Sin querer queriendo, el operativo del gobierno de Coahuila contra los autos sin placas dejó mal parado al alcalde Eduardo Olmos al evidenciar la falta de control sobre sus funcionarios que traían los vehículos oficiales circulando sin placas de lo más quitados de la pena. La balconeada fue especialmente fea para el contralor, Lauro Villarreal, que demostró que no controla nada, pues quiso juntar los autos oficiales para su verificación y resultó que la mitad de los vehículos nunca aparecieron y a los funcionarios que tienen asignados esos autos les valió sombrilla el citatorio. En general, prácticamente todos los directores municipales quedaron exhibidos pues los vehículos en cuestión son usados por sus subordinados, pero otro que se llevó feo “quemón” fue el tesorero Pablo Chávez Rossique.
El tesorero dijo que desde marzo se habían pagado todas las tenencias y resulta que no fue así. Don Pablo buscó protegerse al afirmar que “sospechaba” que los derechos vehiculares nunca se pagaron, lo cual resulta absurdo si él es el encargado de manejar los billetes del Municipio. Con esto quedó demostrado que a don Lalo le hace falta la mano dura para meter al orden a sus subordinados.
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La revelación de un nexo entre la primera dama Margarita Zavala de Calderón y la empresas proveedora de filtros de agua domiciliarios como los que se quiere instalar en Gómez Palacio podría sugerir que ya “salió el peine” sobre la insistencia del gobierno de Durango y la Comisión Nacional del Agua por impulsar este método de combate al arsénico aún en contra de las recomendaciones de expertos. Sin embargo, nuestros subagentes detectaron un pequeño detalle: si doña Margarita andaba cabildeando a favor de la empresa gabacha Water Initiative, entonces el sistema hubiera sido impuesto por la Conagua en toda la Comarca Lagunera , especialmente en Torreón, por ser la ciudad con el mayor problema y donde hay más tomas de agua domicialiarias (y, por lo tanto, se venderían más filtros). Pero resulta que las autoridades torreonenses decidieron seguir la recomendación del Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua para instalar filtros en las norias, un método más eficiente, y con el apoyo de la propia Conagua. Aquí resulta curioso que, más que la propia Conagua, fue el gobierno de Durango el más aferrado a la idea de los filtros domiciliarios, por lo que nuestros subagentes adelantan una segunda hipótesis. Dicen que la “tirada” del gobierno de Jorge Herrera Caldera es apostar al fracaso de esos filtros, que no se recomiendan en poblaciones grandes por la dificultad para manejar residuos, para luego proceder a otras medidas donde el negocio es más jugoso. En concreto se habla de que, detrás de todo esto, se encuentra el proyecto de una planta potabilizadora que traería agua de las presas para surtir a la zona metropolitana. El costo el proyecto, calculado en más de 2 mil millones de pesillos, es suficiente para justificar la insistencia de las autoridades, pues las comisiones por la licitación serán considerables y no se comparan con las de la compra de filtros. Se comenta que las huestes del gober Herrera están muy contentos con echarle los reflectores a la esposa del presidente Felipe Calderón mientras ellos siguen cocinando proyectos a futuro. ¿Será?
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El partido México-Brasil volvió a poner a la Comarca Lagunera bajo los reflectores y bajo un fuerte dispositivo de seguridad, pocas veces visto en la región. El problema para las autoridades federales, estatales y municipales es que el despliegue de más de mil 200 militares y policías no asustó mucho a los malandros, que se dieron vuelo regando cadáveres en las horas previas al partido. La cifra de siete muertos debe representar una burla para las autoridades, sobre todo cuando cuerpos aparecieron en lugares tan transitados como el bulevar Revolución y alrededor de la Alameda. Con esto queda claro que el despliegue de fuerza no necesariamente sirve para disuadir a la delincuencia, detalle que deberá ser tomado en cuenta ahora que los mandamases del gabinete de seguridad nacional vengan a Torreón a anunciar un operativo más contra el crimen (si es que vienen, porque hasta ahora nomás dicen y no hacen).
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El que debe andar hinchado de felicidad es el alcalde de la peronera capital, Jericó Abramo, pues una encuesta sobre presidentes municipales de las principales ciudades del país lo puso en primer lugar en la evaluación de su comunidad. Según la encuesta, don Jericó obtuvo el mayor puntaje en la percepción de los ciudadanos tienen de un alcalde “ideal”, en la calificación de honestidad y en el cumplimiento de promesas de campaña, y obtuvo menciones en cada categoría sobre calidad de servicios (agua, limpieza, alumbrado, vialidad), excepto en seguridad. Llama la atención que el alcalde de Torreón, Eduardo Olmos, no aparece en la encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica, lo cual marca un contraste interesante. Claro que el hecho de ser alcalde de la capital le ayuda mucho a don Jericó pues son sabidas las preferencias que los gobernadores coahuilenses profesan por su terruño, pero el edil saltillero ha sabido aprovechar esa circunstancia. Ahora que le pusieron un “estáte quieto” en la carrera por el Senado, don Jericó planea enfocar los próximos dos años a cerrar una buena gestión y ponerse en la contienda por la gubernatura en el 2017. El único problema es que también quedó en primer lugar en la comparación de los actuales alcaldes con sus antecesores, o sea que se considera que su trabajo es mejor al que hizo, en su momento, Humberto Moreira, y eso es pecado mortal en la cultura política del Estado.
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Por cierto, en esta encuesta también destaca el hecho de que el alcalde de Durango, Adán Soria, se cuela en el séptimo lugar de los ediles que más se acercan a la imagen “ideal”, mientras que la alcaldesa de Gómez Palacio, Rocío Rebollo, tampoco aparece por ningún lado. Esto viene a confirmar que las capitales siguen recibiendo las bondades de la atención de las autoridades estatales, a costa de otras regiones.
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Y hablando de Rocío Rebollo, parece que la alcaldesa ya pidió “esquina” en su bronca con los regidores que la “chamaquearon” con el permiso de una línea de conducción para que Lerdo venda agua tratada a Comisión Federal de Electricidad. Dicen nuestros subagentes que doña Rocío ya comprendió que no podía ganar este “round” y prefirió abandonar el pleito antes de que le empiece a costar políticamente. El problema para doña Rocío es que se fue a la guerra sin fusil, pues ya no pudo ocultar el hecho de que el agua de la Planta Tratadora Oriente no sirve para nada. Eso se sabía desde que arrancó la planta en tiempos de Octaviano Rendón, quien no hizo nada por remediar el problema, pero como su sucesor, Ricardo Rebollo, también hizo mutis sobre la calidad del agua (si es que se puede llamar así), pues doña Rocío prefirió doblar las manos. Para tener una retirada digna, ahora salieron con la idea de una consulta ciudadana, pero los regidores se la podrán pasar por el “Arco del Triunfo” y las cosas seguirán igual. La consecuencia administrativa será un beneficio para Lerdo, pero la consecuencia política va a favor de la diputada Leticia Herrera, que ahora podrá imponer su voluntad a través de los regidores, tanto del PRI como de la oposición, a los que trae patrocinados en su bronca contra doña Rocío. Todo el episodio vino a resaltar el abandono que el gober Jorge Herrera Caldera le aplicó a la alcaldesa y que ha sido evidente a lo largo del último año. Lo malo para doña Rocío es que todavía le quedan dos años.
