compañeros deciden comenzar a mostrar sus carteles a las afueras de su templo, donde cada peatón es invitado a "visitar" sus ceremonias y formar parte de la organización.
Niños, mujeres, personas de la tercera edad se quedan sosteniendo sus respectivos letreros durante una hora más hasta que el calor y el cansancio los hacen ceder.
Pedro, otro de los miembros de la organización, dijo que es la segunda vez que se realiza una actividad similar, misma que resultará suficiente para cambiar el mundo "si Dios lo quiere".
"Nosotros no nos dedicamos donar cosas o juntar dinero para otras personas, Dios sabe por qué hace las cosas y nosotros como sus hijos debemos aceptar y hacer oración", dice Pedro con una sonrisa en el rostro y una manta en las manos.
En otro punto del bulevar y bajo una sombra, Norma intenta platicar con una joven que espera el autobús en una de las paradas, a pesar de que intenta cubrirse los oídos con unos audífonos, Norma logra obtener su atención unos segundos.
"Deberías de tomarte por lo menos tres minutos para hablar con Dios", le sugiere a la joven quien sólo sonríe antes de moverse dos metros lejos de Norma.
PROMETEN MÁS
Cuando los miembros se encuentran reunidos en su totalidad a las afueras del templo, una voz en las bocinas agradece alegremente al "Creador" por el "éxito obtenido" y advierte más acciones en el futuro: "Un día vamos a ser el doble y si llegamos a un corazón más habremos cumplido con la misión que se nos otorgó".
Al terminar este comentario los fieles vestidos de rojo aplauden y dan la espalda al ya muy congestionado tráfico.
"La meta es que seamos muchos más y que podamos llegar a más corazones, no se le obliga a nadie pero nos gustaría que nos acompañaran", dice Norma.