Hablando de terrenos y traiciones
-No morderás la mano que te da de comer.
- Aunque eso no evita que de pronto le des una probadita.
- Hablando de terrenos y traiciones, el buen Octaviano se vio mal con la sorpresita que recibió el PRI de Gómez Palacio. Mira que ponerlos en riesgo de que pierdan nada más y nada menos que el edificio que su partido ha tenido como sede durante más de 27 años... eso no se hace con los amigos.
- Él asegura que no fue por mala fe.
- ¿Será? ¿Tú le ocultarías a tus correligionarios que están a punto de perder su silla?
- Sí les diría, por supuesto. Sobre todo cuando ni siquiera se cumple el dicho de que "el que se fue a la villa..."
Pero, vamos, no lo ocultó. Simplemente no dijo nada…
- Desde mi humilde perspectiva de ciudadano, soy de la opinión que el tema que nos ocupa tiene muchas lecturas.
- ¡Ah, caray! Ya hasta suenas como político de la vieja guardia.
- Por un lado, lo que ya dijimos: cuentan los moyotes tricolores que para nada fue bien visto el silencio del exalcalde Octaviano Rendón, en torno al afán del cenopista Roberto Santoyo de quedarse con ese predio.
- ¡Claro! ¿Cómo lo van a ver bien si por poquito dejan a los priistas chiflando en la loma.
- Eso sí, Rendón Arce hizo coraje porque dice que al sugerirse que él ayudó a Santoyo, se le expone al ridículo y al desprecio por parte de los lectores.
- ¿Y qué esperaba? Fue alcalde de Gómez Palacio y presidente del Revolucionario Institucional. ¿A poco quería que todos le aplaudieran por dar fe “de buena fe” de que una persona ajena está en posesión de los terrenos del partido sobre el bulevar Miguel Alemán?
- Yo no creo que le preocupe tanto lo que digan los lectores. ¿A qué político le importa realmente lo que piensen los posibles votantes, sobre todo en una ciudad que desayuna, come y cena priismo? Más bien le debe apurar lo que está pensando el presidente del PRI en el Estado, Esteban Villegas y la mera mera a nivel local, Anavel Fernández. Ellos no se explican cómo es que aparentemente no sabía que la sede del partido estaba a punto de perderse.
- No es necesario no saber, basta con cerrar los ojos. Eso es lo que ha de haber pasado cuando estuvo al frente de la administración del tricolor. Oye, ¿pero a poco no hubo notificaciones?
- Hay quien asegura que el actual coordinador de regidores de ese partido, Rigoberto Flores, en su calidad de expresidente del PRI en Gómez Palacio, recibió la notificación. También se dice que Irving Flores, su hermano y jefe jurídico del PRI en ese tiempo lo sabía y que ninguno hizo nada.
- Suena a traición. O a negligencia.
- O a estrategia política, que “justificaría” la traición y la negligencia. Algunos moyotes sospechan que Rendón y Flores no comparten la misma sangre política que la de los “priistas de probeta” como les llamó Octaviano. Pero este asunto da para más. Ese edificio fue construido por la Secretaría de Salubridad para prestar servicios médicos, los cuales posteriormente se trasladaron al Centro de Salud. El edificio siguió operando como almacén de medicamentos y enseres donde quien cuidaba haciendo labores de conserje y velador tenía una pequeña habitación anexa a dicho predio. Pasó el tiempo y la familia fue ampliando el espacio ocupado. Luego, el hijo de aquel trabajador fue quien cedió al PRI el espacio que ahora ocupa.
¿Adivinas quién es ese hijo?
- ¡Roberto Santoyo!
- El mismo.
- Esa historia no me la sabía.
- No eres el único. Quien guste, que le pregunte a Octaviano, quien sí conoce, y perfectamente, la historia de este predio que ocupa su partido desde los tiempos del hoy ex alcalde Manuel Gamboa. Así que a nadie engaña Rendón cuando “certifica” esta posesión.
- A ver, entonces ya no entendí. ¿Por qué el conflicto?
-Mira: Roberto Santoyo negoció con el PRI la ocupación de dicho lugar…
- ¿Negoció? ¿Entonces obtuvo algún beneficio?
- Por lo que me cuentan moyotes con muy buena memoria es que a cambio de este acto siempre se le ayudó a Santoyo desde los gobiernos municipales con un trabajo o algún “apoyo”.
- Y ahora muerde la mano que le da de comer…
- Más bien la mano que le dejó de dar. Alguien le ha de haber “cerrado la llave” y coincidió con la sangre caliente del ex alcalde Octaviano Rendón, quien lo asesoró paso a paso en la ruta jurídica a tomar.
- ¿Sangre caliente?
- Sí. Las malas lenguas, y también las buenas, dicen que sigue enojado con el mundo por la derrota de sus candidatos Augusto Ávalos y Rosas Aispuro en la pasada elección duranguense.
- Vaya… Entonces queda de terrenos y traiciones para rato.
- ¡Y mucho! Me contaron unas... ¡que dan miedo!
- ¡Al fin mis oídos descansan de tanto spot electoral! Mira que aunque fueron en el vecino estado de Coahuila, nosotros también nos tuvimos que chutar la “creatividad” del IEPC.
- Aprovecha tu descanso, porque ahora la grilla sigue hacia el 2012.
- ¿Ya?
- Ya. Todo empezará a tomar forma y nadie se escapa. Ayer mismo la alcaldesa Rocío Rebollo se reunió con los líderes del PRI en la Maderería Rebollo, la del centro de la ciudad.
- ¿Va a apoyar a su hermano?
- Eso se dice: que ya trabajan en los primeros pasos de la campaña del curuleco Ricardo Rebollo.
- ¿Primeros pasos? Serán los terceros o hasta décimos, que esta historia de “encuentros y desencuentros” se ha venido fraguando desde hace mucho tiempo.
- La política es así: sabes lo que ocurrirá, pero cuando sucede, tienes que poner cara de sorprendido.
- Como lo del anuncio del gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, de que se reanudarían los trabajos en el Edificio Durango. Recordarás que la remodelación inició en 2009 y que aseguraron que duraría sólo seis meses. Ya muchos sospechaban que la “reanudación” no sería más que para seguirle dando atole con el dedo a la región y que se diga que se está haciendo algo por Gómez Palacio. Desafortunadamente así fue: al día de hoy el edificio está abandonado, cercado con maderas con el aviso “Edificio en Remodelación”, pero no hay trabajadores. No funciona ni siquiera la primera planta como se anunció en el evento del 19 de mayo.
- Y los recursos no han dejado de fluir.
- De plano, el pueblo no requiere más circo que el que ya ve en la política.
- Aunque este circo sólo nos haga llorar
