El anuncio de que el “Gobierno de la Gente” ya no va a hacer más obras con dinero del Impuesto sobre Nóminas no sorprendió a nadie, por aquello de que las finanzas estatales ya no alcanzan para sostener nuevos proyectos, cuando ni siquiera pueden terminar los que están en curso. Hasta el gober Jorge Torres López tuvo que admitir los retrasos en los pagos a contratistas que tienen detenidas varias obras. Sin embargo, llamó la atención de nuestros subagentes la postura tomada por los “ipecos” dentro del comité del ISN, que no sólo no cuestionaron la decisión de “congelar” las obras, sino que la consideraron perfectamente normal. Y es que son los propios agremiados en las cámaras empresariales los que ejecutan las obras y como “de perdido lo que aparezca”, mejor optan por “más vale pájaro en mano” y cobrar lo que puedan de las maltrechas arcas estatales. Otra cosa que también resulta notable, es que los dirigentes empresariales tampoco hicieron mucho escándalo por el retraso en los pagos y la suspensión de las obras, sobre todo cuando es evidente el contraste con la peronera capital, en donde sí existe la liquidez que no hay en Torreón y proyectos como el mega-distribuidor vial “El Indio” se trabajan a todo vapor y con el dinero fluyendo. Pero al menos el vicegober de Desarrollo Regional, Miguel Ángel Riquelme, ya encontró la manera de hacer caravanas con sombrero ajeno, al colgarse de los recursos del Fondo Metropolitano para presumir obras de infraestructura en estos tiempos electorales en los que necesitan algo para lucirse.
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Por cierto, hablando del vicegober Riquelme, nuestros subagentes reportan que desde su nueva chamba busca extender sus redes de control político haciéndose cargo de los programas de desarrollo social del Municipio que maneja Fernando López, (eso de “maneja” es un decir, porque no ha hecho nada.) Y es que una de las encomiendas de don Miguel es despojar al alcalde Eduardo Olmos de la operación electoral de los programas sociales, al estar comprobado que en el Municipio ya no rompen un buñuelo a sentonazos. Por otra parte, el vicegober también quiere meter la mano en el programa federal de “Oportunidades” que maneja el panista Luis Fernando Salazar bajo el faro, luz y guía del primer compadre Guillermo Anaya. Se dice que don Miguel tiene “maiceados” a operadores de “Oportunidades” para que al entregar los apoyos consigan que los beneficiarios se lo agradezcan al PRI y no al PAN. ¿Será?
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Los que preparan maletas para cruzar el Océano Pacífico rumbo al lejano oriente son el secretario de Fomento Económico, Marcos Durán, y el alcalde Eduardo Olmos, que van en misión empresarial a Japón a ver si pueden conseguir inversiones. Para don Lalo sería una oportunidad de jalar una buena noticia a la región. Pero el reto es mayor para don Marcos, pues debe comprobar que la diferencia en los apoyos a Saltillo y a Torreón para jalar empresas es, como dice, “una leyenda”. Eso sí se ve difícil, pues a menos que el jefazo de Fomento regrese de Tokyo con una inversión de 5 mil millones de pesillos y más de 10 mil empleos, la “leyenda” seguirá siendo una dolorosa realidad y Saltillo seguirá siendo Coahuila y todo el resto, “el interior”.
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El gober ¿con licencia? Humberto Moreira fue ungido ayer como nuevo presidente nacional del PRI con la encomienda de recuperar para el ex partidazo la Presidencia de la República en 2012, de preferencia de la mano de Enrique “El Gavioto” Peña Nieto. Pero nuestros subagentes reportan que el “presidente bailarín” ya tuvo una probadita de los conflictos al interior del PRI desde antes de rendir protesta. Dicen que don Humberto ni siquiera pudo tomar posesión de las oficinas de la presidencia del partido para acomodar sus lápices, pues la ahora ex presidenta Beatriz Paredes no lo dejó, nomás por hacerle la maldad porque el coahuilense no era su “gallo”. Otra bronca que don Humberto trae entre manos es el conflicto entre los coordinadores del PRI en el Congreso, pues el pastor de los senadores, Manlio Fabio Beltrones, y el de los diputados, Francisco Rojas están cada vez más distanciados porque el segundo no le quiere dar entrada a la iniciativa de reforma fiscal de los senadores. Eso sin contar las zancadillas entre operadores de don Manlio y don Enrique, que amenazan con descarrilar la pretendida unidad rumbo a “la grande”. O sea que don Humberto tiene un buen paquete para cuando llegue a sentarse a la oficina principal de Insurgentes Norte y está difícil que lo arregle con un concurso de baile. Por lo pronto, ya recibió un regalo del IFE, al avalar la reforma de estatutos del PRI para impedir que se postule como candidato a la Presidencia el año que entra. Este “candado” fue propuesto por el mismo profe Moreira para que luego no dijeran que quería la dirigencia de “trampolín inmediato” a Los Pinos. Ahora que el IFE dio su aval, don Humberto podrá concentrarse no sólo en las tareas del partido, sino también en el 2018. La edad le ayuda.
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Y mientras la clase política coahuilense, del gober Jorge Torres para abajo, se congregaba en Querétaro, los reflectores brillaron sobre la peronera capital de manera poco favorable, al registrarse una intensa balacera entre malandros y policías estatales en los muy modernizados bulevares saltilleros, algo impactante pues en aquellos lares no están acostumbrados a tragar plomo. Los eventos dejaron al pobre alcalde Jericó Abramo con ganas de irse a echar porras a Querétaro, y se quedó junto con el Fiscal Jesús Torres Charles, quien ha tenido días bastante moviditos. El gober Jorge Torres se regresó apenas se acabó el evento para aprender con qué se come eso de las balaceras. Por supuesto, mientras circulaban las noticias de que Humberto Moreira asumía la presidencia del PRI, a la par se informaba del estado en que se encuentra su Estado.
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El secretario de Gobernación, Francisco Blake, estará hoy en Torreón para una reunión de “evaluación” de los operativos de seguridad del Ejército y policías federales, estatales y municipales. Quizá venga a buscarle los agujeros al “Sellamiento Nazas” en el encuentro con el gober Jorge Torres López, pero lo que está claro es que por más reuniones de evaluación, los malandros siguen haciendo de las suyas. De hecho, en la semana Torreón fue escenario de varios sucesos violentos que provocaron en las autoridades como única reacción, decir que iban a reunirse para revisar el operativo y que, en todo caso, el aumento en muertos y balaceras era precisamente a causa del “sellamiento”, cuando en un mundo normal debería ser al revés. Don Jorge por poco y se lleva una probadita de esto, pues el jueves estuvo en Torreón, pero se fue minutos antes de que un grupo armado lanzara una granada a policías estatales y luego se desatara una balacera en el Centro. Ahora el secretario de Gobernación deberá recordar que algo similar le pasó a su antecesor, Fernando Gómez Mont, cuando estuvo en la ciudad en mayo del año pasado y se aventó el disparate de afirmar que Torreón no estaba tan mal como Ciudad Juárez y que por eso no requería tantos policías federales. 24 horas después de aquella visita, un grupo armado atacó un bar a cinco cuadras de donde había estado don Fernando, con saldo de ocho muertos. A ver qué viene a decir ahora el secretario Blake. Menos mal que el General Marco Antonio González Barreda, jefazo de la Región Militar, ya dijo que estaba la cosa “bajo control”. Imagínese si no lo estuviera.
