Así como los priistas de Torreón le tienen coraje a los de Saltillo porque agandallan las candidaturas más importantes, en el PAN ocurre a la inversa: los blanquiazules de la peronera capital traen atravesados a los de Torreón por la forma en que han acaparado posiciones y entregado pobres resultados. Este fenómeno se agudizó tras la derrota en las elecciones del 3 de julio y ahora el grupo del excandidato y primer compadre Guillermo Anaya enfrenta una andanada para desplazarlos. Nuestros subagentes dicen que en Saltillo los panistas ya ven mal el hecho de que los tres últimos candidatos a gobernador han sido laguneros (en el PRI han sido de Saltillo y, cosa rara, son los que ganan) y en las dos últimas elecciones federales las fórmulas para el Senado las han encabezado figuras de Torreón (Jorge Zermeño y don Memo). ***
Sin embargo, apuntan los saltilleros, no han rendido buenas cuentas y en la última elección el PAN ni siquiera enseñó músculo en La Laguna, donde el PRI le ganó por más de 50 mil votos. Ante esto, ya hay otras figuras interesadas en buscar control sobre el PAN estatal. En concreto, los subagentes apuntan al curuleco Jesús Ramírez Rangel, de Piedras Negras, y al exdiputado Óscar Mohammar, de Saltillo. Se dice que el exalcalde de la capital, Rosendo Villarreal, también quiere regresar a la política activa a pesar de que salió muy cuestionado de su chamba como alto directivo de Pemex. El primer embate vendrá contra los delegados federales que controla el compadre Memo y luego la pelea por las candidaturas al Senado, donde ya no quieren ver a un lagunero encabezando la fórmula para entrar como primera minoría. Algunos ya anticipan el ocaso del panismo lagunero como la fuerza del partido en Coahuila y el nacimiento de nuevas figuras en otros lares. ¿Será?
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Y hablando de candidaturas al Senado, el que anda muy interesado es el exalcalde José Ángel Pérez, cuyo corazoncito todavía late para regresar a la nómina. Sin embargo, don José Ángel primero tendrá que sortear la revisión de la cuenta pública municipal de 2007 que hizo la Auditoría Superior del Estado y que encontró 53 millones de pesillos sin comprobar. Dicen nuestros subagentes que las irregularidades rondaban en los 90 millones, pero que el exalcalde pudo solventar algunas observaciones, aunque todavía quedó dinero sin comprobar. Lo interesante es a dónde se fueron esos recursos, pues los subagentes dicen que la administración de don José Ángel habría usado dinero de varios programas para abultar la nómina de honorarios en la Presidencia y el Simas y darle sueldo a decenas de operadores panistas de otras partes del Estado que apoyaban las aspiraciones del hoy exalcalde. También se comenta que otro gasto sin comprobar es el de asesorías, por lo que se sospecha que los "asesores" eran los que movían las redes de apoyo de don José Ángel. En la peronera capital dicen que es cuestión de días antes de que la Auditoría que encabeza José Armando Sosa proceda contra el panista y también contra quien fue su director del Simas, Alberto Díaz de León, porque ahí quedaron siete millones sin comprobar. Por lo pronto, don José Ángel debe brincar este obstáculo antes de pensar en su carrera política.
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El curuleco priista Francisco Tobías se quiso lucir y terminó enseñando su ignorancia. Don Francisco se apareció en la delegación de la Fiscalía General del Estado en Torreón para denunciar al Embajador de México en España, Jorge Zermeño, por haber acompañado en campaña a su hijo Alfonso durante la elección de diputados. Don Francisco, con pose de jurisconsulto ilustrado, aseguró que don Jorge había violado el artículo 41 párrafo 3 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano, que prohíbe a diplomáticos involucrarse en actividades partidistas y electorales. Hasta aquí todo muy bien, pero al diputado se le olvidó (o no sabe) que la citada ley es federal y que la Fiscalía del Estado no tiene ninguna autoridad para perseguir su violación. Es decir, su denuncia tendrá las mismas posibilidades de prosperar si la presenta en la taquería de la esquina, aunque los de la Fiscalía parecen igual de ignorantes porque dijeron que le iban a dar trámite. (Si a persecución de delitos federales vamos, sería bueno que la Fiscalía le entrara a otros, como al crimen organizado.) Pero don Francisco podría encontrar consuelo en el hecho de que la Comisión Permanente del Congreso, debidamente atizada por el PRI, ya está revisando el asunto para darle una regañada a don Jorge, si se determina que violó la ley, aunque el diplomático argumenta que andaba de vacaciones. Sin embargo, en la Permanente se toparon con el detalle de que la ley no especifica si la prohibición para inmiscuirse en asuntos electorales se refiere a elecciones de los países donde sirven los diplomáticos, a las elecciones en México, o a las dos. Mientras deciden este asunto, el diputado Tobías pudiera ir a la Fiscalía Electoral de la PGR, que sí tiene jurisdicción sobre el asunto. Por lo pronto, ya dejó claro que quienes hacen las leyes con frecuencia son los primeros en ignorarlas.
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Mientras el gober electo Rubén Moreira prepara su gabinete, ya empezó la pelea por la dirección del Instituto Coahuilense de Cultura y cuatro tiradoras laguneras están apuntadas. Se trata de las directoras de Cultura de Torreón: Norma González Córdova, del Museo Regional, Sofía García Camil, del Teatro Nazas, More Barrett y de Cultura de Gómez Palacio, Renata Chapa, quien hace su grilla del otro lado del Nazas. Las cuatro presumen cercanía con el gober electo quien también tendría que considerar tiradores de la peronera capital, entre ellos el actual director Armando Guerra, que no quiere dejar el hueso. Para la cultura en Torreón los últimos cinco años bajo don Armando han sido desastrosos y hay quienes esperan que don Rubén busque corregir el descuido fomentado desde la cúpula del Icocult. Doña Norma probablemente piensa que tiene la ventaja por haber quedado en el equipo de transición, pero doña Sofía también se ha movido para hacerse escuchar. Por su parte, doña More cubre una cuota bi-regional pues es de Saltillo pero conoce bien el mundo culturero de Torreón. Doña Renata es la que menos posibilidades tiene, pero dicen que como quiera le hace la lucha.
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El director de la Comisión Nacional del Agua en La Laguna, Celso Castro, está levantando sospechas porque el organismo no ha soltado los apoyos para la compra de filtros contra arsénico. Dicen nuestros subagentes que don Celso condicionó la entrega de los recursos a que el Simas de Torreón pague 10 millones de pesillos que debe por concepto de derechos de las norias. Resulta incomprensible que el funcionario detenga un proyecto de salud pública por un asunto de cuentas pendientes, pero se comenta que el asunto tiene más fondo. La resistencia de don Celso a los filtros va emparejada con la oposición que ha mostrado al proyecto de recarga del acuífero que propuso un estudio técnico encargado por activistas locales. Ahí el pretexto es que una recarga en la zona del cañón de Calabazas dañaría la colonia lerdense César G. Meraz, que vive hundimientos con las avenidas del río. La Conagua ya emprendió un proyecto para ajustar el cauce del río y proteger a la colonia, pero aún así don Celso no ha dado el visto bueno al plan de recarga a pesar de que los productores agrícolas ya cedieron derechos de agua del río. Las malas lenguas afirman que esta oposición se da porque en algunos círculos aún hay esperanza de concretar el proyecto de la planta potabilizadora. No porque vaya a solucionar el problema de recarga del acuífero (de hecho no lo soluciona), sino porque su costo estimado en más de 4 mil millones de pesillos dejaría jugosas "comisiones" a los involucrados. Por lo pronto, los laguneros seguiremos bebiendo arsénico y a ver qué pasa.
