"Las grandes oportunidades de ayudar a los demás son raras, pero las pequeñas se nos presentan a cada rato". Sally Roch.
Estoy convencida de que la palabra ayudar tiene un significado más allá de proporcionado por el diccionario. Ayudar no es sólo colaborar en beneficio de algo: ayudar es ver la sonrisa de un niño después de que le enseñaste el milagro de la escritura; ayudar es sentir el abrazo de un anciano cuando pasaste una tarde con él; ayudar es ver la cara de emoción cuando recibe un donativo una asociación civil; ayudar es sentirte parte de una causa hermosa que te impulsa a seguir adelante; ayudar es dar una mano, levantar y sostener.
Es increíble cómo se ilumina nuestro rostro cuando escuchamos historias sobre hombres valientes y generosos que deciden regalar un poco de su corazón por el bien de los demás, personas que donan parte de los frutos de su esfuerzo y trabajo; nos asombramos ante la existencia de almas buenas y caritativas que dedican toda su vida para trabajar por la justicia y la igualdad. Cuando nos encontramos con héroes así, nos ahogan comentarios como "Qué bueno es él", "Cuando sea millonario voy a donar la mitad a los pobres" "Ojalá yo tuviera el valor de dejar todo por alguien más", etc. Pero pocas veces nos ponemos a pensar ¿Qué me impide ser uno de ellos?
En este tiempo de violencia, desánimo y desesperanza, lo más sencillo es cruzar los brazos y quejarnos ante lo que pasa a nuestro alrededor, sin siquiera detenernos a pensar, qué estamos haciendo nosotros para mejorar la situación. Es precisamente ante los momentos de desasosiego que necesitamos encontrar dentro de nosotros aquello que nos impulse a dar un sentido a nuestra vida y sacar de nuestro interior esa fuerza que nos haga ser luz en medio de la obscuridad.
Hoy te invito a salir de la rutina, salir del mundo egoísta y negativo en el que muchas veces nos encerramos; hoy te invito a demostrar que tu corazón no sólo está lleno de buenos deseos sino de buenas acciones; hoy te invito a ayudar. Las oportunidades para hacerlo son muchas, sólo es cuestión de que abras muy bien los ojos y te des cuenta que el mundo te regala muchas alternativas para darle una mano a los que más lo requieren.
No es necesario convertirnos en un Robin Hood que arriesgue su vida con tal de ayudar; sólo necesitamos que abras tu corazón y mediante las pequeñas oportunidades que se presentan día con día, nos ayudes en lograr un resplandor que trascienda más allá de las monedas que repartimos en las esquinas para calmar nuestra conciencia y demostrar nuestra responsabilidad.
Nuestros niños cada día dan todo de sí con tal de aprender más de la vida y demostrarle al mundo que aunque los obstáculos son muchos, siempre es posible llegar a la meta, siempre y cuando cuenten con almas que los llenen de luz y se conviertan en esos ojos que les enseñen la maravilla de la vida. Hoy te pido, que seas esos ojos, que seas esa luz y te transformes en el ángel capaz de guiar y alentar a niños tan llenos de amor.
Dime, ¿Cuándo fue la última vez que luchaste por un ideal? Siempre hay una oportunidad de darle un SÍ al amor... Y Tú, ¿qué estás haciendo para mejorar tu entorno?
Colabora con nosotros. Aceptamos donativos en efectivo y especie. Contáctanos al 712-98-94 y 711-10-99 o en comunicación@vercontigo.org.mx
