El calor de la campaña electoral por la gubernatura de Coahuila está subiendo de intensidad y ya nuestros subagentes reportan la aparición del porro que muchos cuadros partidistas traen dentro. Se dice que algunos simpatizantes del priista Rubén Moreira y del panista Guillermo Anaya se están pasando “de tueste” a la hora de enfrentar a adversarios, llegando incluso a los puños para defender a sus respectivos candidatos. Ya se había reportado la golpiza que recibió un priista que andaba tomando fotos de personas que repartían la propaganda de “No al hermano” en un centro comercial. Ahora los subagentes cuentan que una persona que traía en su automóvil una calcomanía con la susodicha frase fue bajado del vehículo por varias personas y golpeado nomás porque traía la leyenda ofensiva.
Viene de la Uno
Los ánimos ya se están caldeando antes incluso de que empiece la campaña y los “rounds de sombra” se han convertido en golpizas de a de veras. Y eso sin contar el hartazgo que decenas de ciudadanos han manifestado porque cuadros partidistas les hablan por teléfono para criticar a un candidato o les dejan volantes o pegan calcomanías sin permiso. Si ése es el nivel que los candidatos quieren para sus campañas, ya podemos anticipar cómo serían sus gobiernos.
A unas semanas de que arranquen formalmente las campañas a la gubernatura y el Congreso local, los operadores del PRI en Torreón traen una rebatinga que ha dejado descontentas a muchas huestes tricolores. Dicen nuestros subagentes que algunos cuadros como Miguel Ángel Riquelme, Mario Cepeda y Rodrigo Fuentes se están pasando de sectarios, consintiendo sólo a una fracción de líderes en las colonias y desplazando a otros operadores que don Rubén quiere meter para quebrar algunos feudos en el PRI local. Se comenta que los operadores tradicionales del tricolor hablan de un “pastel” que ya está repartido y que no van a compartir con advenedizos. Cada uno de ellos busca proteger al máximo las bases que han cultivado durante años y sólo a punta de regaños van a entender. Cuentan que al menos un operador tricolor ya recibió un jalón de orejas para que abriera el juego y entendiera que si bien hay pastel, éste no es suyo. El problema que ven en el PRI es que los apoyos que se distribuyen a través de la vicegubernatura de Desarrollo Regional y el Municipio no están llegando a todos los destinatarios, sino que se atoran en los liderazgos de colonias que buscan beneficiar sólo a ciertos grupos. Mientras tanto, se comenta que las huestes del PAN buscan sacarle provecho a esto buscando una mayor penetración de los apoyos federales del programa Oportunidades y que éstos han sido más efectivos. En una de ésas, el PAN le puede pegar un susto al PRI en Torreón o al menos descarrilar el objetivo de 170 mil votos que el aspirino Rubén Moreira le impuso al tricolor municipal, lo cual le causaría un fuerte enojo.
Como los “Ratoncitos Paseadores” de la canción de Cri-Cri, los regidores y directores municipales de Torreón cerraron el changarro temprano y se agarraron toda la semana de merecidísimas vacaciones por lo duro que han chambeado en el último año. Hasta ahora el único que se quedó a dar la cara fue el secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery, que justificó a sus colegas con el argumento de que “por salud mental” necesitaban irse a descansar, como si un año de servicio público los estuviera volviendo locos. Si de perdido hubieran chambeado a lo mejor no se vería tan mal, pero resulta que hasta en los departamentos que más problemas han dado los titulares se desaparecieron, como el DIF, Atención Ciudadana, Medio Ambiente, Obras Públicas y otros. Hasta el alcalde Eduardo Olmos se esfumó. Como diría el inmortal Cri-Cri, “tomando vacaciones suelen ir a vagar, a correr por aquí y por allá”.
Mientras Rubén Moreira se prepara para arrancar su campaña, nuestros subagentes comentan que también tomará este proceso como una oportunidad para medir a los “gallos” que tendrán fuerte presencia en el próximo sexenio. Se dice que los ojos están puestos sobre el coordinador de la campaña, Héctor Franco, quien es uno de los personajes más cercanos al candidato tricolor. Se dice que don Héctor sería la carta del clan Moreira para la alcaldía de la peronera capital dentro de dos años, chamba que sería la prueba de fuego, para luego candidatearse a la gubernatura en 2017, donde llevaría de competencia al actual alcalde saltillense, Jericó Abramo Masso. Claro que aún falta tiempo, pero ya se sabe que a los hermanos Moreira les gusta planear las cosas con tiempo. A menos, claro, que se cuele por ahí otro hermano cómodo, como Álvaro Moreira, y se aplique otra sucesión fraterna.
El operativo “Sellamiento Nazas” que tanto presumen las autoridades como responsable de haber bajado los robos de vehículo en el norte de Torreón también ha servido de magnífica oportunidad para que los agentes participantes le entren duro a la “mordida”. Aya se había comentado que los agentes de Vialidad de Torreón y Gómez Palacio andaban muy entusiastas extorsionando bajo cualquier pretexto a los conductores que detenían en los puntos de vigilancia que colocaban en los puentes sobre el río. Pero ahora resulta que también agentes de la Policía Federal, que según esto son los más confiables, le entran con gusto a esta práctica. Nuestros subagentes comentan varios casos en el que los federales piden “mordidas” y se conforman con 50 ó 100 pesillos, lo que los lleva a pensar qué pasaría si un malandro con carro robado les ofrece un “cañonazo” de varios miles. Por lo visto, el nuevo jefazo de la Federal en Torreón, Pascual Rodríguez Valdivia, todavía está acomodando los lápices en su oficina, dos meses después de su llegada.
Debido al éxito que resultó ser el “Paseo Colón” que el Municipio organiza cada domingo, una empresa local ofreció donar unas 50 bicicletas para que se prestaran a los paseantes, pero nuestros subagentes reportan que la reacción inicial de las autoridades fue de “no gracias” porque ya existía una concesión para rentar bicicletas y había que sacarle algo de jugo al paseo dominguero. El problema era que la empresa en cuestión es una de ésas a las que no se les puede decir que no fácilmente, de modo que cuando las huestes del alcalde Eduardo Olmos vieron que era una estupidez negarse a dar el servicio gratis, tuvieron que “recular” (así se dice) y aceptar la oferta para complementar el servicio de renta. Y es que se dice que la concesión para la renta de “biclas” había sido otorgada a uno de los publicistas estrellas del alcalde y ni modo de ponerle competencia desleal. ¿Será?