Congreso de la UVM. Aspectos del congreso universitario 'Desafíos Redefiniendo nuestro rumbo'. EL SIGLO DE TORREÓN/JESÚS GALINDO
A consecuencia del terremoto en Japón, las compañías de ese país podrían visualizar a México, sobre todo Coahuila, como un potencial receptor de las empresas de ensamblaje y elaboración de insumos para la industria automotriz y electrónica, incluso en la producción de alimentos agrícolas y cárnicos.
Ayer miércoles, Carlos Usacanga Prieto, profesor de la Universidad nacional de México (UNAM) y catedrático del Tecnológico de Monterrey, Campus Distrito Federal, impartió la conferencia "Terremoto de Japón y sus implicaciones globales" durante el congreso "Desafíos, Redefiniendo nuestro Rumbo", organizado por la Universidad del Valle de México. El 11 de marzo Japón sufrió tres embates importantes: un terremoto, un tsunami, y la alerta nuclear. "Una de las preguntas es cómo va a enfrentar los daños. Se estima que se gastarán 300 mil millones de dólares para lograr una recuperación".
Ante esa situación se deben analizar las implicaciones mundiales, tanto en el comercio bilateral como la apertura y migración de plantas o fases de la producción que estaban destinadas en Japón a otros países, y México podría ser un candidato. "El mismo estado de Coahuila es un candidato natural para la recepción de esas plantas. El terremoto afectó a las industrias vinculadas al sistema de aprovisionamiento de insumos y de componentes fundamentales para la industria automotriz y electrónica". Para evitar una interrupción de esos suministros y en consecuencia una afectación a la producción mundial, se plantea la posibilidad de una migración de las plantas y México puede ser un potencial receptor.