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VERDADES Y RUMORES

El Agente 007

Una desbandada importante se dará al interior del Ayuntamiento de Torreón con la solicitud de licencia de por lo menos cuatro de sus integrantes. De esta forma ya están sobre el escritorio del alcalde, Eduardo Olmos, los oficios de la primera síndica de mayoría Lucrecia “Quecha” Martínez, pero no es porque aspire a un puesto en el Congreso estatal, sino porque “motivos de salud’’ la han obligado a ausentarse por tiempo indefinido de su oficina. Las malas lenguas, que nunca faltan, aseguran, que en realidad la priista decidió guardarse unos meses para descansar de los engorrosos panistas que no la dejan ni a sol ni a sombra. Los que sí van y “duro” en busca de un cómodo puesto en el Congreso del Estado son: el priista y primer regidor del Ayuntamiento, Rodrigo Fuentes.

Ante esta “baja” quien ya se prepara para hacerse cargo del desordenado rebaño de regidores del PRI es José Elías Gánem, uno de los pocos que hablan en las sesiones de cabildo donde los panistas les acomodan golpes de a tiro por viaje. Otro que se va por tiempo indefinido del lado de los panistas es el regidor panista, Rodolfo Walss, quien hizo de todo, por todo y para todo con el ánimo de colarse al Congreso del Estado representando un PAN que cada vez se ve más desmoronado como polvorón, pero que de todas formas firma en la sagrada nómina, que a final de cuentas es lo que importa . La que dicen por ahí que espera su cuota por meses y meses de duras criticas hacia la administración de Eduardo Olmos es la sindica de vigilancia y panista, Natalia Virgil, a quien siempre que se le pregunta si va por una diputación dice no, aunque en política todos sabemos que no quiere decir sí.

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Pero la desbandada no es sólo en el Municipio, también en el Gobierno del Estados muchos buscarán seguir sacrificándose por el pueblo, pero ahora como diputados locales. De esta forma se espera que entre hoy y mañana presente su licencia para dejar la Secretaría de Desarrollo Regional, Antonio Juan Marcos Villarreal, luego más de un año en que más a fuerzas que de ganas le tomó gusto a las obras públicas y con el apoyo de algunos funcionarios estatales “maniobró” para tomar el control total de las mismas en forma física y con las constructoras. Lo que no se sabe es quién se hará cargo de algunos pendientillos legales que hay por ahí, relacionados con recursos que se tendrán que regresar a la federación supuestamente por fallas administrativas.

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Por cierto donde existe un descontrol total en cuanto a mandos y acciones es en el Simas, donde la lucha de poder entre el gerente general Jesús Campos y el contralor, Mario Cepeda, ya tiene saldos negativos en lo técnico y en lo administrativo. Y es que aunque hacen muchas reuniones sólo sirven para platicar de los graves problemas financieros que enfrenta la empresa abastecedora de agua, problemas que nadie resuelve. Cada uno en su isla tienen al garete la parte técnica, la que hace más de un año está a cargo de Pantaleón Originales que de plano no da una. No hay control en los trabajos de recarpeteo y pavimentación, se pagan precios elevados a las constructoras. Ejemplo del desorden que hay en el Simas fue que en la pasada onda gélida se les olvidó avisar a la ciudadanía que se preparara para lo que tuvo que sufrir después, una severa escasez de agua potable durante dos días.

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Por cierto donde no parece una isla, sino que se ha convertido en un feudo, es el Fideicomiso de Seguridad Pública donde pese a que existe un presidente honorario, nuestros subagentes disfrazados de policías de vigilantes cuentan que la mano del contralor municipal, Lauro Villarreal Navarro, es la que mece la cuna. Ahí nadie sabe bajo que criterios se eligen a los proveedores, la suerte que corren las licitaciones públicas. Tampoco como se eligen los talleres que dan mantenimiento a los cientos de patrullas dañadas semana a semana por el trabajo de los municipales. Ahí nadie sabe nada, ni informa nada, sólo don Lauro que sigue firme con el apoyo del Alcalde.

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En los últimos días los regidores del PRI en Gómez Palacio comentaron lo tranquila que estuvo la última sesión de Cabildo en la cual no habló para nada el regidor panista Gustavo Acosta, quien es el que lidera a los regidores de oposición para hacer críticas a la Administración de la alcaldesa Rocío Rebollo y quien curiosamente se lleva mucho mejor con ella que con el tesorero municipal Miguel Chibli que es de su propio partido (aunque lo quieran expulsar), según se dice por un problema de salud, por el cual tuvo que ser operado. Acosta no puede comentar mucho, pues cada que lo hace parece que habla el mismísimo Darth Vader de la saga “La Guerra de las Galaxias” por lo cual para alguien como Acosta, con un florido vocabulario, parece ser un suplicio. No obstante, Acosta ha jurado que en cuanto se recupere totalmente regresará “recargado” a “amenizar” las sesiones.

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