La detención del excerebro financiero del “Gobierno de la Gente”, Javier Villarreal, detonó todo tipo de especulaciones sobre la manera en que el gober con licencia Humberto Moreira y el gober electo Rubén Moreira contemplan manejar el asunto para minimizar el daño a sus futuros políticos. Desde agosto, aquí mismo se anticipó que el gobierno estatal podría proceder contra don Javier antes del cambio de gobierno con el objetivo de dar un hueso a roer a los que exigían que rodaran cabezas, pero también para anticiparse a la Procuraduría General de la República, que prepara sus expedientes contra el exfuncionario. Cumplido el trámite de proceder contra don Javier y uno de sus subordinados, Sergio Fuentes, el Estado puede darse un barniz de legalidad y ganarle la primera partida a la PGR.
Dicen nuestros subagentes que la PGR se confío pensando que la Fiscalía General del Estado nunca iba a proceder en el caso de la contratación de créditos irregulares. Sin embargo, esto difícilmente quitará la presión sobre el ahora jefazo nacional del PRI, pues los muchachos de Marisela Morales pueden lanzarse contra don Javier en cualquier momento. Y es que la supuesta “argucia” para juzgar al extitular del Satec en tribunales coahuilenses para evitar un proceso federal no tiene ningún sustento por la simple razón de que la PGR perseguiría otros delitos sobre los que Coahuila no tiene jurisdicción. Mientras que don Javier sería juzgado aquí por falsificar decretos del Congreso, en el fuero federal se puede consignar una averiguación por fraude bancario y fraude fiscal, por haber presentado documentos falsos ante Hacienda y los bancos. El caso es que la PGR puede mantener el asunto vivito y coleando hasta entrada la temporada electoral, aunque también tienen su historial de “michoacanazos” fallidos. Pero lo interesante es que un juicio en tribunales federales sería inmune a cualquier acuerdo que don Javier pudiera haber hecho con sus antiguos jefes para que fuera detenido y gozara de todas las comodidades par enfrentar su proceso, empezando por hacer trabajar toda una noche al juez Adrián González para que el inculpado no tuviera que sufrir las incomodidades de la cárcel durante más de 15 horas. Ahora el escándalo promete ponerse más interesante con la aparición de otro implicado, el exdirector de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, Fausto Destenave, pues habría firmado algunos documentos que no debía, antes de dejar la dependencia para irse de operador a la campaña de Rubén Moreira. Aunque ya está amparado y dice que se lo llevaron al “baile”, esto pudiera arriesgar su futuro en la próxima administración, pues al parecer el “Huracán Javier” ya está dejando daños en la clase política coahuilense.
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En una patente muestra de que nadie parece haber entendido las lecciones de la tragedia en la Guardería ABC de Hermosillo, el caso de una guardería del ISSSTE en Torreón que fue reabierta en desafío a una clausura por fuga de gas dejó al descubierto la ligereza con que se tratan las estancias infantiles. Pero lo más relevante es que la directora de la guardería que quitó los sellos de clausura sin haber reparado el riesgo de seguridad de casi 200 niños es Elsa Anaya Llamas, hermana del senador y primer compadre, Guillermo Anaya. El caso reveló que en eso de poner cuates y parientes en la nómina el PAN se pinta igual que el PRI y si bien era sabido que don Memo tiene a su grupo político bien colocado en la nómina federal, este es el primer caso en que aparece un familiar. Como hasta ahora nadie ha sugerido que la guardería fue clausurada por una venganza política del Estado y del Municipio, se confirma que el riesgo era latente en el lugar y que en cualquier momento pudo haber ocurrido una tragedia. Y don Memo se salvó de verse metido en un escándalo que, con toda seguridad, hubiera terminado su carrera política.
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Dicen nuestros subagentes escondidos en las arcas municipales que los tesoreros de Torreón, Pablo Chávez Rossique, y de Gómez Palacio, Miguel Chibli, están a punto de formar un grupo de apoyo mutuo ante la correteada que les han puesto sus respectivos cabildos. En Gómez Palacio se vive la situación más ridícula, porque los ediles del PRI la traen contra la alcaldesa Rocío Rebollo, a pesar de que son del mismo partido, y los del PAN la traen contra don Miguel, a pesar de que son del mismo partido. En este escenario y en la discusión de la Ley de Ingresos para 2012 creció la exigencia para destituir al funcionario a quien acusan de poco transparente con el dinero y de pretender mayores cargas fiscales. Lo mismo ocurre en el caso de don Pablo, a quien los ediles del PRI se le echaron encima a pesar de que son del mismo partido del alcalde Eduardo Olmos, por su intención de recortar estímulos y subir tarifas. Ninguno de los dos logró avanzar mucho, pues sus proyectos fueron tumbados por los regidores, que ya son alucinados por los dos encargados de las finanzas municipales. El caso de don Pablo llegó al extremo que ya se andaba desmayando en la sesión de Cabildo. Por eso no hay que sorprenderse si uno se topa a don Pablo y don Miguel compartiendo sus penas y una botella de tequila.
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Nuestros subagentes en la Presidencia Municipal comentan que la permanencia del alcalde Eduardo Olmos está prácticamente amarrada, lo cual ha dado pie a especulaciones sobre movimientos en su equipo de trabajo que habrían sido aplazados ante la falta de definiciones electorales, pero que ahora podrían proceder. Se comenta que uno de los que ya tiene un pie afuera es el jefazo de Obras Públicas, Miguel Algara, que más bien parece director municipal para la Ciclopista del Constitución, pues a veces parece que sólo enfoca su atención en esta obra. Otro que también estaría en la cuerda floja es el director de Catastro, Roberto Flores, para que por fin empiece el proyecto de modernización, y también se especula que el titular de Desarrollo Urbano, Arturo Lozano, también podría salir porque de plano nomás está para engrosar la nómina y no se nota mucho trabajo en su área.
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Hace un año exactamente, el hoy gober con licencia Humberto Moreira estaba en los cuernos de la luna. Congregó en Torreón para su quinto informe de gobierno a la crema y nata del priismo nacional que lo arropó como su próximo dirigente. Gobernadores y legisladores se dieron cita en la única ocasión en la historia que el aeropuerto local se saturó por el tráfico de jets privados. En un escenario a modo, don Humberto se despidió con el recuento de las cifras de su gobierno (las alegres, porque los miles de millones de deuda no aparecieron) y en menos de dos meses ya estaba encaminado a la presidencia nacional del PRI. Curiosamente, en esa ocasión, el entonces gober fue cuestionado sobre sus aspiraciones más allá de 2012, ante un posible regreso del tricolor a Los Pinos, y respondió que no estaba pensando en eso, y menos en el 2018, pues podrían pasar muchas cosas. Y, en efecto, pasaron muchas cosas. Don Humberto pasó de golpeador a golpeado, pues a su llegada al PRI tenía puyas que repartir a todos los actores políticos que traía atravesados en ese momento y ahora él es el destinatario de los dardos que le tiran de todos lados, incluyendo de su propio partido. Ahí está el caso del punto de acuerdo del Senado que exige a la PGR una investigación de los créditos de Coahuila que si bien fue presentado por el PAN, sólo pudo subir a votación con el consentimiento del pastor de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones. El panorama para don Humberto ha dado tal vuelco en el último año que ahora la pregunta es ¿cuándo?
