El gober electo Rubén Moreira ya cocina los toques finales para uno de los puestos en su gabinete que más ha generado incertidumbre. Dicen nuestros subagentes que la Secretaría de Fomento Económico será encabezado por Javier Guerrero, quien perdió la candidatura a gobernador contra el futuro hermano cómodo Humberto Moreira en 2005, cuando era secretario de Finanzas (y, paradójicamente, artífice de la “deuda cero”). Se comenta que don Javier ya le dijo que sí a don Rubén, quien tenía un par de semanas considerando levantarle el exilio que le decretaron en el actual sexenio y, de pasada, congraciarse con el grupo de la exdirigente del PRI, Beatriz Paredes. El gober electo había considerado al sampetrino ante la declinación del exalcalde Salvador Jalife y con eso cumple la promesa de poner a un lagunero en esa cartera.
Don Javier es reconocido como un funcionario capaz, sobre todo para brincar de liana en liana, pues ha sido alcalde de San Pedro, tres veces diputado federal y, en el ínter, funcionario en dependencias federales y en el PRI. La cuestión es que no tiene mucha experiencia en los menesteres de la promoción económica, lo cual podría interpretarse como la llegada de un improvisado. Por otra parte, el futuro secretario ha hecho su carrera en áreas de desarrollo regional y diseño de políticas públicas, lo cual le urge a la promoción de inversiones, sobre todo en La Laguna, y esa experiencia serviría de mucho para impulsar el desarrollo económico de la región. En lo que respecta al actual titular de Fomento, Marcos Durán, los subagentes dicen que su futuro está en la secretaría técnica del gabinete, donde su primera tarea será averiguar precisamente para qué sirve ese cargo (y comprobar que no se trata de una “leyenda”).
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Dada la cercanía de Marcos Durán con el gober electo, llama la atención que se vaya a un cargo de bajo perfil, pero eso también ha sucedido con otro operador de confianza de don Rubén, el curuleco federal Héctor Franco, quien ocupará la dirección del DIF una vez que termine la negociación del Presupuesto. Aunque el DIF no es cargo de primer nivel, se dice que en la próxima administración cobrará más relevancia en la operación de programas sociales, por encima de la Secretaría de Desarrollo Social que comandará Martha Carranza. En cuanto a otro cercano al gober electo, Rogelio Ramos Oranday, todavía no se ha definido su futuro, pero los subagentes dicen que se le creará una oficina para desarrollar políticas públicas y planeación, muy cerca del despacho del gober en el Palacio Rosa, donde sus credenciales académicas puedan servir para medir el impacto de las acciones de gobierno y poner orden en el desorden actual. Por lo demás, los otros operadores cercanos del gober ya están colocados en puestos estratégicos: David Aguillón en el control político e Ismael Ramos en el control financiero. Lo que llama la atención es que ninguno de los personajes mencionados es lagunero.
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Hablando de laguneros, llamó la atención que en la cena organizada por Rubén Moreira la semana pasada con “grillos” locales se hayan apersonado dos funcionarios municipales que no se pensaba que estarían en el círculo de los consentidos del gober electo. Dicen nuestros subagentes que en la mentada cena estuvieron el secretario del Ayuntamiento Miguel Mery y el director de Atención Ciudadana, José Ignacio Máynez. Se dice que don Miguel habría entrado a ese círculo gracias a los porque el gober electo anda buscando nuevos cuadros para que ya no figuren los de siempre, mientras que don Pepe fue invitado por una cercanía que tiene con don Rubén que data de los tiempos en que éste era subsecretario de Gobierno y el hoy funcionario era curuleco del PAN. Obviamente los dos andaban muy emocionados de que se hayan fijado en ellos y ya traen esperanzas de agarrar algún hueso estatal.
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Mientras continúan las negociaciones del gobierno del Estado con los 14 bancos a los que deben casi 34 mil millones de pesillos, nuestros subagentes comentan que el problema de la deuda es sólo uno de los desórdenes causados por el exjefazo del Satec, Javier Villarreal, al frente de las finanzas estatales, y que hay otro problema igual de preocupante. Se trata de observaciones realizadas por la Auditoría Superior de la Federación y varias dependencias federales a la forma en que el Estado ejerció recursos en los últimos cuatro años. Se dice que don Javier se fue sin dejar las cuentas cuadradas y que hay algunos rubros que no se han podido explicar, entre ellos el uso de recursos del Plan Carretero. Se dice que estas observaciones están atorando el flujo de recursos federales de este año y podrían impactar de manera negativa la cantidad de dinero que el Estado busca para el Presupuesto de 2012, pues al parecer hay funcionarios en la capirucha del esmog que ya manifiestan desconfianza por la forma en que el gobierno de Coahuila ha manejado los billetes. O sea que la próxima administración no sólo deberá lidiar con el problema, sino también con las explicaciones sobre ejercicio de los recursos. Huelga decir que hasta ahora no han explicado nada.
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El director de Obras Públicas del Municipio, Miguel Algara, podría estar de nuevo en el ojo del huracán con las obras que actualmente ejecuta. Nuestros subagentes reportan que don Miguel ha levantado sospechas en el gremio de la construcción pues se dice que tiene a tres empresas consentidas a las que les ha asignado toda la obra municipal. Aunque, por otra parte, hay quienes apuntan que como el Municipio trae tan poquita obra, es lógico que sólo se hayan beneficiado unos cuantos constructores y que los otros nomás andan de envidiosos. Pero mientras esa bronca se puede atribuir a grillas gremiales, otro problema que se avecina para el funcionario es el enojo de los habitantes en las colonias que colindan el tramo del bulevar Constitución donde se construye la ciclopista, pues el proyecto de don Miguel, que por cierto ni siquiera conocen los del Consejo de Vialidad, canceló las vueltas izquierdas y se inventó un sistema de vueltas y retornos que seguramente va a causar ámpula en la zona. Lo curioso es que el proyecto se ha manejado con reserva, quizá porque en el Municipio saben que va a causar polémica y, a estas alturas, es lo último que necesitan.
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La alcaldesa de Gómez Palacio, Rocío Rebollo, tuvo que aguantar el tremendo “oso” que se aventó su secretario particular, Eduardo Faudoa, en el evento para recibir la Antorcha Panamericana a su paso por La Laguna. Mientras doña Rocío y el boxeador Cristian Mijares posaban para los fotógrafos de prensa en el momento de encender la antorcha, don Eduardo se atravesó en el estrado y se puso frente a los reporteros para sacar una foto del recuerdo con su teléfono celular. La rechifla no se hizo esperar y la pobre de doña Rocío no tuvo más remedio que repetir la escena, fingiendo recibir la antorcha de nuevo, para que la foto pudiera salir sin la engorrosa presencia de su secretario particular. Parece que la alcaldesa no tiene ya suficientes problemas con los que se le quieren atravesar, especialmente en su propio Cabildo, que hasta su propia gente le ayuda. Dicen los subagentes que en el gremio fotográfico en realidad esperaban que don Cristian tumbara al secretario de un “jab” por andar de oficioso.
