La bronca en las finanzas de Coahuila es tan severa que el “Gobierno de la Gente” y sus municipios afiliados se están colgando de los recursos federales del Fondo Metropolitano para financiar varias obras pendientes y cubrir la falta de dinero propio. Lo curioso es que se supone que el uso de este dinero, que llega a La Laguna desde hace tres años, es para proyectos de impacto metropolitano en la zona conurbada de Torreón, Matamoros, Gómez Palacio y Lerdo, pero las obras beneficiadas con este fondo no necesariamente cumplen ese objetivo. Para lo que sí han servido es para que el gober, Jorge Torres, el vicegober, Miguel Ángel Riquelme, y el alcalde Eduardo Olmos tengan una tabla de salvación a sus apuros financieros.
Por ejemplo, comentan nuestros subagentes, el gobierno estatal metió al Fondo Metropolitano un puente en el entronque de la autopista y la carretera antigua a San Pedro, cuando la obra estaba contemplada desde el proyecto original a realizarse con dinero del Estado. La sequía en las arcas obligó el retraso de la obra y ahora don Jorge y don Miguel encontraron en el fondo federal una puerta de salida para poder lucirse. Lo mismo ocurre en obras carreteras en la zona industrial de Mieleras, que fueron “catafixeadas” por el parque en el lecho seco del Río Nazas, y hasta para comprar los filtros para arsénico en el agua potable. Originalmente estos proyectos debían ser financiados con recursos locales, pero la ausencia de dinero provocó que se echara mano de los fondos federales para salvarlos. Al fin y al cabo el vicegober Riquelme viene de cobrar como diputado y miembro de la Comisión de Desarrollo Metropolitano de la Cámara, así que sabe bien cómo mover estos billetes, porque además el gobierno estatal lleva mano en la decisión de los proyectos. El problema es que en el tintero se están quedando planes de verdadero impacto metropolitano, como obras de infraestructura hidráulica y carretera, porque las autoridades prefieren usar el dinero para cubrir sus pendientes. Los subagentes se preguntan si estos movimientos cumplen con el objetivo del Fondo Metropolitano y si la diputada Alma Carolina Viggiano, tendría algo que decir al respecto, no sólo porque preside la Comisión de Desarrollo Metropolitano, que se encarga de supervisar las obras, sino porque también le tira a ser primera dama de Coahuila y el pueblo podría pensar que es muda.
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Nuestros subagentes en los pasillos de la Secretaría de Gobernación comentan que las huestes del jefazo Francisco Blake están medio preocupados por la ausencia de un plan de contraataque a las ocurrencias del gober ¿con licencia? y nuevo líder priista, Humberto Moreira. Se dice que los funcionarios están armando un expediente negativo sobre don Humberto como arma para responder a los ataques que traen fintos a varios secretarios del gabinete de Felipe Calderón. Tan sólo en la última semana el coahuilense se metió en discusiones con los secretarios de Trabajo, Javier Lozano, y de Desarrollo Social, Heriberto Félix. Los pleitos permiten anticipar dos cosas. Una, que don Humberto se ha convertido en el pararrayos del gober del Edomex, Enrique Peña Nieto, para evitarle la molestia de meterse en discusiones que pudieran afectar su marcha hacia la candidatura presidencial del PRI. Esto quedó en evidencia también cuando brincó el hermano cómodo Rubén Moreira a hacer el uno-dos y dijo que los tricolores van a “aplastar” al PAN en 2010. La otra es que los temas de empleo y pobreza serán la parte medular del discurso del PRI, pues la seguridad es una camisa de once varas. El problema para los funcionarios federales es que no tienen un plan de respuesta y por eso en Gobernación andan urgidos de datos sobre los puntos negativos de don Humberto. Una señal del contraataque fue la visita del gober panista de Sonora, Guillermo Padrés, que anduvo en Torreón el fin de semana y deploró el “incesto político” que ocurría en Coahuila. La cosa promete ponerse buena si los panistas logran juntar municiones contra don Humberto, pues es claro que el coahuilense no se va a dejar y el sainete prometería algo de circo.
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Los regidores priistas del Cabildo de Torreón andan enojados con su colega Alejandro Martínez Garza, quien desde hace un mes ocupa el cargo de primer regidor, aunque hasta ahora nadie parece darse cuenta. El problema, cuentan nuestros subagentes, es que los ediles andan molestos y de hecho ya hasta lo regañaron porque le da por llegar a trabajar temprano a su oficina y quedarse hasta tarde, lo cual es un espantoso ejemplo. También se dice que don Alejandro se está asesorando en los asuntos que el Cabildo trae entre manos, por lo que se ha aplicado un poco más que el resto de los colegas. Y es que el novato edil llegó al cargo de primer regidor, pero no ejerce como pastor del rebaño priista, pues el tercer regidor, José Ganem, le comió le mandado en esos menesteres y no se quiere dejar. Se dice que el nuevo primer regidor proviene del grupo del jefazo del PRI municipal, Salvador Hernández Vélez, que quiere meter más la mano en el Ayuntamiento. ¿Será?
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Por cierto, el regidor José Ganem agarró muy en serio su papel de coordinador de los ediles priistas y emprendió la defensa de su gremio contra los afanes recaudatorios del “tesorito” Pablo Chávez Rossique, que todavía la trae contra los regidores por su voracidad en la condonación de multas. El problema para el joven Pepe es que sus explicaciones para justificar el privilegio que tienen los ediles es bastante inconsistente. En una entrevista, el edil dijo que en todo caso las condonaciones no son muchas y que si se hacen es para ayudar a quienes son multados de manera injustificada. Cuestionado sobre el método que tienen los regidores para determinar qué ciudadanos en realidad fueron objeto de una injusticia, don Pepe patinó y mejor cambió de argumento. Entonces salió con que la condonación es para ayudar a personas de bajos recursos. Claro que si le busca razones, seguro las va a encontrar, pero hasta ahora ningún regidor ha logrado explicar cuál es el criterio real, si es una cuestión de justicia social o de estudio socioeconómico. Lo cierto es que, según cálculos de la Tesorería, las arcas municipales pierden cerca de un millón de pesos al mes por ese “privilegio”.
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En la Presidencia Municipal de Gómez Palacio crecen las murmuraciones, en voz muy baja, sobre la incapacidad del gobierno de Durango para terminar la pavimentación de la calle Madero, una de las principales calles del Centro y el principal acceso a la Presidencia. La calle fue destripada desde hace algunos meses, pero la obra de repavimentación está detenida. Nuestros subagentes se han dado cuenta de que funcionarios y regidores ya están hasta el chongo de tener que transitar por esa calle que está convertida en terracería, aunque resulta paradójico que se quejen, pues así tienen una probadita de lo que viven muchos ciudadanos todos los días que deben lidiar con un gobierno que no termina las cosas. Pero claro que los reclamos al gobierno estatal se hacen en voz muy baja, pues los que trabajan en la Presidencia estarán muy hartos, pero no son tontos y ni modo de darle patadas al pesebre.
