La aprobación de la Ley de Ingresos de Torreón para 2012 resultó muy reveladora sobre la escabrosa relación que tiene el tesorero Pablo Chávez Rossique con el Cabildo, pero sobre todo a la que tiene con el alcalde Eduardo Olmos. Y es que don Lalo, por irse a comer sushi, dejó a su suerte al encargado de las finanzas municipales, para que solito operara su proyecto de ingresos que incluía más carga para los contribuyentes mediante alzas de derechos y tarifas, así como recortes de estímulos. El problema es que, como bien sabe el alcalde, el Cabildo detesta a don Pablo. Y como el secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery, a quien dejaron encargado del changarro, no fue para echarle una “manita”, pues los regidores le tumbaron el proyecto, le bajaron la recaudación.
Todo esto sucedía mientras don Lalo-san recorría los rascacielos de Tokyo en busca de inversiones. La forma en que se dio el “timing” de todo el asunto sugiere que el alcalde quería estar lo más lejos de Torreón cuando el tesorero y los regidores hicieran corto circuito, por lo que nuestros subagentes señalan que don Lalo ya dejó solo al tesorero y que ahora evaluará si vale la pena dejarlo. Ahora el problema es que el proyecto que sacaron los regidores pone al alcalde en un predicamento pues el gasto limitado lo obligará a depurar la nómina, lo que podría impactar negativamente el reparto de favores políticos en el año electoral.
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Y hablando del tesorero Pablo Chávez Rossique, nuestros subagentes infiltrados en la Tesorería comentan que hay algo raro en los registros de pagos a proveedores. Resulta que el Municipio liberó algunos pagos por servicios contratados y en sus registros quedaron asentados las cantidades totales, pero el detalle está en que a los proveedores los cheques sólo les llegaron por la mitad. Es decir, el 50 por ciento de algunos pagos que han salido de la Tesorería están “bailando” en algún lugar. Nuestros subagentes aún no logran desentrañar la discrepancia, pero hacen notar la posibilidad de que alguien dentro de la Presidencia esté “jineteando” la lana. ¿Será?
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¿En qué se parecen Humberto Moreira y la Semana Santa? En que nadie sabe si caen en marzo o abril. Ese es el chiste que corre en algunos círculos políticos de la capirucha del esmog sobre la suerte que le depara al gober con licencia de Coahuila mientras el tema de la deuda estatal continúa imponiéndose en la agenda noticiosa. El rumor va en el sentido de que al PRI no le convendrá tener a don Humberto de dirigente al calor de la contienda presidencial, porque el PAN piensa tomarlo como emblema de lo que podría venir si el tricolor gana en 2012 y estaría en el centro de una campaña negativa. Quizá por eso la Fiscalía General del Estado se puso sorpresivamente las pilas y le echó el guante ayer al exzar financiero del Estado y artífice de la deuda, Javier Villarreal. Dicen nuestros subagentes que la medida fue para quitarle presión y reflectores a don Humberto y enfocar la atención en el defenestrado exfuncionario. Curiosamente, reportan los subagentes, altos funcionarios del Gobierno Federal andaban como locos ayer recopilando información sobre el arresto de don Javier, porque resultó que la Fiscalía le ganó la carrera a la Procuraduría General de la República, que apenas preparaba citatorios. Ahora la PGR podría meterle el acelerador al caso y el escándalo podría voltearse contra don Humberto, sobre todo si se combina con un mal resultado en Michoacán, donde el Presidente Felipe Calderón puso toda la carne en el asador de su hermana Luisa María. En este caso, la suerte del dirigente priista podría estar echada.
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La Policía de Torreón ha sido destacada por la forma en que ha depurado a sus agentes en el último año y medio y por haber estado bajo el fuego de grupos criminales al son de más de 60 ataques en el año. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que a los muchachos del teniente Adelaido Flores se les están subiendo los humos y que ahora se sienten con licencia para cometer todo tipo de abusos contra civiles inocentes. Se comenta que en algunos casos los abusos no se dan ni siquiera con el propósito de sacar una “mordida” sino nada más por amor al arte y por darse ínfulas, mientras en Torreón los malandros deambulan libremente. A esto se agregan las múltiples denuncias contra agentes de Vialidad que, éstos sí, aprovechan su autoridad para extorsionar. Estas denuncias hechas por ciudadanos ponen en riesgo el trabajo de “limpia” que se ha hecho en la Policía municipal, pues los agentes no han salido más profesionales, sólo más prepotentes. Así que don Adelaido no haría mal en jalarle la rienda a sus muchachos.
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El Festival Cultural Revueltas que se acaba de clausurar en Durango dejó al descubierto de nueva cuenta la diferencia en el trato que el gobierno de Jorge Herrera Caldera da a la capital y a La Laguna. Como en años anteriores, los escenarios de Durango se llevaron la mayor tajada de los conciertos, mientras que en Gómez Palacio se realizaron sólo un par de eventos de renombre. Aunque en años anteriores esta diferencia era más descarada y ahora se intentó corregir, no se logró del todo. Pero lo peor fue que en Gómez Palacio los eventos se cobraron, mientras que en Durango fueron gratis y sólo se vendieron boletos para áreas “VIP”. Dicen nuestros subagentes que la instrucción que llegó del Instituto de Cultura del Estado fue que los conciertos no tuvieran costo, pero que aquí la directora municipal de Cultura, Renata Chapa, los cobró, porque los boletos regalados fueron a parar a los cuates. Sin embargo, esto resulta extraño pues, de ser cierto que los eventos eran gratis, hasta ahora nadie ha reprendido a la funcionaria por la venta de boletos, lo que sugiere que los organizadores del Festival estaban al tanto del “enjuague” o de plano no les interesa. Se dice que la alcaldesa Rocío Rebollo fue enterada de esta situación, así como el gober Herrera, pero nadie ha movido un dedo.
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Y en el ámbito cultura, de la peronera capital reportan que el Instituto Coahuilense de Cultura no es el responsable de retener el dinero pactado en el Presupuesto federal para apoyar a patronatos de museos, teatros y orquestas de Torreón, sino que esos recursos no han sido liberados por la Secretaría de Hacienda. Se comenta que incluso el Icocult no ha recibido dinero federal para sus propias operaciones, lo cual explicaría por qué se ha reducido o cancelado la actividad en centros culturales de Torreón. El problema, como se anotó en la columna anterior, es que Saltillo no ha corrido con la misma suerte, pues allá no se han cerrado centros culturales, como aquí, y el Festival del Ópera ya recibió los recursos federales. En este último caso se aclaró que la entrega del dinero fue gracias a los oficios del tenor Fernando de la Mora, que tiene vínculos familiares con el patronato, que a su vez tiene relaciones con el PAN. El problema es que esto pinta peor las cosas, pues ahora todos los organismos locales van a tener que buscarse una palanca de alto nivel para que les entreguen el dinero, porque al gobierno estatal nomás no le hacen caso.
