El quinto informe de gobierno del presidente Felipe Calderón contiene muchas cuentas alegres sobre la situación del país, pero en particular de la Laguna. El problema, dicen nuestros subagentes, es que los redactores del informe presidencial no tienen la menor idea de lo que ocurre en la región. Por ejemplo, el informe señala que, como parte de la estrategia de combate al crimen organizado, las fuerzas federales emprendieron 12 operativos regionales a nivel nacional, incluyendo uno en La Laguna. El problema es que revelaron su ignorancia al señalar que el Operativo Laguna abarca, del lado de Durango, la zona de Gómez Palacio y Lerdo y, del lado de Coahuila, la zona de Torreón, San Pedro y ¡Saltillo! Alguien deberá mostrarle un mapa a don Felipe para enseñarle que la peronera capital se encuentra a 200 kilómetros de La Laguna y que no se incluye en las estrategias de combate al crimen.
Pero no saber de geografía es lo de menos, lo importante es que el operativo no ha dado los resultados esperados pues el crimen sigue a la alza. Lo mejor que se puede esperar de esto es que, si Saltillo viene mencionado, a lo mejor los del gobierno del Estado se ponen las pilas. Otros casos notables de evasión de la realidad son los de las carreteras, pues el informe presume como terminada la autopista Durango-Mazatlán, cuando es claro que a la obra le falta más de un año para ser concluida, o la ampliación de la autopista a Saltillo, que todavía tiene detalles pendientes. En otros casos, el informe se cuelga medallas ajenas, como sucede en la mención al programa de los filtros contra el arsénico. Ese proyecto fue arrancado por la administración municipal y sólo después de una fuerte presión social. La Federación prometió recursos, pero después la Comisión Nacional del Agua hizo todo lo posible por regatearlos y, de hecho, aún no los entrega. Claro que en la política mexicana la realidad nunca es obstáculo para que los políticos se echen flores y engañen al pueblo.
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La Fiscalía General del Estado, que comanda Jesús Torres Charles, ha brillado por su ausencia en la ola de violencia que azota a Torreón. Salvo un par de episodios esporádicos en los que elementos del grupo de tácticas especiales han participado en enfrentamientos con grupos criminales, la Policía Estatal no se ve por ningún lado. El caso más evidente fue el domingo pasado cuando policías municipales fueron atacados en la autopista a San Pedro y se armó una persecución por una zona donde, según dijeron a nuestros subagentes, debieron estar al menos 10 policías estatales que no se aparecieron por ningún lado para brindar apoyo. Concluido el enfrentamiento fue notoria la falta de coordinación entre la Fiscalía y la Policía Municipal sobre el saldo de víctimas. La pasividad de la Fiscalía no es nada nuevo, pero llama la atención que se mantenga mientras escalan los hechos de violencia. La revelación que hizo Wikileaks de un cable del Consulado de Estados Unidos en Monterrey sólo abona el pesimismo. El consulado criticó la “tibieza” de la Fiscalía en el secuestro del estadounidense Félix Batista ocurrido en Saltillo y nuestros subagentes concluyeron que si los muchachos de don Jesús se portaron así ante un caso que era de alta prioridad para los gringos y que había dañado la imagen del Coahuila, no se puede esperar gran cosa cuando se trata de dar seguridad a los ciudadanos de a pie. Dicen los subagentes que otro cable filtrado señala que en 2009, el entonces gober Humberto Moreira admitió al cónsul Bruce Williamson que desconfiaba de todo el aparato de seguridad estatal. Se comenta que todo esto no encaja bien a las aspiraciones de don Jesús para mantenerse en el puesto en la próxima administración y corre el rumor de que el gober electo Rubén Moreira tiene pensado enviar a la Fiscalía a la magistrada del Tribunal Superior, Miriam Cárdenas Cantú, quien también presidió la Comisión Estatal de Derechos Humanos y goza de amplio reconocimiento en estos temas. ¿Será?
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Dicen nuestros subagentes que el secretario de Hacienda y aspirino presidencial, Ernesto Cordero, se llevará como coordinador de campaña al lagunero convertido en chilango Rogelio Carbajal, que ahora cobra como subsecretario de la Función Pública. Ambos practican la vieja costumbre priista de hacer grilla mientras cobran en la nómina, y más ahora que en tiempos de crisis nadie se quiere separar del sueldazo de alto funcionario. El caso es que don Rogelio tomará las tiendas de la campaña y eso no augura nada bueno para el senador y primer compadre, Guillermo Anaya, ni para su grupo. A pesar de que don Memo y don Rogelio crecieron al amparo de Jorge Zermeño, luego tomaron caminos divergentes, incluso dentro del círculo “calderonista”, y nuestros subagentes comentan que don Rogelio de plano no tolera al grupo del compadre presidencial. A pesar de que la mayoría de las huestes de don Memo también están apuntados con el “caballo de Hacienda”, se dice que en el círculo de don Ernesto no ven bien al senador coahuilense porque todavía no ha hecho explícito su apoyo al secretario y sospechan que todavía no decide si agarra esta línea o cabecea del lado de Josefina Vázquez Mota. A ver qué le dice su instinto de supervivencia.
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Como se había señalado aquí, los tres gobernadores de Coahuila (el de la deuda con licencia, Humberto Moreira, el interino Jorge Torres y el electo Rubén Moreira) se habían dado cita en el Informe Presidencial el viernes pasado, pero eso fue mero trámite, pues el Informe al que realmente querían ir era al del “gavioto” Enrique Peña Nieto, que el lunes congregó a la crema y nata del priismo. Por ahí también se paseó el gober de Durango, Jorge Herrera Caldera. Obviamente para estos personajes el evento en Toluca era “de rigor” pues significó el arranque oficioso de la campaña de don Enrique a la Presidencia de la República, y ni modo que se lo fueran a perder. Probablemente el que más interés tenía de estar ahí es don Humberto, pues sigue en la talacha para que sus correligionarios lo arropen y no le vayan a meter ideas al “gavioto” de que sería un lastre para su campaña. El jefazo del PRI anda muy activo en mensajes de radio anunciando que el partido tiene una imagen renovada, pero las malas lenguas dicen que se trata de un “regreso al futuro” por aquello de que su indisciplina fiscal los equipara con Echeverría y López Portillo.
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En el asunto de la deuda, llama la atención que hasta ahora el gober electo, Rubén Moreira, no ha dicho nada sobre la forma en que esta carga financiera va a afectar sus programas de gobierno (a lo mejor porque se le fue la voz del susto). Tampoco ha mencionado cuáles son sus ideas para que, una vez instalado en el Palacio Rosa, desaparezca la opacidad que dominó toda la administración actual y que fue la causa de todo este lío de créditos que no se conocen a detalle y de la supuesta falsificación de documentos. No se sabe si, por ejemplo, don Rubén regresará la sana costumbre de los gobernadores Rogelio Montemayor y Enrique Martínez de publicar los estados financieros cada tres o seis meses, o si su gobierno seguirá maquinando las finanzas en lo oscurito.
