La semana pasada se dio el relevo en la jefatura de la Policía Federal en Coahuila, con la salida del comisario Héctor Valdepeña. A su lugar llegó Pascual Rodríguez Valdivia quien, según nuestros subagentes, viene precedido de polémica por su pasado en la Agencia Federal de Investigaciones. Se dice que al pasar de la AFI a la Policía Federal, don Pascual no acreditó los exámenes de control de confianza y, según esto, habría sido con “palancas” como en 2008 se colocó con el entonces coordinador de Seguridad Regional de la PF, Édgar Millán, quien luego fue asesinado. Se dice también que la protección a don Pascual viene de a mero arriba, pues el nuevo jefe de la Federal en Torreón es cercano al secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, desde los tiempos en que ambos estuvieron en la AFI.
En cuanto a don Héctor, sus jefes tuvieron a bien mandarlo de Guatemala a Guatepeor, pues lo hicieron comisario de la Federal en Nuevo León, donde la cosa está que arde. Tras un par de años en la Comarca Lagunera, don Héctor padeció el desdén de la Secretaría de Seguridad Pública que durante casi todo el año pasado lo dejó nomás con cinco agentes de la división de Caminos y sin elementos de las Fuerzas Federales de Apoyo que combaten al crimen organizado, que llegaron hasta fines de año. Su última chamba fue armar el “Sellamiento Nazas”, aunque el éxito del operativo todavía está por verse y la responsabilidad ahora cae en don Pascual. A ver si la cercanía con el jefazo García Luna sirve de algo, porque como van las cosas, los malandros le siguen comiendo el mandado a las fuerzas federales.
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En el PAN todavía deshojan la margarita para definir los candidatos a diputados locales, aunque nuestros subagentes no han logrado determinar si esto es porque hay exceso o escasez de tiradores para aventarse contra la maquinaria PRI-Moreira. El aspirino a gobernador y primer compadre Guillermo Anaya amarró para su grupo la mayoría de las postulaciones y las otras figuras del PAN coahuilense, como Ernesto Saro o Juan Antonio García Villa tendrían cuotas simbólicas. En Torreón don Memo lleva la mano, aunque al menos un panista identificado con su equipo ya le dijo que no, gracias. Se trata del delegado de Reforma Agraria, Luis Gurza, a quien iban a postular para el distrito 8. El problema es que esa demarcación abarca la parte poniente de Torreón, donde están las colonias más violentas e inseguras de la ciudad, en las que no cualquiera se mete para hacer campaña. El candidato del PRI ahí es el primer regidor Rodrigo Fuentes, que según esto ya tiene los amarres con las lideresas de colonias para que pueda hacer campaña sin problemas. Ante esta situación, don Luis mejor prefirió seguir cobrando de delegado y evitarse tribulaciones. Se dice que eso servirá como pretexto a don Memo para lanzar al regidor Rodolfo Walss, a ver si da tanta lata en la Durangueña como en el Cabildo. En los otros distritos Gabriela Casale enfrentará a Lázaro (perdón, Francisco) Dávila en el distrito 9, mientras que Alfonso Zermeño va contra Antonio Juan Marcos en el distrito 7. Ésta será una elección de jóvenes herederos, pues hay que recordar que sus respectivos padres, Jorge y Salomón, fueron rivales allá por 1996, con resultado favorable para el panista, por lo que ahora don Toño iría por la revancha.
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Aunque los priistas ya tienen emplazados sus tiradores y estrategas para la campaña, una pieza quedó suelta en la alineación del casi seguro heredero Rubén Moreira. La salida de Armando Luna de la secretaría general del PRI estatal motivó en corrillos políticos comentarios en el sentido de que el estratega legal del “Gobierno de la Gente” iba a ser lanzado de segundo lugar en la lista de candidatos a una diputación “pluri”. El problema, dicen nuestros subagentes, es que los estatutos del PRI ordenan que las listas de representación proporcional deben alternar un hombre y una mujer. Como el primero en la lista será el ex gober Eliseo Mendoza Berrueto, pues alguno de los dos tendría que someterse a una severa intervención quirúrgica para cumplir con los estatutos, y como que eso se ve difícil aunque está muy de moda. De ser así, lo más probable es que don Armando se quede sin hueso y por eso se especula que fue “congelado” por un desencuentro que habría tenido con don Rubén. Pero según los subagentes, el ex secretario de Gobierno anda metido en la coordinación de la campaña de diputados y en la estrategia legal del partido, aunque todavía está por verse si será reciclado próximamente.
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Y hablando nuevamente del PRI, el nuevo delegado del Comité Nacional, Óscar del Real, apenas aterrizó y se topó con un mini-escándalo a raíz de unos polémicos comentarios vertidos en una cena por el ex alcalde Javier Garza de la Garza, quien tuvo la ocurrencia de decir que a los priistas de Torreón les fue como en feria durante el gobierno de Humberto Moreira, tan mal, que estaba difícil que con el hermano Rubén les fuera peor. Esto provocó que varios cuadros tricolores acusaran traición y buscaran desmarcarse, además de que el empresario Carlos Delgado, organizador de la reunión, tuvo que salir a arreglar el entuerto para que no fueran a decir que se prestó para un “compló” de subversivos. Todo el asunto trascendió a las columnas políticas y según los subagentes fue el bien peinado ex alcalde Carlos Román Cepeda el que había soltado toda la sopa a periodistas de la peronera capital. La sospecha creció cuando don Carlos Román no se apareció en un desayuno de priistas con el nuevo delegado, donde éste se puso al tanto del borlote que se armó. ¡Ah como les gusta el chisme!
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Nuestros subagentes escondidos en camiones de basura cuentan que a la empresa PASA ya le anda por firmar el nuevo contrato de limpieza en Torreón, no sólo para desembarazarse de la bronca jurídica que trae con el Municipio, sino porque se le acaba de abrir otro frente legal en Reynosa, donde la empresa enfrenta un litigio por la renovación de su contrato con el Ayuntamiento de esa balaceada ciudad (eso sin contar la bronca que traen en Cuernavaca, otra balaceada ciudad). Según dicen los subagentes tamaulipecos, PASA cabildea la renovación del contrato para recolección de basura en Reynosa, pero resulta que la administración municipal decidió que la empresa se estaba poniendo unos moños increíbles con las tarifas (más caras que Torreón, por cierto) y el mes pasado decidió cancelarles el servicio y asumir las tareas de limpieza. Como es costumbre con la empresa regiomontana, el caso se fue a juicio de amparo y ahí está atorado. El caso se parece mucho a la situación vivida entre PASA y la administración del alcalde José Ángel Pérez, con la diferencia de que aquí la actual administración no opuso mucha resistencia para renovarles el contrato, mientras que allá en Reynosa al alcalde le salió lo José Ángel y la agarró contra la “voracidad” de la empresa. Para ponerle sabor al caldo, empezaron a salir versiones de que funcionarios de Reynosa habían cabildeado a favor de extender el contrato a PASA, lo que hace preguntar si éste no es su modus operandi. El caso es que a PASA le urge firmar en Torreón, pues eso de hacer malabares con dos litigios está medio difícil.
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Una inocente pregunta a raíz de una revelación de Wikileaks publicada en estas páginas el otro día: Si se dice que un corrupto miembro del primer círculo presidencial filtró el expediente médico de Felipe Calderón a los narcos, ¿fueron los narcos los que se lo pasaron a Noroña?
