No hay sensación más pura y sublime que tener la fortuna de ser mamá. Reflejarte en los ojos de tu pequeño, tocar su rostro e iluminarte por su sonrisa se convierte en la más dulce de las experiencias; desde ese momento sabes que tu vida no será la misma y que de ahora en adelante te convertirás en el guardián de sus sueños e ilusiones.
Mientras esperas la llegada del pequeño que iluminará tu vida, miles de expectativas te bombardean "Quiero que tenga mis ojos, el carácter de su papa, quiero que juegue futbol, que le guste cantar", etc., pero cuando te golpean con una de esas realidades inesperadas que te tumban y te quitan el aliento, todas tus perspectivas cambian y aprendes a apreciar las maravillas de la vida y la belleza de acompañar a un angelito caído a la tierra.
Melany es uno de esos angelitos que con su dulzura nos enseña que la vida es mucho más que lo que tus ojos pueden observar. Con tan sólo un año y medio y con visión baja profunda, Melany ha logrado desarrollarse como cualquier niña de su edad, pero con la habilidad de observar con el corazón.
Con toda la esperanza de tener un pequeño que iluminara la vida de toda su familia, los padres de Melany, pasaron por un embarazo sumamente deseado, con todas las ilusiones de compartir su amor y cariño con un bebé que los llenara de alegría. Sin embargo, al ser prematura y producto de un embarazo de alto riesgo, Melany tuvo que pasar sus primeros días en una incubadora, para después de unos meses recibir el crudo diagnóstico de Retinopatía del Prematuro.
Como es de imaginarse, el impacto en la familia fue total, nadie está preparado para recibir la noticia de que tu hijo no será capaz de observar tu rostro y la emoción por la bienvenida de tu angelito se torna en preocupación y angustia por saber cómo solucionar su vida y hacer que sus sonrisas perduren para siempre, esto aunado a que ya habían sufrido la experiencia de un proceso difícil con el diagnóstico de diabetes infantil de su primera hija. Sin embargo, pese a todo el dolor que acompañaba a sus padres, inmediatamente después de recibir el triste diagnóstico, buscaron ayuda; el mismo día acudieron a Ver Contigo, para encontrar un rayito de esperanza que iluminara la oscuridad.
No es difícil imaginar que en esos momentos, las únicas palabras que borrarán tus lágrimas, son las que anuncien un remedio mágico que vuelva todo a la normalidad; sin embargo, díficilmente eso es posible y los padres de Melany encontraron en nosotros una opción que permitiera ayudar a su angelito a encontrar la belleza de la vida pese a su discapacidad visual, con todas las características que por alguna razón el destino, había recibido de nacimiento.
Después de nuestra evaluación Melany fue diagnosticada con Visión Baja Profunda, con sólo percepción de luz. Sin embargo, gracias a la entrega y compromiso de sus padres y el apoyo de cada uno de los corazones que forman Ver Contigo, Melany ha logrado salir adelante, ha aprendido a conocer el mundo con sus otros sentidos y mediante el correcto entrenamiento visual, ha logrado proyectar luz y reaccionar ante objetos a luz media.
Desde hace unos meses, aprendió a caminar y la encontramos deambulando por nuestras instalaciones, conociendo su entorno, con la dulzura y coquetería que la caracteriza, iluminando con sus bellos ojos cada uno de nuestros corazones. No tenemos duda alguna, que conforme pasen los años, Melany se convertirá en una niña capaz de jugar, correr y estudiar como cualquiera, justo como sus papás lo habían deseado.
El caso de Melany, es precisamente una de esas historias que nos muestran la importancia del tratamiento de los pequeños a temprana edad, pues pese al profundo dolor que una situación de este tipo trae consigo, desde el principio le dieron a su pequeña la posibilidad de tener una vida plena y feliz, cumpliendo su promesa de proteger su sonrisa siempre.
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