Vacaciones y clases
Los alumnos de escuelas y universidades de Estados Unidos, Canadá y Europa salieron de vacaciones a fines de mayo. Estarán de regreso en las aulas en la primera semana de septiembre, después de poco más de tres meses de descanso.
Sus contrapartes mexicanos entran de vacaciones formalmente en la primera semana de julio. Estarán de regreso en la tercera semana de agosto. Su tiempo de descanso será de tan sólo seis semanas.
México tiene, desde los tiempos en que Ernesto Zedillo era secretario de educación y Carlos Salinas de Gortari presidente, uno de los calendarios escolares más largos del mundo. El propósito era imitar a países como Japón, con 200 ó más días de clases.
La verdad, sin embargo, es que no parece haber una correlación entre la duración del calendario escolar con el desempeño de los alumnos. Es verdad que los países de Asia como Japón, Corea del Sur y China tienen calendarios largos y resultados muy positivos en las pruebas comparativas internacionales. Pero también tienen resultados muy buenos naciones como Canadá, Finlandia y la República Checa que cuentan con calendarios mucho más breves. Estos países tienen además una ventaja: no generan en los niños las angustias de los sistemas educativos asiáticos.
México ha tenido 200 días de clases oficiales desde principios de los años noventa pero eso no ha ayudado a mejorar la calidad de la educación. En parte esto es consecuencia de que esos días no son completos. Las escuelas públicas tienen cuatro horas diarias oficiales de clases. De esos, media hora se utiliza para el recreo. Mucho tiempo se pierde también porque los maestros faltan cuando quieren o porque emplean tiempos de clase para asistir a juntas de la escuela o del sindicato o para acudir a manifestaciones y plantones.
Los mexicanos somos especialistas en crear reglas sólo para después violarlas. Si bien el calendario escolar establece que las clases se mantienen hasta los primeros días de julio, la verdad es que en las últimas dos o tres semanas no hay ya actividades escolares. La mayoría de los alumnos no acuden a la escuela y los que lo hacen no tienen clases.
La experiencia nos dice que el número de días de clases no es un factor importante en la calidad de la instrucción. Mucho más relevante es el nivel de preparación de los maestros, pero en México para ser maestro es más importante ser miembro del sindicato que tener una buena preparación y capacidad docente.
De nada sirve tener un calendario escolar largo si no hacemos un esfuerzo por sacarle el mejor provecho a las pocas o muchas horas que los niños están en el salón de clases. Mucho mejor para todos sería dar a los niños un mayor número de días de vacaciones en el verano, como lo hacen los países de Norteamérica y Europa, pero tener jornadas completas de instrucción y un proceso que permita seleccionar a los mejores maestros y despedir a los que tienen un mal desempeño docente. Pero esto, que sería una solución de fondo, es algo que los burócratas de la educación no quieren hacer.
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