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VERDADES Y RUMORES

El Agente 007

Por fin salió humo blanco en el Comité Nacional del PAN para la designación de los candidatos a diputados locales. Los favorecidos por el dedazo para Torreón fueron Alfonso Zermeño, María Eugenia Cázares y Gabriela Casale, todos con el fierro del ex alcalde Jorge Zermeño y del primer compadre Guillermo Anaya. Esto significa que las contiendas de la alianza PAN-PRD contra el PRI serán de la siguiente manera: El joven Poncho se enfrenta al joven Toño Juan Marcos en el distrito 7, doña Maru peleará contra Rodrigo Fuentes en el 8, y doña Gaby se medirá contra el descongelado Francisco Dávila en el 9. Como las campañas arrancan hasta fines de mayo, los aspirinos tendrán tiempo de preparar la artillería.

La contienda interesante será en el distrito 7, tanto porque enfrenta a dos jóvenes grillos como porque es una batalla de dinastías y una revancha de la elección municipal de 1996 cuando los padres de ambos, Jorge Zermeño y Salomón Juan Marcos, se enfrentaron y ganó el panista. En las pluris el “ganón” fue Fernando Gutiérrez, ex delegado de Medio Ambiente y el más fiel escudero de don Memo, que prácticamente tiene garantizado cobrar en la nómina legislativa. Don Fernando es el único lagunero que quedó en posición de agenciarse una “pluri”, pues el regidor Rodolfo Walss le hizo el feo a la segunda posición que le tocó y prefirió regresarse al Cabildo con lo cual quedó descalificado. En la tercera posición quedó el monclovense Gerardo García, pero se ve difícil que el PAN meta más de un “pluri”, pues tuvo que sacrificar posiciones ante el PRD y la UDC para ir en alianza. Don Rodolfo, por su parte, se quedó como el perro de las dos tortas, sin ninguna, pues también le tiraba a ir por un distrito y ahora se regresará a darle lata al alcalde Eduardo Olmos.

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Ante el “silencio electoral” y la prohibición para la propaganda política, por las calles de Torreón empezaron a aparecer pintas con graffiti con la leyenda “No al hermano ni mucho menos al compadre”. La alusión claramente es a la contienda electoral en Coahuila, que tiene tintes familiares por enfrentar a Rubén Moreira, hermano del gobernador ¿con licencia?, y Guillermo Anaya, compadre del presidente Felipe Calderón. Lo que hasta ahora nuestros subagentes no han determinado, es quién es el autor de las pintas, pero tienen dos hipótesis. Por un lado, apuntan a que puede ser el ex dirigente perredista Abundio Ramírez, que renunció al PRD en protesta por la alianza con el PAN y también dejó claro que no iba a sumarse a la campaña del PRI. Por otra parte, se dice que son obra del partido Convergencia, que lleva de abanderado al ex panista Jesús González Schmall y que andaría tan corto de lana que no tienen ni para pintar bardas como Dios manda y por eso deben conformarse con el graffiti. ¿Será?

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En la Fiscalía General de Coahuila queda claro que sólo entienden a periodicazos, pues de otra manera no se explica la diligencia con la que los muchachos de Jesús Torres Charles se aplicaron en su cuenta de Twitter para informar sobre un par de balaceras en Torreón el domingo pasado. Como se informó aquí, nuestros subagentes cibernéticos detectaron que la Fiscalía sólo usaba el Twitter para informar de balaceras en la peronera capital, pero desde que sacaron la cuenta hace diez meses nunca alertaron a la ciudadanía sobre los innumerables hechos violentos que han ocurrido en Torreón en todo ese tiempo. Finalmente se pusieron las pilas, aunque todavía nadie abriga esperanzas de que van a seguir la misma tónica, por aquello de que una golondrina no hace verano. Lo cierto es que la Fiscalía quedó en ridículo ante su marcada preferencia por la seguridad de los saltilleros, y todavía después de ser exhibidos siguen demostrando dónde está su corazoncito. Y es que cuando la Fiscalía quiere reportar calma escribe en Twitter que “no se han presentado hechos extraordinarios en la ciudad de Saltillo ni en el resto del Estado”. ¿O sea que primero Gulliver y luego los enanos?

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Ante el estado de emergencia que vive Japón por las tragedias del terremoto, el tsunami y el desastre nuclear, hay dos teorías sobre cuál será el resultado del viaje que se aventaron el alcalde Eduardo Olmos y el jefazo de Fomento Económico, Marcos Durán. Hay quienes dicen que la situación en Japón congelará cualquier inversión que empresas de ese país tienen en el extranjero, ante el severo apretón económico que viene para los nipones, con lo cual el viaje sólo habrá servido para que los funcionarios se fueran a pasear y se regresaran con el susto mayúsculo. Pero mientras éste sería el escenario de corto plazo, en el mediano y largo hay quienes opinan que puede ser benéfico pues la parálisis en la industria japonesa provocará que las empresas busquen llevarse más operaciones al extranjero. En el caso de la industria automotriz, una de las más afectadas por el desastre, la transferencia de producción sería positiva para Coahuila. Aquí se abre una ventana de oportunidad para atraer esas inversiones a La Laguna y, de paso, que don Marcos logre comprobar que la diferencia de apoyo entre Saltillo y Torreón es “una leyenda”. El problema es que esto implica mucho trabajo y para eso las autoridades no están muy preparadas ni son demasiado dadas a la labor.

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Por cierto hablando de Japón, nuestros subagentes en la peronera capital comentan que el secretario de Medio Ambiente de Coahuila, Francisco Martínez Ávalos, traía una sequía de ideas de tal magnitud, que durante una entrevista no se le ocurrió mejor cosa que decir que están pendientes ante la llegada de la ola radioactiva que emana de Japón, y que se espera para los próximos diez días. Por supuesto que nadie corrió a construir refugios contra radiación en las casas ni a hacer compras de pánico para sobrevivir un invierno nuclear, porque las declaraciones de don Paco deben ser la más grande insensatez emanada del Gobierno Estatal en mucho tiempo. Se ignora de dónde sacó el funcionario la noción de que una ola de radioactividad puede viajar más de nueve mil kilómetros a través de las corrientes de aire del Océano Pacífico y llegar concentrada a México, como para que elevara el “más vale prevenir” a nuevas alturas. (O a lo mejor estaría pensando en el regreso de Eduardo Olmos). Si fuera secretario del Medio Ambiente de Alaska, sus declaraciones tendrían más sentido, pero de hecho su afán de precaución contrasta con lo que dicen autoridades ambientales de la costa oeste de Estados Unidos y Canadá (ésta sí mucho más cerca del peligro), que señalan el bajísimo riesgo que existe de ser alcanzados por una ola radioactiva. Con tantos problemas ambientales en Coahuila (¿hay que recordarle los de La Laguna?) no estaría mal que don Francisco se pusiera a trabajar y dejara de fumar lo que venden en la Alianza.

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