"En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela."
Antonio Machado
Luisa María Calderón, Cocoa, candidata del PAN y de Nueva Alianza, ha venido de atrás en la campaña para las elecciones del próximo 13 de noviembre en Michoacán. De un tercer lugar al principio de la contienda, ha alcanzado el primer puesto, por lo menos hasta el momento en que la restrictiva ley local empezó a censurar la divulgación de las encuestas.
El pasado 3 de noviembre el periódico Reforma publicaba los resultados de un sondeo realizado previamente que colocaba a la hermana del presidente Felipe Calderón, candidata del PAN y de Nueva Alianza, a la cabeza con 39 por ciento de la intención del voto. En segundo lugar con 33 por ciento se colocaba Fausto Vallejo del PRI y el Partido Verde. Silvano Aureoles de la coalición PRD, PT y Movimiento Ciudadano, que actualmente gobierna la entidad, quedaba en tercero con 28 por ciento. Otros estudios dados a conocer antes del inicio de la veda a las encuestas señalaban resultados similares.
La elección de Michoacán es importante por varias razones. Para empezar se trata de una de las pocas entidades del país gobernada por el PRD y sus aliados. Durante dos sexenios Lázaro Cárdenas Battel y Leonel Godoy han administrado la entidad. Una derrota de los partidos en el poder sería un golpe importante para los simpatizantes de la izquierda en el país.
Michoacán es también el estado natal del presidente Calderón. El hecho de que la candidata de Acción Nacional sea su hermana ha hecho que mucha gente considere esta elección como un verdadero referéndum en Michoacán sobre el desempeño del gobierno federal.
Quizá el factor más importante, sin embargo, sea la violencia que ha afectado a la entidad en los últimos años. Michoacán, tradicionalmente una tierra de producción de marihuana, se ha convertido en escenario de fuertes disputas entre grupos de narcotraficantes que se han saldado con ejecuciones y otros actos de violencia.
Éste es el estado que el presidente escogió para empezar sus operativos con el ejército para combatir el crimen organizado. Michoacán es también la entidad en que el gobierno del presidente Calderón llevó a cabo el michoacanazo, la detención de más de 30 funcionarios públicos que, tras más de un año de cárcel, fueron liberados por los jueces ante la ausencia de pruebas más allá de las declaraciones de algunos criminales que actuaron como testigos colaboradores y cuyos testimonios no pudieron ser comprobados.
Ninguno de los candidatos al gobierno del estado tiene un plan concreto para atacar la violencia. Todos hablan de la necesidad de hacer un trabajo de fondo en las comunidades, de respaldar la educación y de generar oportunidades para los jóvenes. Aun suponiendo que esto fuera una solución real, sin embargo, pasarían muchos años antes de que los resultados se pudieran ver.
Buena parte de las discusiones en esta campaña se ha centrado en el hecho de que la candidata del PAN es la hermana del presidente Calderón. Las acusaciones en el sentido de que está recibiendo ayuda de Los Pinos han menudeado, pero nadie ha podido decir con exactitud cuál es este respaldo y en qué ha servido para convencer a tantos electores de sufragar por ella.
El tema de fondo, sin embargo, es otro. Michoacán necesita un gobierno que le permita superar la violencia y promover un crecimiento económico duradero. Poco importa los lazos familiares de quien se encargue de impulsar estos esfuerzos. Lo importante es quién puede enfrentar estos retos monumentales.
ENCUESTAS
A partir de este sábado 5 de noviembre ha quedado prohibida la difusión de encuestas electorales en Michoacán. El Instituto Electoral del estado obedece el artículo 173 del Código Electoral de la entidad. Se trata, sin embargo, de un acto de censura que en nada ayuda a los ciudadanos. Por el contrario, daña la transparencia electoral y la credibilidad del proceso.
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