Antier el flamante secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, realizó una gira en La Laguna a manera de evaluación del operativo llamado "Laguna Segura" en conjunto con los gobernadores de Coahuila y Durango, Rubén Moreira Valdez y Jorge Herrera Caldera.
Según declaraciones del sucesor de Francisco Blake Mora (q.e.p.d.) se observan resultados mixtos a partir de que fue implementado el operativo. Por lo que respecta a robos a domicilio se registra una disminución de octubre a noviembre, incluso, en lo que se refiere a homicidios en el mismo período los asesinatos bajaron a la mitad, de 80 a 40. Sin embargo, este último rubro ha tenido un alarmante disparo en diciembre, por lo que hasta hace dos días, la cifra de ejecutados ya rondaba los 70.
Esto, según palabras de Poiré, es por las circunstancias que prevalecen en la Comarca Lagunera, donde asegura que por la presencia de grupos criminales antagónicos es por lo que aparecen muertos y matan a mansalva a decenas de habitantes de esta tierra, y según él, la solución para abatir este flagelo es establecer condiciones para que quien mate, sea castigado.
¡Qué gran descubrimiento hace el señor de Gobernación!, que de pasada hace énfasis en participar en cuanto a responsabilidades a las autoridades de Durango y Coahuila, y que tiene toda la razón.
Más allá de las cifras, la realidad es que ciertamente en el pasado mes se observaba una cierta calma chicha, que a la postre se desvanecería en diciembre con el disparo de apariciones de cadáveres por doquier, y la certeza de que aquí reina la impunidad, hace que los matones no se detengan en lo más mínimo a la hora de accionar sus armas.
Justamente antier un cuerpo apareció envuelto en una cobija y bolsas negras, sujetado por un cable eléctrico en una calle de la colonia Los Ángeles. Pasadas muchas horas desde la aparición, la Delegación 1 de la Fiscalía General de Coahuila (que por cierto creo que ahora nuevamente se le denomina Procuraduría) emitió un boletín informando que el cuerpo levantado era aparentemente de una persona de unos 25 años y la causa de la muerte fue un disparo en la cabeza, además de que se le apreciaron diferentes golpes en su humanidad.
Por principio de cuentas, como dice la ley, no debe haber distingo alguno entre cualquier habitante así sea por raza, preferencia sexual, posición económica ni de ninguna especie, por lo que darle mayor valor a un asesinado por aparecer en la colonia Los Ángeles que en cualquier otra parte sería una arbitrariedad e incluso una visión retrógrada: para el Estado, la misma relevancia debe dar que se tire a un asesinado en Las Villas; El Campestre La Rosita; San Isidro o Torreón Jardín, que en un barrio popular.
Sin embargo, noticiosamente es de mayor interés porque es menos común que estas cosas sucedan.
Pero tal vez lo que más valga la pena informar, es la desfachatez, indolencia y desidia de la Policía Estatal y de Torreón para atender un caso como el del difunto de la colonia Los Ángeles, que desde el alba hasta pasadas las 11 de la mañana, no habían hecho presencia para recoger y documentar las primeras pistas en el lugar donde yacía el asesinado.
Como aquí cualquiera hace lo que quiere, especialmente los del gobierno, la persona que redactó el informe de a qué hora habían recibido el reporte de los restos mortales que yacían en el cordón de una banqueta, se le hizo sencillo escribir que hasta las 11:45 am se había recibido el reporte. En tanto los vecinos del lugar y transeúntes aguardaron horas con el macabro hallazgo desde que amaneció.
Hay recalcar: todas las personas son iguales ante la ley, pero presenciar que en ocasiones como la descrita, la Policía llegue horas tarde a realizar una tarea de suma importancia, no deja de desanimar a todo aquel que vive una experiencia como la ocurrida, y entender que todavía hay un total valemadrismo en quienes son parte de los cuerpos policiacos que -dicen nuestros políticos- trabajaban arduamente para cuidar a los ciudadanos.
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