Centro de Desarrollo para las Personas Ciegas y de Visión Baja
Si nos propusiéramos escribir la receta que nos permitiera cocinar el triunfo, sin duda tendríamos como ingredientes básicos la tenacidad, perseverancia y corazón. Tener claro tu objetivo es indispensable para llegar directamente a él y como bien dicen en las novelas románticas, pareciera que cuando te encuentras con el objeto de tu interés todo lo que lo rodea se convirtieran en un manchón borroso, como si el universo conspirara para indicarte al punto donde debe dirigirse tu concentración.
Sin embargo ¿Imaginan la dificultad para llegar a una meta si tu vista perdiera esta capacidad de enfocarte y el mundo te ofreciera todo con la misma intensidad, como deseando que observaras todo y nada a la vez? La niña que nos ocupa hoy, no sólo conoce el reto, sino que cada día nos da una cátedra de cómo superarlo sin perder la sonrisa en el intento.
Hoy les presento a una pequeñita que con tan sólo 4 años de edad ya es un ejemplo de tenacidad, y perseverancia y que en su pequeño cuerpo alberga un gran corazón dispuesto a encontrar diversión en la adversidad, hoy le presento a mí querida Marbella.
Como bien saben, algunos de los componentes de nuestro temperamento llegan a nosotros de forma natural con nuestra carga genética, sin embargo, algunos otros se forman con el tiempo, como una especie de armas para enfrentar el mundo que te rodea. A su corta edad, Marbella nos ha demostrado que tiene todo lo necesario para desafiar el entorno, con el carácter fuerte, voluntarioso y a veces caprichoso, pero siempre con una actitud de oro para afrontar las dificultades.
Proveniente de un ejido cercano a Torreón, Marbella fue producto de un embarazo deseado y completamente normal. Fue hasta después del nacimiento, que sus padres se encontraron ante la noticia de un padecimiento que seguramente sigue retumbando en sus oídos, pues con el sólo nombre inspira misterio y temor: Disgenesia cerebral. Éste se trata de una formación anormal en la fase embrionaria que afecta distintas áreas del desarrollo;y en Marbella, fue la cuestión visual la que resultó perjudicada. Con visión baja moderada y una gran dificultad para fijar y enfocar objetos, sus ojos parecen deseosos de descubrir todo el mundo sin perder ni siquiera la más pequeña de sus bellezas.
Marbella llegó a nuestras instalaciones a la edad de 11 meses y desde entonces llena de ternura y alegría cada uno de los rincones. Aun con dificultades para comunicarse adecuadamente nunca le faltan palabras para invitarte al juego y pese a que se observa en su rostro el gran esfuerzo que invierte, siempre está dispuesta a participar en todas las actividades. Al momento de leer en el aire la frase "Vamos a terapia" los saltos y aplausos no dejan de llegar, dejando boquiaberto a cualquiera que presencia tremenda muestra de disposición para aprender, ensombreciéndose solamente con la ternura de escuchar de su boca la palabra "Abrazo" cada vez que percibe alguna dificultad.
Ya es sabido que todo lo que un niño hace es reflejo de lo que en casa aprende, y el caso de Marbella no es la excepción. Paty y Juan, unos padres responsables y organizados, nos demuestran cada día que la palabra ENTREGA existe, y que ningún esfuerzo es lo suficientemente grande cuando se trata de su angelito. Conforme pasan los años, ambos han sabido dotar a la pequeña de todo el cariño necesario para seguir adelante pero sobre todo de la tenacidad para no rendirse cuando las dificultades aparecen, dejando muy claro que la mezcla perfecta de optimismo y firmeza la llevarán tan alto como ella desee.
Hoy Marbella a sus cuatro años, nos confirma que cree en nosotros y nos devuelve con frutos la atención integral y personalizada que cada semana recibe. Con el tiempo ha logrado hacer funcional su residuo visual, posicionarse como las mejores de su clase, incluirse en ámbitos sociales mediante participaciones en festivales; aprender la importancia de ceder y compartir con los demás; pero sobre todo ha logrado tener un desarrollo normal igual que cualquier niño de su edad.
Aún nos quedan muchas áreas por trabajar y a Marbella muchas cosas por aprender pero estamos seguros de que será posible, mientras conserve ese carácter de hierro y esa disposición eterna para jugar, aprender y ser feliz, sin importar el esfuerzo que eso represente.
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