En lugar de ponerse a revisar las causas de la derrota en las elecciones del 3 de julio, los panistas de Coahuila, y en particular de Torreón, ya pelean las posiciones de 2012. A juzgar por la forma en que han sido apaleados en las cuatro elecciones desde 2008, el premio mayor del año que entra es el primer lugar en la fórmula de candidatos al Senado, pues aun perdiendo la elección garantiza al afortunado que llegará a cobrar seis años en la sagrada nómina. Nuestros subagentes dicen que los primeros en apuntarse son los del grupo del compadre Guillermo Anaya, que controlan delegaciones federales que podrían perder el año que entra si pasan a vivir en el error. Ahí van Jesús de León, de SCT, y Luis Gurza, de Reforma Agraria. También la quiere Luis Fernando Salazar, exdelegado de Sedesol.
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La aspiración del joven Salazar es la más notoria, pues quizá piensa que merece la senaduría como premio por haber perdido cuatro elecciones al hilo, cuando operó los programas sociales del Gobierno Federal. Otro que quiere es el curuleco de Piedras Negras, Jesús Ramírez Rangel. Prácticamente todos estos aspirinos ya se anotaron para apoyar al secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, en la candidatura presidencial, con miras a asegurarse buena posición. De hecho, los dos "Chuchos" (Ramírez y De León) aparecen como "abajofirmantes" en la campaña "Unidos con Ernesto". El que quiere repetir la comodidad del Senado, según los subagentes, es el Embajador en España Jorge Zermeño, aunque también tiene la posibilidad de la vía plurinominal, lo que le evitaría la lata de una elección. Seguramente de aquí a enero, cuando se definan las candidaturas, brincarán otros tiradores, especialmente de la peronera capital, como el jefazo estatal del PAN, Carlos Orta. Eso significa que la principal preocupación de los panistas (como la de todos) es su continuidad en la nómina antes que reconstruir al partido de la ruina en la que se encuentra. Por lo pronto, el segundo lugar en la fórmula, así como las candidaturas a diputados federales no están en la mira pues no garantizan "hueso". A lo mejor algunos buscarán quedar en la lista de diputados plurinominales, como don Memo, que anda en busca de premio de consolación. También se comenta que el excandidato a gobernador recibiría de su compadre algún nombramiento en el Gobierno Federal o, si le quieren dar una beca, a lo mejor una embajada. Dicen que a Portugal, que ahora no tiene titular. ¿Será?
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Mientras el tema de la deuda del gobierno de Coahuila ha generado controversia por el monto que hasta ahora se desconoce, nuestros subagentes dicen que hay una porción que no ha sido muy examinada. Se trata de 150 millones de pesillos que el Estado debe al Municipio de Torreón por compromisos adquiridos para pago de obra que nunca cumplieron ni en la Secretaría de Finanzas cuando la comandaba Javier Villarreal ni en la Tesorería que hoy maneja Jesús Ochoa. Los subagentes comentan que este adeudo es una de las razones por las que el alcalde Eduardo Olmos busca un crédito para salir al paso en el pago a proveedores y de obras pendientes. Se dice que el Estado no ha repuesto al Municipio el dinero que se pagó por los terrenos para la Gran Plaza ni la aportación para obras del Impuesto sobre Nómina. Los subagentes comentan que en la peronera capital ya no quieren saber nada del asunto, quizá porque se quedaron sin dinero para hacer los pagos. Claro que 150 millones de pesos son una gota en la deuda estatal, que se calcula entre 14 mil y 30 mil millones de pesos, pero es más del 10 por ciento del presupuesto municipal. La única esperanza para don Lalo es que el gober Jorge Torres se apure para dejar la casa en orden antes de que llegue el nuevo.
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Y hablando del desastre financiero del Estado, nuestros subagentes que observan la transición en el gobierno estatal dicen que el gober electo Rubén Moreira ya pidió ver la película completa sobre la deuda pública que le caerá como papa caliente el primero de diciembre. En el equipo de transición hay varias figuras clave en este tema, como el tesorero Jesús Ochoa y el secretario de la Función Pública, Ismael Ramos, del lado del gobierno, y María Esther Monsiváis, exsubsecretaria de Finanzas, del lado del equipo de don Rubén. Al parecer el jefazo del Satec, Javier Villarreal, ya fue marginado y le va a ir peor ahora que el futuro gober ya dijo que quiere reestructurar tanto la Tesorería como el Sistema de Administración Tributaria. Se dice que don Rubén no ha visto todo el asunto de la deuda a detalle por lo que ya empezó a recabar información. Hace poco dijo en estas páginas que no quería "sorpresas". A ver cómo le va al que le salga con una.
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Como se había reportado aquí el miércoles, la lógica de los recientes cambios en el equipo del alcalde Eduardo Olmos obedeció a travesuras que se estaban cometiendo en la Policía municipal. Luego de hacer averiguaciones, nuestros subagentes reportan que funcionarios de Recursos Humanos de la Dirección de Seguridad Pública estaban haciendo su "agosto" aplicando el célebre "tequiliú" a los nuevos agentes de Vialidad, pero en versión extrema, pues se dice que se les exigía que entregaran las primeras quincenas completas como gratificación por haber sido contratados, lo que les daría cheque en blanco para extorsionar y compensar la "retención", pues tienen la maña de comer. Se dice que don Lalo y el jefazo de Seguridad Pública, Adelaido Flores, ya despidieron al responsable del área en la Policía. Pero lo interesante es el paso del ahora exdirector de Recursos Humanos, Miguel Sáenz, a un oscuro cargo en el Simas, pues al parecer se decidió quitarlo por si las moscas, ante la sospecha de que el "tequiliú" se extendía hasta la Presidencia Municipal. Esto detonó el movimiento de fichas como la salida de Guillermo Covarrubias de Atención Ciudadana para limpiar el área de Recursos Humanos y la llegada de José Máynez en lugar de don Memo. Hasta ahora no se sabe si las travesuras en la Policía dieron hasta el edificio del Banco de México, pero seguramente alguien aplicó aquello que dice "piensa mal..."
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Un reciente reportaje del diario The New York Times dejó al descubierto que la inseguridad no ha sido obstáculo para las inversiones, particularmente de la industria extranjera, en cualquier parte de México. Esto viene a cuento porque la ola delictiva es una de las razones que aquí citan autoridades y algunos grupos empresariales para explicar por qué empresas extranjeras no quieren instalarse en La Laguna. Ahora, tras el diario neoyorquino vino el londinense Financial Times, con un extenso reporte sobre inversión extranjera en México que desmiente de nuevo la inseguridad como factor que aleja proyectos. Ya se ha visto que en ciudades más violentas que Torreón, como Juárez, Monterrey o Reynosa, abren empresas nuevas o las existentes se han expandido. Parece que ahora las autoridades tendrán que buscar nuevas excusas para explicar la ausencia de inversiones. La verdadera causa parece estar en una raquítica, por no decir inexistente, promoción de la Comarca Lagunera, así como la falta de obras de infraestructura que nomás se prometen, pero no se cumplen. El gober electo Rubén Moreira admite implícitamente esta situación cuando habla de crear una Secretaría de Fomento para La Laguna, pero ya brincaron algunos subagentes escépticos que ven esta idea sólo como una cobertura política para quedar bien, pues hasta ahora don Rubén no ha estructurado la propuesta ni ha definido cómo va a funcionar. A lo mejor en esto el gober electo haría bien en seguir el título de su libro: "Mucho más Temprano que Tarde".