El director del Sistema de Agua Potable de Gómez Palacio, José Miguel Campillo, ya pide esquina por las broncas que trae a cuestas y que amenazan sus prospectos para tirarle a la alcaldía en 2013. Dicen nuestros subagentes disfrazados de filtros contra arsénico que a don Pepe se le vino encima el problema de la venta de agua a la Comisión Federal de Electricidad y tuvo que aplicarse con el proyecto para que la Planta Tratadora Oriente estuviera lista en cuatro meses para cumplir los requisitos de calidad. El problema es que con la grilla del Cabildo contra la alcaldesa Rocío Rebollo, lo más seguro es que todo el trabajo haya sido en vano.
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Y es que los regidores opuestos a la alcaldesa Rocío Rebollo se han negado a dar marcha atrás a la autorización que dieron para una línea de conducción desde Lerdo, que sale “ganón”. Quizá por eso don Pepe trae atravesados a los regidores del Ayuntamiento, pero resulta que tampoco tiene muchas armas para defenderse, sobre todo ahora que la calificación crediticia del Municipio advierte que la situación financiera del Sideapa es una bomba de tiempo. Y encima de todo, el rumor de que la primera dama, Margarita Zavala, supuestamente empujó la compra de filtros domiciliarios, junto a versiones de que los verdaderos interesados en realidad estarían en el Gobierno Estatal, reabrió un debate del que don Pepe estaba tratando de zafarse porque iba a quedar mal. Así las cosas, bastante trabajo le va a costar al funcionario avanzar en sus aspiraciones como la carta del curuleco Ricardo Rebollo a la alcaldía, sobre todo ahora que la diputada Leticia Herrera está haciendo valer sus fueros para imponer a uno de sus alfiles en la Presidencia Municipal.
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El nuevo jefazo del PRI estatal, Salvador Hernández Vélez, tendrá su primera prueba de fuego con la rebatinga por las candidaturas al Senado, particularmente la que le tocaría a Torreón. Dicen nuestros subagentes que la pelea ya provoca fracturas entre el grupo de “dinosaurios” que don Salvador había cultivado como dirigente del PRI municipal. En concreto, los exalcaldes Braulio Fernández Aguirre, Heriberto Ramos y Salomón Juan Marcos son los suspirantes. Don Braulio busca aprovechar sus vínculos con el clan Moreira, así como sus apoyos entre los empresarios lecheros que lo están impulsando al escaño, mientras que don Heriberto anda muy congelado por estos lares y don Salomón está en riesgo de correr la misma suerte cuando deje el Congreso local. Y esta bronca es sin contar que el “dedo” del gober electo Rubén Moreira podría apuntar al alcalde Eduardo Olmos o al vicegober Miguel Ángel Riquelme. En la peronera capital la grilla no es tan intensa, y se considera en primer lugar al gober interino, Jorge Torres, pero si opta por retirarse, el beneficiado puede ser Fernando “el Diablito” de las Fuentes, actual pastor del Congreso local. Dicen los analistas de café que la fórmula pinta para ser integrada por don Braulio y don Jorge, pero como todavía faltan cinco meses para la selección, todo puede pasar.
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Al alcalde de la peronera capital, Jericó Abramo, le duraron poco las mieles de aparecer como el mejor alcalde del país, pues apenas tres días después de que se conoció la encuesta que le puso esa calificación, la ciudad vivió el día más violento que se recuerde. Como se sabe, al menos 10 balaceras se desataron el miércoles como reacción a la captura de Carlos Oliva Castillo, jefe de los “Zetas” en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y acusado de ser autor intelectual del ataque al Casino Royale. Aún no se explica cómo uno de los principales jefes criminales del norte del país estaba viviendo en Saltillo, pero a lo mejor, don Carlos consideró que la alta eficiencia de sus servicios públicos, así como sus modernas vialidades, hacían de la ciudad un buen lugar para vivir. Este mismo razonamiento lo habrían aplicado al menos cuatro cabecillas criminales capturados en Saltillo en los últimos dos años. Pero el problema para don Jericó es que las balaceras provocadas esta semana agarraron a la Policía municipal sin la menor preparación o disposición para entrarle al problema. Dicen nuestros subagentes que durante tres horas de balazos, los agentes municipales no habían hecho bloqueos de vialidades ni aseguramientos en las zonas “calientes” para desviar a la población del peligro, por lo que cientos de automovilistas se toparon con el fuego cruzado. ¿No pudieron o no quisieron?
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Y hablando de seguridad, los líderes “ipecos” de Torreón debieron tener una conversación imaginaria con el secretario de Gobernación, Francisco Blake, pues insistieron que esta semana el funcionario visitaría La Laguna junto a otros miembros del gabinete de seguridad nacional para anunciar una nueva estrategia (¿oootra?) de combate al crimen, similar a las lanzadas en Veracruz y Guerrero. Pues la semana vino y se fue y don Francisco nunca apareció. Peor aún, los refuerzos de la Policía Federal para el operativo del juego México-Brasil, ya se fueron y la Comarca se quedó en las mismas. Sin embargo, nuestros subagentes en la capirucha del esmog comentan que ni funcionarios de Gobernación ni de la Presidencia de la República comprometieron una fecha específica para lanzar el operativo, por lo que la idea de que sería esta semana, debió salir de la creatividad de algún oficioso. Ni siquiera el gober Jorge Torres o el alcalde Eduardo Olmos estaban enterados de la fecha en que se daría la visita “de alto nivel”. Dicen que el problema se debe a que los gobernadores de Coahuila y Durango no han cuadrado agendas, como si tuvieran cosas más urgentes que atender que la seguridad, pero la realidad es que en la Ciudad de México aún no definen nada. Don Francisco ya dijo a diputados que el operativo será lanzado en las próximas semanas, pero no se amarró a una fecha específica, lo cual todavía le da margen de maniobra para hacerse “pato”, mientras aquí las autoridades y los “ipecos” se quedaron vestidos y alborotados.
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Detrás de la “Deuda de la Gente” hay una historia familiar muy interesante, donde los vínculos con el PRI corren en la sangre. Cuentan nuestros subagentes que la mitad de los créditos que debe el Estado son en dos bancos entrelazados por su linaje: Interacciones y Banorte. El primero, al que Coahuila debe 10 mil millones de pesillos, es presidido por Carlos Hank González, nieto homónimo del legendario “profesor” que fue gobernador del Estado de México, regente del Distrito Federal, secretario de Agricultura y uno de los empresarios más ricos del país. El segundo es propiedad de Roberto González Barrera, conocido como el “Maseco” y como fuerte apoyo financiero del PRI, que resulta ser el otro abuelo de don Carlos. El vínculo es Carlos Hank Rhon, hijo del “profesor” y yerno de don Roberto, dueño de Interacciones, pero también miembro del Consejo de Gruma, la empresa de su suegro. Esta situación ha provocado comentarios sobre la forma en que el gober con licencia Humberto Moreira y su cerebro financiero, Javier Villarreal, solicitaron los créditos, pues el hecho de que la mitad de la deuda haya sido contratada con dos bancos de prosapia priista y aún más fuertes vínculos con el Edomex ha provocado todo tipo de especulaciones. También destaca el hecho de que la mayoría de los créditos fue con bancos mexicanos, mientras que los montos adeudados a bancos extranjeros son menores, quizá porque los foráneos tienen controles más estrictos. Otro dato interesante es que la deuda de Coahuila ya metió en problemas a Interacciones, pues los 10 mil millones de pesos en créditos con este banco representan más de la mitad de su cartera, por lo que la firma Fitch Ratings le bajó la calificación señalando su alta exposición a la deuda de Coahuila. Dice un refrán que si uno debe poco, el banco es su dueño, pero si debe mucho, uno es dueño del banco, por lo que bajo esta lógica, el gobierno de Coahuila debe ser el accionista mayoritario de Interacciones.
