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Una próspera comunidad en Torreón

EN 1911, LA COMUNIDAD CHINA DE TORREÓN ERA LA MÁS NUMEROSA DEL PAÍS

Desarrollo económico. El edificio Russek, hoy en restauración, fue sede del Banco Chino Wah Yick.

Desarrollo económico. El edificio Russek, hoy en restauración, fue sede del Banco Chino Wah Yick.

ROBERTO ITURRIAGA

Hacia el final del siglo XIX el país se encontraba configurado en una gran variedad de sectores sociales, razas, subculturas y hasta creencias religiosas, convirtiendo el ambiente público en un escenario donde todas las posibles diferencias se hacían tangibles en actos de dominio, represión y censura.

Uno de los tantos sectores que formaban parte de la dinámica mexicana de la época era la comunidad china, en su mayoría migrantes o descendientes de éstos que buscaban un nuevo lugar para vivir y desarrollarse económicamente.

La migración de ciudadanos chinos en el país tiene sus primeros antecedentes en la época virreinal, durante el apogeo comercial de la Nueva España (1600-1800).

Los barcos mercantes realizaban recorridos en distintos países para ofrecer los productos extraídos del suelo mexicano. Estos barcos, conocidos como galeones, llevaban sus productos a zonas de alto intercambio como Pekín, Hong Kong y Taipei.

Sin embargo, estos tratos comerciales no se limitaban a productos, por lo que no pasó mucho tiempo para que los habitantes de estas zonas ingresaran al territorio nacional, ya fuera como esclavos o como parte secundaria de la explotación de los recursos (tratándose de la clase media).

Hasta 1720 los conteos de población establecían poco más de 300 ciudadanos chinos, todos ellos distribuidos en pequeñas comunidades de estados como Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Durango, principalmente por el apogeo de actividades mercantiles y de intercambio de servicios.

Entre las principales actividades que desarrolló esta población se encontraban los servicios de limpieza, mercería, costura, joyería, alfarería y artesanías propias en general; todas reguladas mediante impuestos por el Gobierno español y sus políticas peninsulares.

Debido a la escala de razas que se estableció en el país durante el Virreinato, la comunidad china fue relegada a un nivel sólo por encima de indígenas y personas de raza negra, es decir, no contaba con derechos de tierra mayores a las viviendas, el pago de impuestos al Gobierno mermaba las ganancias e inclusive ocurrían violaciones constantes a los derechos humanos.

"La creencia de que los chinos no tenían alma viene desde la época de la Colonia, la Iglesia Católica se encargó de difundir esta imagen negativa de indígenas y chinos para establecer un dominio en base a la raza... era racismo puro", comenta Sergio Antonio Corona, cronista oficial de Torreón.

Esta creencia no sería erradicada del país en casi cien años, por el contrario fue alimentada con pensamientos xenofóbicos de grupos ultra conservadores y ultra nacionalistas, quienes veían una potencial amenaza para el "mejoramiento de la raza".

"Los braceros chinos, esos 'feos, ateos, viciosos y sucios' a los que la desinformación occidental de principios de siglo se encargó de convertir en prototipos de la 'barbarie asiática'", dice Juan Puig, historiador de las culturas china y mexicana.

Durante los primeros años de vida independiente en el país, las incipientes comunidades chinas en el país fueron objeto de agresiones menores, tales como asaltos a negocios, saqueos a sus comercios y en algunos casos asesinatos que en la mayor parte de los casos no eran castigados por las leyes.

"Con la llegada de los liberales (c. 1850) se detonó el factor del racismo en muchas ciudades de provincia en las que se asentaban los chinos... creían que le hacían un daño a la nación y a la raza mexicana", asegura el historiador Sergio Corona.

 MÉXICO ABRE SUS PUERTAS

Esta tendencia fue adoptada como política de Gobierno en la etapa del Porfiriato (1877-1911). El presidente Díaz realizó la mayor apertura comercial, económica y tecnológica desde el periodo virreinal, la inversión extranjera fue uno de los pilares de la economía y la migración de extranjeros al país fue una consecuencia.

Entre los principales capitales que invertían en México se encontraban los franceses, ingleses y alemanes, todos éstos apoyados con exención de impuestos por parte del Gobierno y un alto intercambio cultural, reflejado en la arquitectura y las artes de la época porfiriana (edificio Arocena, hotel Galicia), sin embargo eventualmente llegaría la migración de otras culturas como la china sin los mismos beneficios.

Esta situación se vería reflejada eventualmente en la Comarca Lagunera, una zona en expansión que adoptó rápidamente a inversionistas europeas para el desarrollo de comercios, vialidades, industrias y servicios.

Para 1890 el modelo porfiriano se encontraba en apogeo dentro de Torreón, la población se había expandido de menos de 6 mil en 1850 a 11 mil habitantes para 1900, además albergaba a la comunidad china más grande del país con casi 900 habitantes, hecho que despertó inconformidad entre locales y europeos.

"No era posible que esos chinos, 'portadores de la peste', tuvieran tanto éxito... la verdad es que ellos sólo se dedicaban a trabajar en sus locales y los hicieron prosperar, tanto que se les tuvo una gran envidia", platica el cronista de la ciudad.

Las preferencias porfirianas por la cultura europea sobre otras como la asiática tienen una de sus bases en pensamientos filosóficos como el de Friedrich Nietzsche, quien basó sus ideologías en la mejora de la raza humana en base al dominio de los más débiles, ideologías que rápidamente llegaron a Torreón con el aumento de las comunicaciones (ferrocarril y telégrafo).

"Los chinos eran vistos como un pueblo débil, pequeño, no le aportaba nada a la raza mexicana y obviamente no eran deseados por la clase política que se nutría de estas ideas radicales... es interesante cómo China en la actualidad es todo lo contrario a lo que pensaban estos filósofos", explica Corona Páez.

Sin embargo, estas políticas pronto ocasionaron profundas desigualdades entre la clase alta y la trabajadora en el país, siendo señalados los extranjeros como causa de la falta de apoyos y dueños parciales de las actividades económicas que se desarrollaban.

Esta inconformidad social pronto estallaría en la revolución maderista de 1910, misma que en Torreón fue alimentada por el recelo y racismo contra grupos extranjeros, tales como españoles y chinos principalmente.

Durante la víspera de la revolución, la comunidad china en Torreón conservaba las tradiciones y costumbres de la misma forma que en su propio país.

La mayor parte de las familias chinas en la ciudad provenían de lugares de gran población como Hong Kong, Pekín y Taipei.

"Un pueblo pacífico y muy disciplinado; era todo lo contrario a lo que se vivía durante la revolución... suficiente para hacerlos enemigos", comenta Juan Puig, autor del libro Entre el río Perla y el Nazas.

Entre diez y quince restaurantes de comida tradicional, uno de los bancos más sólidos del país (Wah Yick), decenas de mercerías y alfarerías eran parte de los negocios que la comunidad china torreonense formó a lo largo de casi 40 años en la ciudad.

Todos estos lugares se convirtieron en blanco inmediato de los ataques revolucionarios, situación que más tarde acabaría en una matanza de ciudadanos chinos.

En los meses de enero, febrero y marzo de 1911, se realizarían saqueos, robos e incendios en comunidades chinas de estados como Nayarit, Sinaloa, Sonora y Durango.

El resultado de estos ataques fueron 120 mil pesos en productos destruidos y 16 muertos, sin embargo representaría el preludio de lo que ocurriría en Torreón el 15 de mayo.

Ese día las fuerzas revolucionarias tomarían la ciudad de Torreón por primera vez, sin embargo al final de la batalla dirigieron sus ataques contra gran parte de la comunidad china, de la que solamente quedaron algunas familias incompletas.

"De la próspera y numerosa comunidad china, sólo unos 450 quedaron con vida", dice Sergio Corona.

EL SIGLO DE TORREÓN / Ramón Sotomayor

300

 CHINOS

Vivían en toda la Nueva España hacia el año 1720.

11

 MIL

Habitantes tenía Torreón al inicio del siglo XX.

El siglo de torreón / Sergio Reyes

900

 CHINOS

Vivían en Torreón hacia 1911, año de la matanza

 SERGIO ANTONIO CORONA

Cronista oficial de Torreón

El siglo de torreón / Sergio Reyes

Inmigrantes repudiados

Claves para el desarrollo de la comunidad china.

⇒ Durante el virreinato llegaron pequeños grupos con los barcos españoles.

⇒ Su número no rebasaba los 300 en todo el país.

⇒ Eran llamados "chales" y se creía que no tenían alma, al igual que los indígenas.

⇒ Se establecieron en zonas del noreste y centro del país principalmente.

⇒ Durante el porfiriato la inmigración china aumentó su presencia en el país.

⇒ Para 1911 la comunidad más grande se encontraba en la ciudad de Torreón.

⇒ El Banco Chino era uno de los más sólidos de la región y el país.

⇒ Fueron objeto de asesinatos a causa de xenofobia e intolerancia religiosa.

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