No son pocos los funcionarios municipales que mostraron cierta incomodidad al ver publicados en algunos medios de comunicación ciertos datos emanados desde la oficina del director estatal de Protección Civil, Arturo Galindo Cabada, en relación con los operativos montados con motivo de la temporada vacacional.
Y es que como es bien sabido, la Dirección Municipal correspondiente implementó acciones en espacios de recreación para tratar de disminuir los saldos provocados por los incidentes propios de temporada, en cuya planeación trabajaron de forma casi independiente.
Sin embargo, a través de comunicados, Galindo Cabada trata de "colgar" a la dependencia que representa de las acciones municipales, ofreciendo planes alternos a los ya iniciados y anunciados desde hace algunos días.
Los más críticos señalan que Galindo Cabada no podía quedarse atrás, pues su protagonismo no se lo permite, así que en la primera oportunidad aprovechó para colocar en los medios las acciones que están organizando.
Lo cierto es que se observa cierta separación del área estatal de Protección Civil de la tendencia que marcan las épocas de siniestros, lo cual no es poca cosa.
Durante la administración anterior, la dependencia se fue opacando poco a poco, hasta quedar prácticamente desaparecida del mapa gubernamental. La razón: un director que no supo atraer los reflectores y una escasez de elementos para trabajar de manera adecuada.
Galindo Cabada tendrá que echar manos de otras cosas, además del protagonismo, para sacar adelante el paquete que le encargaron; de lo contrario, seguirá incomodando personas y manteniendo en un rincón a su dependencia.
Uno de los funcionarios estatales más señalados en las últimas semanas es el secretario de Turismo, Juan Ávalos Méndez, a quien se le ocurrió decir en una entrevista que no conoce el estado.
El día de esa declaración, el lagunero anunció que tenía reservada una cabaña en Puentecillas para pasar algunos días acompañado de su familia. Pues resulta que cumplió. El martes, el servidor público partió con rumbo al paraje turístico para pasar el receso con los suyos, situación que sería nada cuestionable para otros miembros de la Administración, pero para él es diferente.
Y es que el Secretario se separa -aunque sea solo unos días y a unos pocos kilómetros de distancia- del cargo que ostenta. Y lo hace precisamente en los días que, se supone, hay mayor actividad turística en la primera mitad del año.
Entonces, a menos de que lleve un estricto control a distancia de lo que ocurre en la materia, Juan Ávalos estaría cometiendo otra pifia. Es decir, no parece haber una autoridad que supervise los planes turísticos estatales mientras se desarrollan.
Luego de la controversia causada por la exigencia de un grupo de comerciantes, que se mantienen en su postura de exigir que la alberca olímpica se abra los domingos al público en general -cual chapoteadero- , ya le endosan al regidor priista Gabriel Montes Escalier otra "travesura".
Resulta que algunos músicos de la Plazuela Baca Ortiz instalaron un toldo de manera irregular, perforando la plancha del espacio para fijar la estructura que, dicho sea de paso, no guarda fidelidad a la arquitectura del sitio.
Ellos señalan, de acuerdo con las primeras versiones, que fue el ex dirigente estudiantil, en su caracter de dirigente municipal de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), quien dio la anuencia para que la obra se realizara.
De ser así, tanto Montes como los ejecutores de la obra estarían incurriendo en una falta grave, pues habrían dañado patrimonio municipal sin permiso.
Falta llegar al fondo de los hechos, aunque de entrada ya se coloca al regidor como el más escandaloso de los últimos días que, si bien queda bien parado con sus representados, muestra una especie de rebeldía hacia la sociedad en general.
