"Si lloras por lo que no tienes, no podrás sonreír por lo que te rodea".
Aún recuerdo claramente las palabras de mis primeros maestros suplicándome que aprendiera de mis mayores la madurez para solucionar los problemas; hoy después de unos años, puedo decirles con gusto, que se aprende mucho más del corazón joven y lleno de ilusiones de un niño.
Hoy les presento a un pequeño, que con tan solo 11 años, se ha convertido en un ejemplo de seguridad y valentía; un niño que con su fuerte carácter y sus ganas de conocer el mundo nos ha demostrado que la palabra "IMPOSIBLE" no existe y que el "NO PUEDO" se debe tirar a la basura; hoy les presento a Roberto.
Roberto Carlos es su nombre completo, en honor al famoso futbolista brasileño reconocido por su fulminante tiro libre y velocidad; y por absurdo que parezca, es como si por el nombre, el pequeño hubiera heredado la determinación y coraje del jugador.
Criado en una familia de campo, le encanta la vida rural, disfruta ayudando a su padre en la cosecha de melón y sandía y ha forjado un carácter reacio, directo y muy franco, disfrutando cada reto como si se tratara de un juego.
Provenientes del ejido de Petronilas en Matamoros Coahuila, Alejandra y Mario, los padres de Roberto, atravesaron por el difícil proceso de un embarazo de alto riesgo. Con tan sólo 16 años de edad y después de 4 meses del nacimiento del pequeño, su madre recibió el triste diagnóstico de Retinopatía del Prematuro.
Con el corazón destruido por la terrible noticia y temerosos ante el reto que representaba la crianza de un niño con discapacidad visual, los padres de Roberto tuvieron el valor de levantarse, seguir adelante y convertir a su hijo en un orgullo para todos.
Fue a los 4 años de edad que Roberto llegó a nuestra asociación y desde entonces nos ha llenado de logros y admiración. Gracias a su actitud aguerrida, la constancia de sus padres y el amor que recibe en cada terapia de Ver Contigo, Roberto ahora es un niño independiente, capaz de desplazarse sólo y a paso seguro por todo su ejido, reconociendo al instante cada rincón de él.
Él es uno de esos casos, en lo que los demás sentidos parecen haberse enterado de la discapacidad visual desarrollándose al máximo; por medio de su oído y olfato es capaz de percibir todo lo que pasa en su entorno, permitiéndole incluso pasear en bicicleta, brincarse bardas y ventanas, correr, jugar futbol y hasta pelearse con varios de sus compañeros.
Dicen por ahí que es en situaciones difíciles cuando uno demuestra su valor, y vaya que Roberto y su familia lo han hecho. Actualmente, el niño maneja el sistema Braille a la perfección, obteniendo los primeros lugares de aprovechamiento e incluso participando en concursos de lectura de rapidez con niños normovidentes, sorprendiendo a chicos y extraños, como gritándole al mundo "¡Aquí estoy y yo puedo con todo!"
El amor de una madre, es sin duda, la mayor motivación para conquistar el mundo; por lo que sin importar la situación que atraviese y además de darle amor a sus otras dos hijas, Alejandra, siempre lo ha apoyado, y mediante su constancia y dedicación aprendió también su sistema de escritura, además de adaptarle por su propia iniciativa material educativo que permita que el niño siga aprovechando esa inteligencia y memoria que el destino le regaló.
En el transcurso de la vida es común encontrarnos con piedras que nos bloquean el camino, eliminando nuestros planes y también nuestras ganas de seguir adelante; sin embargo a veces en el trayecto, te topas con angelitos como Roberto, que te demuestran que las piedras son insignificantes, que no existe obstáculo que no se pueda brincar, que la palabra MIEDO no debería estar en el diccionario y que la vida es demasiado bella como para dejarla ir.
Si quieres ayudarnos a iluminar más vidas como la de Roberto, colabora con nosotros. Aceptamos donativos en efectivo y especie. Contáctanos al 7129894 y 7111099 o en comunicación@vercontigo.org.mx