Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

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Amores perros

LOS MOYOTES

- “Al pan: pan, y al vino: vino...”

- Andas muy bíblico.

- Fíjate que sí, lo que sucede en Gómez Palacio bien pudiera parecerse a alguna parábola o pasaje bíblico, como Caín y Abel, el hijo pródigo, o el Día del Juicio Final.

- ¿Tan catastrofista?

- Mira, lo que veo es que la alcaldesa Rocío Rebollo hace malabarismos para remediar los entuertos que le heredaron los ex alcaldes Octaviano Rendón y Ricardo Rebollo al privatizar el servicio de recolección de basura con pingües utilidades.

- Acuérdate que también fue alcalde Mario Calderón.

- Sí, pero él nomás fue tapadera.

- ¿De oquis?

- Habría que preguntarle, pero no te desvíes, te decía que la alcaldesa hace lo que puede para meter orden, pero son muchos los frentes y muy pocos sus recursos.

Por un lado Proterra se ampara contra la propia presidenta y varios funcionarios más de la administración municipal, quienes, dicho sea de paso, atienden la resolución dictada que cancela la concesión. Por otro lado, la alcaldesa declara que brinda el mismo servicio y se ahorra dos millones de pesos por mes, lo que sugiere la existencia de un millonario agujero negro en perjuicio de la ciudad desde hace no meses, sino años.

- Oye, pero dicha concesión se andaba cayendo cuando entró Ricardo y luego se sostuvo, según me dicen moyotes informados, por los buenos oficios del entonces y actual Secretario del Ayuntamiento, Paul Ramírez Rivas.

- Así es, él debe conocer la letra chiquita de las negociaciones económicas que se celebraron con los altos mandos de Proterra.

- Entonces... ¿hay mar de fondo?

- Tú dirás, lo que sí te aseguro es que pocos o nadie sabe qué es lo que va a pasar frente a la ofensiva jurídica que ha emprendido la empresa, por eso moyotes videntes que consultan su bola de cristal ven muchos escenarios, pero todos oscuros por la ya tradicional opacidad de las autoridades gomezpalatinas. Lo que sí es un hecho es que los costos los seguirá asumiendo la ciudadanía, aunque también se asegura que tarde o temprano rodarán cabezas. En tanto, el Director de Comunicación Social de la Presidencia sigue intentando distraer la atención publica de este tema levantando cortinas de humo mediáticas con temas menores.

- Fíjate que estos días luego de las heladas, en que uno tiene que andar chupando la sangre de donde se pueda, pues que me doy una vuelta por la colonia Filadelfia, y me pude enterar que ahí los vecinos están muy contentos con el arreglo de las avenidas de su colonia: avenida Ingenieros, avenida Arquitectos y avenida Doctores.

- Pues ya les tocaba.

- Eso sí, la cosa es que se preguntan ¿de quién será el negocio de las pinturas con las que están tapizando el pavimento nuevo? Ya que están marcando los cruces de peatones en cada esquina, o sea cada 50 metros, líneas de carriles y flechas de dirección de sentido del tránsito, no obstante que al tener camellón y no siendo Inglaterra se circula por el lado derecho. Pintura que posiblemente es de agua, ya que no han terminado y la primera que colocaron ya se está borrando.

- Tú siempre pensando mal.

- No es eso, pero las malas lenguas dicen que la familiares de la alcaldesa tienen un negocio de pinturas y les intriga si a poco serán proveedores, porque eso de que todavía no acaben y ya se estén empezando a borrar, pareciera que se quiere más gastar en la propia pintura que en realidad hacer bien los señalamientos.

- Yo que quería ir a teatro en Lerdo

- Pues te vas a tener que esperar sentado, o aleteando si eres tan fuerte.

- Ya lo sé, y es que la verdad lo que pasa en Lerdo es único y comentan los ciudadanos que por eso está tan rezagado, pues resulta que un fabricante de ropa de esa ciudad es ahora técnico perito en construcciones y recomienda demoler lo ya construido del Teatro de la Ciudad, (antes Cinema Centauro). Además valúa el costo de la chatarra que se produciría, asegurando que cuesta lo mismo que el material nuevo que se usó en lo ya construido.

- ¿Estás hablando del señor Zarzar?

- Así es, y es que al funcionario valdría cuestionarlo si no es más una cuestión política y rencores personales. Además de plantearle si no sería más constructivo el tratar de rescatar lo construido, asesorados por técnicos profesionales en la materia, para que Lerdo cuente con un teatro.

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