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"Sonríe, el mundo se lo merece"

Por: Ana Cristina Sánchez Hinostroza

No existe nada comparable a observar el rostro de un niño cuando descubre algo nuevo. Ver sus ojitos inundados de asombro y su sonrisa de emoción cuando logra romper los límites de lo conocido, se convierte en toda una experiencia. Vaya que es maravilloso presenciar el transcurso en el que el niño se topa, mediante sus sentidos, con un objeto fuera de lo común, ver su expresión de susto inicial y shock que le quitan el aliento, para después esbozar una sonrisa transparente que grita sin palabras "Soy el conquistador de un mundo nuevo".

Hoy los invito a recordar el maravilloso proceso de dejarse sorprender y permitir a la naturaleza enseñarte que las cosas pueden cambiar y que le mundo siempre tiene algo nuevo que mostrar, hoy los invito a explorar y descubrir con la historia de nuestro pequeño Víctor Manuel.

Victor o Manuel como lo llaman en casa, es uno de esos niños que te conquistan con una simple sonrisa y que te sorprenden ante la dulzura y firmeza de su carácter. Con tan sólo dos años de vida, nuestro pequeñito ha logrado sobrellevar muchas batallas con la fuerza, determinación y alegría del mejor capitán de guerra. Desde su llegada a las terapias a las 10 de la mañana, no permanece sentado, camina de un lado a otro, explorando todo lo que le rodea, ansioso de conocer el mundo, hablando o cantando, siempre moviéndose y encontrando ante cualquier caída o golpe una razón más para reír y seguir caminando.

Lupita y Manuel, sus padres, son una de esas parejas jóvenes que te impactan por su sentido común y sobre todo el amor que le tienen a su hijo. Después de un embarazo sumamente deseado, y siendo el primogénito, Víctor fue producto de un embarazo de 6 meses y se vio obligado a pasar otros dos en el ambiente artificial de una incubadora. Debido a estas condiciones, sufrió a muy temprana edad del ya conocido padecimiento de Meningitis, con la amenaza latente de desarrollar, por consecuencia, algún otro problema físico. La familia Moreno permaneció alerta ante cualquier señal que pudiera representar un daño al pequeño y fue hasta el quinto mes, que el bebé presentó falta de respuesta a los estímulos visuales, el diagnóstico: retinopatía del prematuro grado 5 y glaucoma.

¿Por qué razón, el hijo que con tanto amor esperas y que deseas proteger contra todo, llega a ti sin poder observar el color del cielo? No lo sabemos, pero sin duda, la noticia impacta por su peso, seguramente las palabras del doctor quedaron grabadas en la memoria de sus padres, y el dolor de recibir el triste diagnostico dejará huellas imposibles de borrar; sin embargo, Lupita y Manuel, si bien no cuentan ni con los recursos económicos ni la preparación académica para darle todos los lujos al pequeño, han sabido dotarlo de amor, valor y sobre todo una actitud positiva ante la vida.

Víctor llegó a nuestra asociación al año dos meses de edad con visión baja profunda y sólo percepción de luz, con esa hermosa sonrisa que lo caracteriza, pero con muy poca respuesta a los estímulos como gritándonos la palabra RETO a todo volumen. Su caso es uno de esos que nos demuestran que con amor y compromiso, todo puede cambiar, gracias a la dedicación de sus asesoras y el apoyo de sus padres, después de casi seis meses de no mostrar conexión con el mundo, el pequeño dio un despertar a la vida, conmoviendo nuestros corazones y regalando esperanza a todo el que lo rodea.

Víctor se ha convertido en un niño inquieto, despierto, siempre sonriente, capaz de vestirse y comer por sí mismo, dando sus primeras palabras y aprovechando cualquier oportunidad para explorar el mundo. Después de rondar por sus terapias la frase "¿Cómo hacer que reaccione?" ahora se inundan con la expresión "¿Cómo puedo mantenerlo quieto?".

Es precisamente mediante el amor que se brinda en Ver Contigo, que podemos observar resplandores como éste, que nos anuncian que el trabajo arduo tiene frutos y que ninguna montaña es lo suficientemente grande para no ser derribada. Víctor ha logrado proyectar luz, orientarse espacialmente y utilizar el rastreo para llegar al lugar que desee, pero sobre todo ha despertado su carácter, y ese optimismo que llevaba en la sangre es cada vez más evidente. Aún quedan muchos retos por cumplir y avances por lograr, pero tenemos la confianza de que nuestro pequeño puede con eso y más, mientras conserve esa sonrisa capaz de conquistar mares y mundos nuevos.

Si quieres ayudarnos a crear más sonrisas como la de Víctor, colabora con nosotros. Aceptamos donativos en efectivo y especie. Contáctanos al 7129894 y 7111099 o en comunicación@vercontigo.org.mx

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