Lento, pero bien. Si el oxígeno fuera puro y la vida buena; nuestro destino político seguiría el triste camino que ha llevado hasta ahora. Pero no es así y nada más regresar a la realidad de esta lluviosa capital, ya me tropiezo con la burla de que: "Ignora jueza yate y Ferrari: libre Moreno". O sea que luego de más de un año en que se girara orden de aprehensión contra Néstor Félix Moreno sin conseguir aprenderlo; cuando al fin lo consiguieron, la jueza Taissia Cruz en menos de veinticuatro horas ordenó su excarcelación, a pesar de que el señor Moreno, exdirector de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad está involucrado en actos de corrupción por los que se presume habría recibido entre otras cosillas un yate de 1.8 millones de dólares y un Ferrari de 297 mil. Al día siguiente nos enteramos de que otro juez negó el amparo y ahora el Señor Moreno es prófugo. Ahora falta ver quién lo encuentra. Como verán los acontecimientos no están mal para seguir calentando los ánimos.
Y para poner más piedritas en nuestros zapatos, Fernando Larrazábal, alcalde de Monterrey, asegura que: "Las imágenes que se publicaron en las que se exhibe a su hermano Jonás Larrazábal recibiendo fajos de dinero del representante de Casino Red, confirman lo que es capaz de hacer un casinero tramposo, perverso, que en su afán de abrir de manera ilegal un casino, se ha dedicado a elaborar una serie de grabaciones con el único afán de chantajearme". ¿Se puede ser tan cínico?
Y ya nomás para no quedarme corta les comento que: "La Cámara de Diputados pretende aprobar una reforma legal para castigar hasta con nueve años de cárcel las injurias a candidatos y partidos políticos. Yo por si acaso, me adelanto para decirle al imbécil que hizo la propuesta que ¡qué poca! Ojalá que aprobaran la estúpida reforma para que una vez sintiéndonos amordazados; empecemos a gritar en serio. "Si no hay justicia, preparémonos al todos contra todos" advirtió el Juez Garzón y así andamos, en el todos contra todos.
¿En qué momento se nos encalleció el alma y nos acostumbramos a la sordidez como un estilo de vida? ¿En qué momento nos ganó lo soez, la desvergüenza, el cinismo, lo enfermo que nos permite aceptar resignadamente lo inaceptable? "Tal parece que la vida nacional ya no tiene de dónde agarrarse. Debe haber un ácido muy poderoso que nos está corroyendo el alma"; observaba desde hace ya bastante tiempo Germán Dehesa, el escritor, actor, humorista y maestro de ochenta discípulos que lo esperábamos todos los martes para escuchar sus charlas literarias, musicales. Sus reflexiones sobre la vida, el amor y la muerte; porque así era Germán, un hombre de múltiples facetas. Nada de lo humano le era ajeno, hablaba de todo y de todo se reía. "Mis detractores me acusan de ser vividor, supongo que preferirían que fuera moridor, pero pierden su tiempo porque sigo estando del lado de la vida". Y aquí estuvo, del lado de la vida y de la risa hasta su última nota que publicó un día antes de morir el dos de septiembre del año pasado.
"¿Qué tal durmió Montiel? Los rateros no tienen derecho a dormir", decía una de las alrededor de 1,600 notas en las que día tras día señaló al exgober del Estado de México y padrino de Peña Nieto como un gran corrupto; sin que nadie, excepto su francesa exmujer, consiguiera desplumarlo. "Cada uno tiene que pensarlo bien y desechar la tentación de suponer que uno no puede hacer nada frente al inmenso aparato que controla el país. Por supuesto que uno no puede, pero si somos miles o millones de "unos" entonces las cosas cambian", aseguraba Germán. No hay mal que dure cien años y la precipitación de los acontecimientos que estamos viviendo puede ser el detonador para que la sociedad civil alcance el grado de hartura que necesita para reaccionar.
Si de algo sirve transcribo para los lectores algunos puntos interesantes de un correo que está circulando activamente: "EXIGIMOS: Que los diputados federales disminuyan de 500 a 300. Que esos trescientos reduzcan sus vergonzosos salarios y privilegios. Que disminuyan los senadores de 128 a 32 y que sea uno solo quien represente a cada estado de la república. Que se recorte a la mitad el presupuesto multimillonario que reciben, se reparten como un botín, y despilfarran los partidos políticos. Que sólo existan tres partidos. Que desaparezcan los legisladores plurinominales que sin ser elegidos por la ciudadanía, sólo sirven para que los políticos coloquen a sus compadres y parientes. Que se elimine el fuero porque no es posible que nuestros mandatarios estén por encima de sus mandantes. Que se elimine la pensión vitalicia a expresidentes y funcionarios públicos. Si quieren más dinero que trabajen como todo el mundo. De momento parece un sueño guajiro, pero cuando los "unos" seamos millones, todo puede ser posible.
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