Ahora que el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, reveló la denuncia en la Procuraduría General de la República por la forma en que el Gobierno de Coahuila contrató créditos, nuestros subagentes comentan que ya se espera una orden de aprehensión contra el extitular del Satec, Javier Villarreal. Aunque don Ernesto no lo especificó, queda claro que la denuncia se debe a la presunta falsedad de decretos del Congreso, que don Javier habría usado para pedir créditos, y que el PAN ya denunció. Ahora la PGR tiene dos caminos: ordenar la captura en el momento en que se tengan elementos (que, dicen, ya se tienen), o esperar tiempos propicios para maximizar el impacto electoral contra el jefazo del PRI, Humberto Moreira. Lo curioso, dicen los subagentes, es que el gober electo Rubén Moreira podría adelantarse a la PGR y presionar a la Fiscalía estatal para que le eche el guante al otrora zar financiero del “Gobierno de la Gente”.
Viene de la Uno
Si bien resulta extraño que don Rubén se vaya a lanzar contra uno de los cuadros consentidos de su hermano don Humberto, parece que es bastante el coraje que le trae a don Javier, y más poderosa aún es la necesidad que tendría de legitimarse una vez que asuma la gubernatura para demostrar que su elección no fue para servir de tapadera. Esto habría provocado una “negociación” entre los hermanos para encontrar una manera de zafarse de la bronca política en la que están metidos. Se dice que el asunto de los decretos sí tiene “carnita”, pues los curulecos locales todavía se preguntan cómo fue que se los llevaron al baile pues aseguran que no tenían idea de que don Javier estaba inventando documentos. Lo que queda claro es que la pinza se cierra en torno a don Javier y, atrapado entre dos frentes, se ve difícil que la vaya a librar.
Y en esto de los documentos aludidos, resulta curioso por varios motivos que el jefazo del PRI, Humberto Moreira, haya reaccionado en una entrevista televisiva. Por una parte, es difícil de aceptar que don Humberto alegue ignorancia con el argumento de que él ni era gobernador cuando se contrataron los créditos en cuestión, pues para todos es sabido que por más que haya mudado residencia a la Ciudad de México, fue su equipo el que se quedó a cargo del Estado, empezando por el gober interino, Jorge Torres López, a quien el líder tricolor cómodamente le aventó el bulto. Por otro lado, llama la atención que el gober con licencia aceptó hablar de la deuda cuando apenas unos días antes había anunciado que iba a sellar sus labios y ya no iba a tocar el tema. Pero lo que sucedió entre estos dos episodios fue que el gober del Edomex y aspirino presidencial, Enrique Peña Nieto, declaró que “confiaba” en que don Humberto iba a explicar el escándalo de la deuda en Coahuila. Seguramente en la oficina principal del PRI lo estaban escuchando.
El que reapareció desde la seguridad de reintegrarse a la nómina, y al frente de la coordinación de Sinergia del Comité Nacional del PAN (cuya utilidad todavía está por verse) es el senador y primer compadre Guillermo Anaya. Para tirarse su primer clavado a la arena pública tras su derrota en la elección para gobernador, don Memo escogió el tema de la violencia en el país, pero con argumentos que se caen a la menor provocación. Dijo el compadre presidencial que la ola de muertos en todo caso se debe al PRI pues en estados gobernados por ese partido ocurre el 75 por ciento de los homicidios en el país. Rápidamente, figuras priistas respondieron con sorna al comentario al señalar que, si bien lo que dijo don Memo es cierto, también es cierto que el 100 por ciento de las muertes que ocurren en México pasan en un país gobernado por el PAN. Sin embargo, hubo una decisión calculada de hacer estos comentarios en privado y no darles vuelo público para que el senador no tuviera la satisfacción de que ver a los tricolores “picados” por sus comentarios. Pero lo notable es la manera en que el exaspirino a gobernador buscó escurrir el bulto de la explosión delictiva en el país y achacarla frívolamente a cuotas partidistas y no a factores relacionados con la geografía, las vías de comunicación, y los mercados internos, que son las consideraciones estratégicas de los malandros. Porque si se usa el esquema planteado por don Memo para analizar, por ejemplo, la responsabilidad por la reciente tragedia de Monterrey, el PAN sale perdiendo 2-1: ocurre bajo el gobierno federal del PAN, el estatal del PRI y el municipal del PAN. Por supuesto que todo el ejercicio resulta absurdo, pero no tanto si lo que se quiere es salir en la tele.
Mientras más de 70 mil laguneros vieron canceladas sus “tarjetas del hogar” por los recortes aplicados en el gobierno estatal, nuestros subagentes comentan que la tijera no incluyó a los líderes de colonias o sectores del PRI, que fueron los operadores del programa de tarjetas durante el sexenio. Se dice que a ellos les sigue llegando puntualmente el subsidio, que no son los 200 pesillos entregados a los ciudadanos “de a pié”, sino de 500 o mil pesos, de acuerdo con el nivel del operador. Por supuesto que estos beneficiarios tienen que mantener el apoyo en el más absoluto secreto, no vaya a ser que sus huestes se enteren y les armen una bronca. Al parecer la decisión de mantener el subsidio a los operadores fue tomada por el vicegober Miguel Ángel Riquelme y el alcalde Eduardo Olmos para mantener contenta a su gente y bien aceitada rumbo a las elecciones de 2012. La bronca es que, con los agujeros financieros en el gobierno estatal, se dice que el Municipio también le va a poner lana a este esquema a través de la dirección de Desarrollo Social que comanda Fernando López, quien finalmente se va a poner a chambear.
El rebote que asestó el Congreso de Durango a la cuenta pública de Gómez Palacio fue un torpedo bajo la línea de flotación del curuleco Ricardo Rebollo y nuestros subagentes reportan que se debió a un “estate quieto” que le mandó el gober Jorge Herrera Caldera. Aún cuando don Ricardo ya no era alcalde en 2010, año de la cuenta rechazada, el Municipio estaba a cargo de Mario Calderón, el compadre que escogió para sucederlo, y a quien le dejó a todo su equipo. Pero como el último trimestre de esta cuenta corresponde a la gestión de la alcaldesa Rocío Rebollo, ella también resultaría afectada por la decisión del Congreso. Lo curioso es que el gober habría mandado su mensaje al clan Rebollo a través de su principal rival político, la diputada Leticia Herrera, quien pastorea a los curulecos locales que “botaron” la cuenta. Con esto, doña Lety gana puntos en la carrera a la candidatura para el Senado el próximo año, a costa de don Ricardo, quien también suspira con un escaño. Este asunto podría indicar de qué lado va a cabecear don Jorge o que el gober quiso hacer un alarde de independencia frente a su exvecino y ahora presidente del PRI, Humberto Moreira. O las dos.