El gobierno de Rubén Moreira todavía no empieza y ya comenzaron los nubarrones. La cancelación de la “Tarjeta de la Gente” enfureció a miles de personas que votaron por el PRI, porque los operadores del partido les dijeron que si ganaba don Rubén el beneficio de 200 pesillos al mes que recibían antes de ir a las urnas, iba a continuar tras la votación. Según nuestros subagentes, en algunas colonias y ejidos de Torreón los activistas del tricolor se pusieron todavía más entusiastas y llegaron a prometer que si el PRI ganaba la elección el apoyo aumentaría a 400 pesos. Ahora no sólo no les cumplieron la promesa, sino que de plano les cancelaron todo y pusieron a más de 70 mil beneficiarios a esperar el programa del nuevo gobernador.
La cancelación de la tarjeta apenas un mes después de las elecciones fue interpretado como un reconocimiento implícito de que no fue más que un instrumento electorero que trata a los ciudadanos como si fueran desechables, y ahora que ya no los necesitan, los ignoran. O también puede ser que con el cambio de hermano viene cambio de producto. Como quiera que sea los damnificados a nivel local fueron el vicegober de Desarrollo Regional, Miguel Ángel Riquelme, y su antecesor en el cargo y diputado electo, Antonio Juan Marcos, pues fueron los operadores del programa aunque no los que decidieron cancelarlo. Nuestros subagentes dicen que es imposible pensar que el gober interino Jorge Torres López se aventó solo el tiro y que esa decisión tuvo que ser avalada por el gober electo, que ya prepara su producto “más mejor”. El argumento del “Gobierno de la Gente” es que la tarjeta se terminó por la entrega-recepción, lo cual es cierto en sentido burocrático. Pero todo mundo sabe que los Moreira no dan brinco sin medir el impacto político de las cosas y es imposible pensar que no se haya calculado la reacción negativa de las clientelas priistas. Por lo mismo, se dice que la verdadera causa es porque el programa se quedó sin dinero y tendrán que continuarlo dándoles atole con el dedo. ¿Será?
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Fausto Destenave volvió a tomar las riendas del Consejo Estatal de Aguas y Saneamiento luego de tomar una licencia para irse a la campaña del PRI, y para pronto salió con declaraciones tan grandilocuentes como carentes de sentido. Mal regresó a su oficina, don Fausto salió con que se proyecta una planta potabilizadora de agua de las presas como medida para eliminar el arsénico del agua potable. A lo mejor durante su paso por la campaña don Fausto no se enteró de que los especialistas descartaron esa opción y se fueron por los filtros en las norias, pero lo más notable es que el encargado del sistema de agua del Estado no tenga la menor idea de lo que ocurre con el acuífero lagunero. Dice don Fausto que sacar agua de las presas para consumo humano haría “descansar” al acuífero para que se recargue, pero ignora que este proceso tardaría décadas con el magro ahorro que representa. Y es que don Fausto quizá también ignore que el agua de consumo humano es menos del 10 por ciento de la extracción total del acuífero y que el problema lo causa el uso agrícola. Seguramente tampoco sabe que la potabilizadora no resuelve la demanda de agua de los productores, que son los verdaderos responsables de la sobreexplotación. En suma, tiene todo al revés, pero eso no le evita ponerse la cachucha de experto y soltar declaraciones. Tampoco debería de extrañar: se trata del mismo funcionario que, en su faceta de experto en seguridad, se puso necio con la compra de un helicóptero que no ha servido para nada.
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Tremendo “oso” hicieron los alcaldes y jefes de Policía de Saltillo, San Pedro, Monclova, Piedras Negras y Acuña al salir balconeados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública que les canceló la segunda entrega del subsidio federal para los municipios porque no pudieron acreditar el uso del dinero del primer pago del año. Llama la atención el caso de Saltillo, pues su asignación del llamado Subsemun este año fue mayor que la otorgada a Torreón (47 millones contra 45) a pesar de que tienen índices delictivos más bajos. Esa disparidad provocó un miniescándalo a principios de año y ahora resulta que la peronera capital no correspondió a la generosidad del presupuesto pues hay dudas sobre la forma en que manejan los recursos. Nuestros subagentes dicen que en los municipios mencionados le están echando la culpa a los operadores del subsidio en la Ciudad de México pues dicen que traen mucho desorden, pero nuestros subagentes comentan que otra de las razones es que la Fiscalía General del Estado ha metido mucho la mano en el manejo de ese subsidio a nivel municipal sin tener idea. De hecho, el único municipio de Coahuila que salvó la segunda entrega fue Torreón, donde hay un proceso bien establecido desde 2009 para manejar ese dinero y rendir cuentas a la capirucha del esmog sin intervención de las autoridades estatales. Lo mismo sucedió en Gómez Palacio y Lerdo, que también salvaron el subsidio, a diferencia de Durango, que tampoco entregó buenas cuentas. A lo mejor de vez en cuando el abandono de las autoridades estatales no resulta tan malo.
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Y hablando de la seguridad, cual moderno Juan Escutia, el gober con licencia y jefazo del PRI, Humberto Moreira, se envolvió en la bandera de la soberanía para reprobar la intervención de agentes estadounidenses en operaciones contra el narcotráfico en México. Obviamente, aprovechó esta revelación no para enderezar la crítica a los gringos sino al presidente Felipe Calderón por permitirlo. Nuestros subagentes se preguntan si a don Humberto ya se le olvidó aquel día de 2009 cuando cargó con nueve militares retirados que dirigían policías en Coahuila y fueron en bola al consulado de Estados Unidos en Monterrey para pedir ayuda a los gabachos en el combate al crimen. El entonces gober llevó todo un informe sobre la situación delictiva en Coahuila y el cónsul reportó a Washington que era el inicio de una colaboración, todo lo cual fue debidamente revelado por WikiLeaks. Unos meses antes de esa reunión, soldados estadounidenses encabezados por un general estuvieron en Torreón para instalar equipos de rastreo de comunicaciones, con la bendición del Gobierno Estatal y de la Región Militar. Pero a lo mejor para don Humberto eso no constituye una intervención en el estado libre, soberano e independiente de Coahuila de Zaragoza. ¿O sí? (Aclaración: Juan Escutia se envolvió en la bandera y se tiró de la azotea del Castillo de Chapultepec. Don Humberto nomás se envolvió, seguramente porque le dijeron lo que le pasó a Juan Escutia cuando llegó abajo.)
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Nuestros subagentes en el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento comentan que mientras la administración del gerente Jesús Campos se ha puesto brava con las cancelaciones a los deudores históricos del servicio de agua, la “mano dura” se hace blandita cuando llegan los del Simas a cortar el agua. Se dice que los empleados de la empresa ofrecen mangueras para que los usuarios pongan su “diablito” y se cuelguen del agua para que no tengan que pagar el adeudo, pues técnicamente la línea fue cancelada. Comentan los subagentes que el costo de la manguera es de unos 100 pesillos, con lo cual los usuarios se olvidan del problema. Como la cantidad de deudores históricos se cuenta en algunos miles de usuarios, pues el negocio sale redondo.