Lo que hace una “transición democrática”. El último gobernador de Coahuila en dejar el cargo, Óscar Flores Tapia, se peleó con el Presidente José López Portillo, quien lo “renunció” y lo mandó para su casa en 1981 a cien días de terminar el sexenio (al menos le fue mejor que a Ignacio Cepeda Dávila, que en 1947 mejor optó por pegarse un balazo en la cabeza tras una bronca con el Presidente Miguel Alemán). Tres décadas después de don Óscar, luego de pasarse cuatro años agarrado de la greña con el Presidente Felipe Calderón, el gober Humberto Moreira renunció no para irse a su casa, sino para brincar a la presidencia nacional del PRI y abrirle paso a la postulación de su hermano (“delfín”, lo llamaban los reyes) como candidato a gobernador.
En el ínter, Jorge Torres López se quedará a cargo del changarro como hombre de todas las confianzas del clan Moreira, aunque para amarrar mejor la cosa, no fuera a ser la del indio, don Humberto se permitió nombrarle a todo el gabinete. Estos sucesos ameritan un “cebollazo” para nuestros subagentes, pues anticiparon estos movimientos desde hace casi dos años, cuando en una columna de marzo de 2009 contemplaron la licencia del gober Moreira para buscar un cargo en el PRI, la postulación del hermano cómodo Rubén Moreira a la gubernatura y el relevo interino en la persona de don Jorge. La jugada empezó a consumarse el lunes con la presentación de la licencia ante el Congreso (acto cuya solemnidad le pasó de noche al curuleco Jaime Russek, presidente de la Mesa Directiva, quien no consideró pertinente ponerse una corbata). El segundo acto fue la designación de don Jorge como gober sustituto y el desenlace ocurrirá hoy con el registro de don Rubén como único precandidato en el proceso interno del PRI para elegir aspirino a gobernador. Los subagentes reportan que ya están las piezas colocadas para arrancar la campaña y sólo faltarían unos movimientos en el gabinete ante la salida de más secretarios para lanzarse a diputados locales, como el de Fomento Agropecuario, Román Cepeda, y el vicegober de Desarrollo Regional. Se supone que el gober Torres López nombrará a los relevos, pero ya se sabe que el que manda vive enfrente.
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Otro que ayer acompañó al ex gober Moreira a pasar a las filas del desempleo fue el senador y primer compadre, Guillermo Anaya, cuya licencia fue aprobada por la Comisión Permanente. El que ahora la tiene difícil es su suplente, Carlos Osuna, pues debe escoger el hueso que quiere roer, porque actualmente cobra de delegado de la Secretaría de Educación, cargo al que tendría que renunciar. En cuando a don Memo, se espera que hoy mismo se registre como precandidato del PAN a la gubernatura, aunque en las últimas semanas nuestros subagentes recogieron el rumor de que ya la andaba pensando y que la intensa promoción de su informe de labores era en realidad una manera de coquetear con los límites legales de la precampaña para que el Instituto Electoral del Estado, tras amonestarlo repetidamente, lo inhabilitara para postularse. Según los subagentes, algunos dirigentes blanquiazules especularon que con ese castigo, el compadre buscaría convertirse en “mártir de la democracia” y tener un pretexto para zafarse de la contienda. Al parecer no sucedió así y don Memo ya se subió al ring en busca de seguir firmando en la nómina. Por lo pronto, tendrá que sacudirse la pretensión del curuleco local Manuel Villegas de ser postulado candidato. Poco importa que el ex dirigente del PAN en Torreón ya haya sido expulsado del partido, pues los subagentes reportan que don Manuel fue “cilindreado” por las huestes de Rubén Moreira, que quieren hacer algunas travesuras en el proceso panista.
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Paralelo al proceso del PAN para elegir aspirante a gobernador, se avecina también la definición de candidatos a diputados locales, el cual se basaría en encuestas para definir los mejores perfiles, (porque de frente todos están muy feos). Nuestros subagentes pintados de azul comentan que, en Torreón, una carta amarrada es la de Alfonso Zermeño, hijo del ex alcalde y Embajador en España, Jorge Zermeño, quien traería la fuerza del apellido. Otros nombres que figuran en los sondeos son los del delegado de Reforma Agraria, Luis Gurza, quien tendría que dejar ese jugoso hueso y de los regidores Marcelo Torres y Rodolfo Walss, pues al parecer se busca mandar una que otra piedrita en el zapato del PRI en el próximo Congreso y ambos ediles han demostrado ser muy efectivos haciendo ese papel en el Ayuntamiento de Torreón.
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Por su parte, el ex gober Humberto Moreira ya amarró su tránsito a la dirigencia del PRI y las malas lenguas comentan que el PAN piensa interponer una denuncia contra Coahuila ante las autoridades ambientales, por andar enviando materiales peligrosos al Distrito Federal. Y es que algunos blanquiazules alucinan con la posibilidad de tener enfrente al hiperactivo de don Humberto y sus locuaces comentarios, sobre todo cuando el PAN acaba de elegir un presidente nacional, Gustavo Madero, que parece que en su anterior vida hacía anuncios de “Pasiflorín”. La preocupación es que el coahuilense tiene la lengua muy suelta y todavía no cuentan con una estrategia mediática para responder a lo que anticipan que será una avalancha de declaraciones agresivas. Por otra parte, los que están felices con la llegada de don Humberto a la Ciudad de México son los colegas de la prensa chilanga, porque la propensión del gober a decir barbaridades (conocida como diarrea verbal) seguramente les dará nota todos los días, o varias veces al día. Pero nuestros subagentes, que ya lo conocen, advierten que si bien esto es divertido los primeros meses, después no lo van a aguantar porque no tiene límite.
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Del otro lado del Nazas, en Gómez Palacio, nuestros subagentes en la Presidencia Municipal reportan que los regidores salieron muy comodinos con la idea de mudarse de la planta baja del edificio al tercer piso para dejar de toparse con los engorrosos ciudadanos que van a solicitar alguna gestión o apoyo o los aún más engorrosos reporteros que de vez en cuando se asoman a ver si trabajan (cosa que todavía no han visto). Como están ahora, cerca de la entrada de la Presidencia, los ediles están a tiro de piedra del público, pero en el tercer piso tendrían mayor privacidad. Según los regidores, el cambio serviría para estar más cómodos y tener una antesala para atender a la ciudadanía, o mejor dicho para que sus asistentes atiendan a la ciudadanía, porque la mayoría de los ediles apenas y se para. Pero, dicen los subagentes, los sufridos representantes del pueblo se quedaron con las ganas pues la alcaldesa Rocío Rebollo rechazó ceder ante el capricho y se fajó las enaguas con el sensato argumento de que costaría caro y que resulta más conveniente para la ciudadanía tener mejor acceso a los regidores, quienes sin embargo siguen buscando la manera de escabullirse de sus oficinas sin que nadie se dé cuenta, porque eso de trabajar es horrible.
