Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

USTED NACIÓ PARA TRIUNFAR

Inferioridad

MARIO ALBERTO GARZA GUERRERO

Quien padece de complejo de inferioridad se caracteriza por sentimientos de incompetencia y falta de aptitud. De vez en cuando casi todo el mundo tiene sentimientos de inferioridad, pero hay quienes son víctimas de ellos todo su diario acontecer.

Entre los más frecuentes síntomas de los sentimientos de inferioridad tenemos:

O Necesidad de atraerse la atención: El individuo procura continuamente ser el centro de la atención de los demás.

O Exceso de susceptibilidad: La persona no puede soportar que se le compare con otra o se le critique.

O Envidia: Es celoso o envidioso respecto a posesiones o a cualidades personales ajenas.

O Perfeccionismo: El individuo teme que lo que hace no sea satisfactorio.

O Autoritarismo: La persona ejerce autoridad sobre quienes son sus inferiores.

O Aislamiento: Al individuo no le agrada participar en actividades sociales; prefiere la soledad.

O Compensación: Oculta sus sentimientos de inferioridad concentrándose en cultivar una característica que le capte la atención y el respeto de los demás.

O Critica: Puede criticar habitualmente a los demás como esfuerzo por crear y mantener una más adecuada imagen de sí mismo.

Los sentimientos de inferioridad surgen cuando uno cree no ser lo que debiera. Pueden provenir de compararse con otros y considerar que no se los iguala. También puede originarse en que hay ciertas cosas para uno imposibles de hacer. Las deficiencias reales o imaginarias en cuanto a funciones mentales o físicas, pueden producir sentimientos de inferioridad.

La mayoría de los conceptos auto despreciativos proviene del comienzo de la niñez. Entre las actitudes de los adultos que provocan sentimientos de inferioridad en los niños están:

O El rechazo. Cuando los padres hacen sentir al hijo que no lo quieren ni lo aman, suele formarse en el niño la sensación de que es indigno y que carece de las condiciones exigidas por las normas de los demás. Este rechazo por parte de los padres suele ser factor causativo de sentimientos de inferioridad.

O Castigo frecuente: en algunos individuos se forman graves sentimientos de inferioridad por haber sufrido constante castigo desproporcionado a la falta cometida. Cuando al niño se le castiga con demasiada frecuencia y severidad, sus padres, en el fondo, le están diciendo: "no vives a la altura de lo que de ti se espera. No nos satisfaces". Castigos así tienden a establecer un patrón básico de personalidad caracterizado por sentimientos de inferioridad personal.

O Burlas: poner al niño apodos insultantes y en general burlarse de él también es perjudicial para la propia estima. Suelen emplear esta dinámica personas que también son inseguras y faltas de aplomo.

O Corrección negativa: cuando los padres humillan al niño mediante rudas represiones y ridículo, especialmente en presencia de extraños, le infiltran un sentimiento de inferioridad. Si esta conducta de los padres se prolonga puede provocar graves desequilibrios de la personalidad.

O Comparaciones adversas: algunos padres comparan continuamente los actos y logros de un hermano con los de otro. No comprenden que las personas difieren; o quizá se valgan de la comparación como estímulo de "vergüenza" para lograr un cambio de conducta. Cuando los padres hacen comparaciones mortificantes entre los niños llevan a uno de ellos a sentirse inepto, inferior e inseguro.

O Solicitud excesiva: otra causa básica de sentimientos de inferioridad es la negativa de los padres a permitir que el hijo tome sus propias decisiones y aprenda a responsabilizarse. Cuando los padres dirigen cada actividad del hijo, le programan la sensación de que sin ayuda ajena no puede hacer nada. Si esto no se corrige irán por la vida ateniéndose a los demás.

O Perfeccionismo: al imponer normas especialmente elevadas y ajenas a la realidad, los padres están echando la base de sentimientos de inferioridad en el niño. Incapaz de satisfacer esperanzas excesivas, el niño se siente inepto e inferior.

O Desilusiones: los fracasos en la vida posterior a menudo sirven como acontecimientos precipitadores de fuertes sentimientos de inferioridad. Cuando la persona es básicamente insegura, el trauma y sentimientos de obligaciones, puede provocar la intensificación de los sentimientos de inferioridad. Los conflictos conyugales y los graves reveses económicos son ejemplos de esos trances.

Gracias por sus comentarios:

Leer más de Gómez Palacio y Lerdo

Escrito en: USTED NACIÓ PARA TRIUNFAR

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Gómez Palacio y Lerdo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 637791

elsiglo.mx