Con el arranque de las campañas a la gubernatura de Coahuila inició también el desfile de promesas por parte de los aspirinos Rubén Moreira, del PRI, y Guillermo Anaya, del PAN, que quieren ofrecer hasta las perlas de la Virgen con tal de seguir chupando de la jugosa nómina. En el caso de La Laguna, el único que hasta ahora ha presentado un proyecto concreto es el candidato tricolor, aunque los 120 compromisos que firmó en su primer acto de campaña en Torreón sugieren que no hay un diagnóstico sobre los problemas de la región. Por ejemplo, don Rubén propone un nuevo aeropuerto para la región que permita atraer más transporte de carga y detonar inversiones industriales, pero la idea suena demasiado ambiciosa cuando en cinco años (de gobierno de su hermano) ni siquiera ha sido posible concretar un recinto fiscal para tramitar la carga que podría llegar al aeropuerto actual. Es decir, si no se hace lo menos, como que está difícil hacer lo más.
En materia de seguridad, sucede lo mismo, pues los compromisos del candidato priista son un recital de reformas legales y proyectos de mejora policiaca que se supone debieron emprenderse desde hace tres años y no se han logrado. Tampoco se ve que puedan funcionar en un momento en que la Fiscalía General del Estado no es capaz de detener a las bandas de malandros de poca monta que actúan como Pedro por su casa en los hogares de la ciudad. Pero al menos don Rubén hizo propuestas concretas aunque sean medio voladonas, y no se puede decir lo mismo de don Memo que agarró el discurso de “regresar” la tranquilidad y la paz al Estado, sin mencionar cómo piensa hacerle o sin reconocer que la ofensiva contra el crimen lanzada por su compadre Felipe Calderón, es en parte responsable del deterioro de la seguridad en la región. El panista también promete terminar con el monopolio del clan Moreira en la política estatal, aunque va a necesitar todos los recursos de su compadre, si se deja. Tal parece que la campaña de don Memo empezó con el pie izquierdo y desde el primer día lo acusaron de violar la ley al hacer proselitismo en oficinas públicas. Ante tal panorama, se anticipa que los candidatos son pan (o pri) con lo mismo.
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Los que se van a guardar después de semanas intensas de repartir apoyos en colonias populares, son el vicegober Miguel Ángel Riquelme y el alcalde Eduardo Olmos. En apenas dos meses, las huestes de Desarrollo Social del Municipio trabajaron al menos diez veces más que en todo el año anterior, lanzando programas dirigidos a las estructuras clientelares del PRI. La promoción de estos programas se detendrá durante las campañas, pero será interesante ver si se reanudan una vez que pasen las elecciones, pues nuestros subagentes tienen la sospecha de que nomás jalaron para buscar votos y una vez logrado el objetivo el director de Desarrollo Social, Fernando López, y su gente volverán a hibernar. Por cierto, los que anduvieron muy activos en estos eventos fueron funcionarios del Simas, como el gerente técnico, Pantaleón Originales, y el contralor, Mario Cepeda, que se pusieron a trabajar duro para la campaña como si todo marchara a las mil maravillas en el sistema de agua y no tuvieran otro trabajo que hacer. Van a decir que es que hay prioridades.
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La visita de especialistas del Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua resultó muy provechosa para avanzar en los mecanismos de combate al arsénico en el agua potable de La Laguna. Nuestros subagentes comentan que los expertos dejaron convencido al Simas de Torreón de que la ruta a seguir es la de los filtros colocados en las norias, alternativa sugerida también por consultores extranjeros, y ellos se encargarán de avalar el proceso para que luego nadie diga que partes interesadas buscaron pasarse de listos con la licitación. El problema es que los del Sideapa de Gómez Palacio, que dirige José Miguel Campillo, no quedaron muy convencidos y todavía insisten en soluciones imprácticas como los filtros caseros o excesivamente caras como la planta potabilizadora. Los subagentes sospechan que la insistencia del lado de Gómez Palacio en llevarle la contra a especialistas en el tema no es porque tengan mayor capacidad técnica para diagnosticar y solucionar el hidroarsenicismo, sino porque todavía ven al oportunidad de sacarle jugo al problema y ven una buena oportunidad de negocio, pues no acostumbran a dar paso sin huarache.
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Hace dos semanas nuestros subagentes comentaron en este espacio cómo la sincronía de los semáforos en importantes bulevares y avenidas de Torreón se había descompuesto, sin que nadie en la dirección de Urbanismo se fijara. A lo mejor esto era porque el titular, Arturo Lozano, andaba de vacaciones o no salía de su casa. Al parecer hasta ahora no ha regresado ni salido a la calle, pues de lo contrario ya se hubiera percatado del problema, que persiste porque la dirección de Ingeniería Vial está acéfala. Lo más probable es que don Arturo sepa bien la situación y le valga gorro, siempre y cuando siga cobrando en la nómina y se sepa protegido de su cuate el alcalde Eduardo Olmos. ¿A cuál le va?
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Algunos regidores de Gómez Palacio están dando de qué hablar por la percepción de que usan sus huesos como “palanca” para otros beneficios. Lo curioso de este caso es que el edil en cuestión es del PAN. Según nuestros subagentes, el regidor de ese partido, Gustavo Acosta, se aventó hace poco la remodelación de una casa utilizando material de construcción subsidiado por el Municipio y destinado a familias de bajos recursos que no ganan el sueldo que gana un miembro del Cabildo gomezpalatino. Ya entrados en el tema, los subagentes recogieron otro caso, que involucraba al regidor priista Rigoberto Flores, cuya hermana trabaja en el Sideapa. Sin embargo, al final resultó que alguien le quiso meter una “grilla” a don Rigo, pues su hermana tiene seis años trabajando en el sistema de agua y por lo tanto no necesito del afecto fraterno para entrar a la nómina. Pero en el caso de don Gustavo, se dice que el apoyo lo obtuvo gracias a que es consentido de la alcaldesa Rocío Rebollo. ¿Será?
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Y en el gobierno de Durango también se cuecen habas en eso de aprovechar al máximo el puesto. Ahí está el caso de la directora del Instituto de Cultura del Estado, Corín Martínez Herrera, a quien también se le da eso de la artisteada. Recientemente, el Instituto envió invitaciones para a presentación del disco “Arpa de Amor”, con canciones interpretadas ni más ni menos que por la funcionaria que en eso de la farándula opera con el nombre artístico de “Corín”. Por lo visto la cantante se agenció los servicios de la dependencia que dirige para promover el material y para ello contó con la ayuda del Municipio de Lerdo, que le organizó el evento. Ojalá todos los músicos de Durango puedan contar con la misma promoción para sus materiales discográficos, porque eso de la competencia desleal como que no es buena onda.
