Presentes. El aclamado director mexicano y su elenco posaron en el famoso festival de cine español.
El mexicano Arturo Ripstein cerró ayer la competición del Festival de San Sebastián con "Las Razones del Corazón", una "Madame Bovary" rebajada a la mugre con la que podría ganar su tercera Concha de Oro y que compartió jornada con la discutida "Americano", del francés Mathieu Demy.
Retomando un concepto prácticamente idéntico al que hizo de Terence Davies uno de los directores más elogiados de esta 59 edición del certamen, Ripstein busca cumplir aquello de que no hay dos sin tres y, después de "Principio y Fin" y "La Perdición de los Hombres", busca la tercera Concha de Oro.
"Si compites lo que quieres es ganar, si pierdes te resignas", reconoció Ripstein en entrevista.
"Los ambientes de corbata nunca me han salido bien", aseguró quien empezara como ayudante de Luis Buñuel y quien renuncia a la pompa y el miriñaque de Flaubert para descender a esa escoria a la que sabe sacar brillo y humanidad.
Ripstein radiografía esas sinrazones del amor "con una estructura de ajedrez", con estrategias, enroques y jugadas diagonales en forma de plano secuencia que siempre tienen como centro al personaje que interpreta como una fiera Arcelia Ramírez.
Sin salir de un edificio cochambroso, la película dinamita las paredes de la desesperación hasta convertir el amor en la manera más destructiva de egoísmo.
"No hay otro componente en el amor, ya lo decían los románticos alemanes en el Siglo XIX. Es el tú y yo. El puro egoísmo", explicó el realizador, y quizá sea ése, en última instancia, el sentimiento con el que todo el mundo puede identificarse.
"Todos tenemos algo de Madame Bovary. Esta cosa insaciable, este dolor de la vida que no te sabe y que necesita más", señaló la protagonista, que suena fuerte a última hora como posible Concha de Plata a la mejor actriz, diez años después de participar en este mismo festival con otra película de Ripstein, "Así es la Vida", basada en otro personaje colosal, Medea.