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Una singular quema de Judas

Queman. Al quemar al Judas todos los jóvenes corren a resguardarse y el público también se retira a una distancia prudente para ver las llamas pues el momento en que estallará la pólvora ha llegado.

Queman. Al quemar al Judas todos los jóvenes corren a resguardarse y el público también se retira a una distancia prudente para ver las llamas pues el momento en que estallará la pólvora ha llegado.

DIANA GONZÁLEZ

Al son de la cumbia saltaban en minifalda por encima de las llamas del Judas al que le había explotado la cabeza.

Una fiesta única donde en Sábado de Gloria jóvenes de la colonia Francisco Zarco, mejor conocida como "Trincheras", se disfrazan de mujeres.

Los jóvenes rudos del barrio mostraron ayer sus velludas piernas bajo vestuarios sugerentes dejando ver sus tatuajes.

Una metamorfosis extraña que combina el caminar pausado, la mirada retadora y el caló de los hombres de "Trincheras" con pelucas y un maquillaje "femenino" en completa desarmonía con sus facciones toscas, barba y bigotes.

Antes de participar en la verbena popular en la que se convierte la Quema de Judas, recorren la ciudad pidiendo dinero a todo el que se encuentre en las calles de Gómez Palacio que recorren en vehículos con bocinas y un gran "chamuco", mismo que pasean por la ciudad.

Al regresar al barrio cada uno de los grupos que ahí se reúnen (se queman 5 ó 6 Judas cada año) llega a su respectiva esquina, sobre la calle 20 de Noviembre y otros más sobre la calle Constitución.

Uno a uno van quemando los Judas, muñecos de papel preparados con pólvora y cuetes que hacen tronar.

La Quema de Judas saca a la gente por sus balcones y azoteas, y a los niños los hace subir a los árboles para ver mejor, amas de casa llevan a sus bebés y al lugar acuden más de 50 vendedores ambulantes.

La calle 20 de Noviembre se cierra ante la presencia de los espectadores. Las patrullas no pasan y si lo hacen es por las cercanías rodeando la faramalla.

La Quema del Judas representa la limpieza que se obtiene mediante el fuego, en este caso fueron "Diablos" pero en otras partes de la República se usa como Judas a muñecos que representan a personajes poco queridos de la vida pública, regularmente delincuentes repudiados por la sociedad o políticos.

Los testigos de la fiesta se mueven hacia las diversas quemas durante dos horas pues la pólvora con la que rellenan los monigotes regularmente la hacen estallar después del mediodía y en esta ocasión hasta las 3 de la tarde.

El primer Judas que fue quemado fue el del barrio conocido como el "De la Orilla" donde la gente se resguardó incluso tras los vehículos, en las esquinas, postes, negocios y casas porque la pólvora tronó con gran intensidad.

Tras el estruendo del Judas la gente se acercó nuevamente y festejó con más bullicio el desorden, las cenizas y el humo que se esparce por toda la zona.

José Luis Cisneros, joven de 20 años de edad, lleva cuatro años participando en la Quema de Judas para lo cual le pide prestada la ropa a su hermana y así poder andar entre la multitud que se aglomera en la calle Belizario Domínguez.

Cuadras más hacia el centro, en la confluencia de la calle Licenciado Verdad están los Six Park, otro grupo cuyos orígenes se remontan a hace más de 20 años.

"Empezó con la Danza de Cristo Rey, por la iglesia, fue el padre Rigoberto Valles quien regaló un cristo que está en el cerro, aquí atrás, desde entonces se realiza la Quema del Judas", dice Gustavo Dávila, quien asegura que en esa esquina participan más de 40 jóvenes.

Todos "juegan" a pelearse con bolsos femeninos, bailan y coquetean con los espectadores, quienes rodean la zona para ver el "show".

Otros tantos "chicos de barrio" observan en las esquinas, beben de la misma caguama y se divierten viendo a sus amigos Víctor, Demetrio y Rafael hacer el rídiculo para deleite de chicos y grandes.

El sonido de fondo es una canción que fue popular hace años... "El Funkete", de El General, donde los que se vistieron de mujeres aprovechan para bailar coordinando sus movimientos: saltan adelante y atrás, agitan los brazos y las caderas, se acomodan la peluca.

Frente a ellos los niños les toman fotos, video, se burlan de ellos pero no les importa. Están ahí para divertirse y divertir. Las abuelas regañan a uno que otro que enseña "de más" pero fuera de ahí todo sigue su curso normal.

Luego, en la confluencia de la Trujano y la Constitución, bailan los de Barrio Alto al son de un grupo en vivo llamado "Los Hey You", quienes además tocan la canción del oso gominola ¡en cumbia!.

La multitud está prendida pero es entonces cuando deciden quemar a su Judas, un chamuco que hacen colgar de las esquinas.

Al caer el muñeco en llamas los "Travesti por un Día" no dudan en saltar por encima de ellas sin importarles el riesgo de una quemadura.

El grupo no deja de tocar y mientras tanto los del Barrio Alto aprovechan para sacar a bailar a sus madres, hermanas, novias y amigas.

La gente en el lugar luce divertida, saben que sólo una vez al año los rudos del barrio se convierten en "princesas".

Sólo una vez al año los barrios del sector no pelean entre sí y promueven una fiesta que sin duda es la principal atracción del sector popular.

Los Orígenes

Los españoles trajeron a México la costumbre de "quemar a Judas", el villano por excelencia.

⇒ La Inquisición los quemaba en representación de los prófugos de la justicia, quienes a pesar de haberse salvado de las llamas físicas, las recibían en el cuerpo del muñeco y en el fuego que los esperaba en el infierno al que estaban condenados por la eternidad.

⇒ La quema del Judas era tan popular en el México de antaño, que el dictador Antonio López de Santa Anna publicó el 17 de marzo de 1853 un decreto que lo prohibía.

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Escrito en: Semana Santa

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