La muerte del secretario de Gobernación Francisco Blake es un duro golpe al presidente Felipe Calderón, que ha perdido a dos titulares de Gobernación en accidentes aéreos. Apenas una semana después del tercer aniversario de la muerte de Juan Camilo Mouriño, otro encargado de la política interior muere en condiciones trágicas. Esto obliga al Gobierno Federal a hacer una revisión profunda de sus operaciones aéreas, sobre todo cuando éstas son esenciales para las labores de seguridad y los altos funcionarios no han estado exentos.
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Desde la caída de un helicóptero que cobró la vida del secretario de Seguridad Pública Ramón Martín Huerta en 2005, hasta los hechos de ayer, la muerte de funcionarios vinculados a la seguridad en accidentes aéreos provocan todo tipo de rumores sobre las causas. Pero la pérdida de Blake también arrojará incertidumbre sobre la ejecución de la política de seguridad, pues en su oficina se concentraban los acuerdos para operaciones específicas, como el caso del operativo "Laguna Segura" lanzado hace unas semanas en conjunto con otras entidades. En esta columna se señaló varias veces la indiferencia que Blake, al igual que sus antecesores, mostraba al problema se seguridad en la región, pero en los últimos meses había modificado su actuación, al encabezar reuniones para armar nuevas estrategias de combate al crimen frente a evidencias de que el desempeño de las fuerzas federales no estaba dando resultados. Ante la tragedia, que tocó también al subsecretario Felipe Zamora, al director de Comunicación Social, José Alfredo García, y a cinco funcionarios y pilotos militares, esperamos que el nuevo mando en la Secretaría de Gobernación mantenga y mejore las operaciones de seguridad, y construya sobre lo que ya se ha trabajado.
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Dos rumores circulan en corrillos políticos locales y nacionales que pusieron a temblar a suspirantes a la candidatura del PRI al Senado. Como se había reportado, del lado de Torreón los tiradores son los exalcaldes Braulio Fernández Aguirre y Salomón Juan Marcos, y en la peronera capital parecía tener su lugar reservado el gober interino Jorge Torres López, o como segunda opción el pastor del Congreso, Fernando "El Diablito" de las Fuentes. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que los verdaderos jefes del PRI, Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones estarían pensando en mandar al gober con licencia Humberto Moreira, para darle al dirigente del tricolor una salida (con el consiguiente fuero) al escándalo en que se está enredando por la deuda de Coahuila. Mientras la suerte de don Humberto sigue atada a la elección de mañana en Michoacán, los cálculos en el PRI nacional indican que el Gobierno Federal soltaría la andanada jurídica el próximo año, por lo que se verían en la necesidad de sacar a don Humberto de los reflectores regresándolo a Coahuila con algo que hacer. Por lo mismo se descarta mandarlo de "pluri" pues como no tendría que hacer campaña, andaría medio suelto. En consecuencia, una de las dos posiciones en la fórmula iría para el gober con licencia. Pero si de los dos boletos ahora nada más queda uno, resulta que otro actor se metió en la contienda. Se trata de la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, que para llevar a su partido Nueva Alianza en coalición con el PRI, habría exigido algunas candidaturas al Senado, y dicen que Coahuila va entre las peticiones. Esto significa que el tricolor tendría que reservar un lugar en la fórmula a alguno de los líderes del sindicato de maestros en el Estado. Este escenario se ve más lejano, pero lo cierto es que los grillos locales corren el riesgo de quedarse chiflando en la loma al ser desbancados por prioridades políticas nacionales. Es que hay niveles.
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En el mundo de los cultureros reportan que la futura directora del Instituto Coahuilense de Cultura, Sofía García Camil, todavía no ocupa el puesto y ya empezó con problemas. Comentan nuestros subagentes que doña Sofía, en preparación para asumir la chamba, pidió a la actual dirección del Icocult la nómina de funcionarios y durante semanas le estuvieron dando largas en la oficina de quien será su antecesor, Armando Guerra. Cuando por fin se la dieron, dicen que la futura jefa del Icocult empezó a configurar su equipo y fue con el gober electo Rubén Moreira para comentarle cómo iba a llenar algunos puestos. Los subagentes dicen que la respuesta de don Rubén fue algo así como "espérate tantito", lo que se traduce en que doña Sofi no debe hacerse ilusiones de que va a poder colocar a su gente. Y menos cuando, añaden los subagentes, el gober electo le pidió hacerle un "campito" al mismísimo don Armando, para no dejarlo descobijado en la nómina. Quizá don Rubén ignore que el desempeño del actual director del Icocult ha dejado mucho que desear, al menos fuera de Saltillo, y que en La Laguna es alucinado por las principales instituciones culturales. Ahora que si la exigencia del gober electo para rescatar a don Armando no es negociable, pues doña Sofi haría bien en nombrarlo subdirector de Asuntos Sin Importancia y ponerlo en un lugar donde ya no haga daño.
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Y hablando del ambiente cultural, en Torreón algunos creadores e intelectuales han agarrado "de bajada" al director de Radio Torreón, Armando Cobián, con la organización de un encuentro nacional de radios culturales. Para empezar, don Armando se anda colgando la medalla del evento cuya sede para Torreón consiguió su antecesora, Dulce Pereda, pero lo que enfureció a los cultureros locales fue que no entienden cómo Radio Torreón puede organizar un encuentro de este tipo cuando la estación ha perdido su naturaleza cultural bajo el propio don Armando. Como ahora Radio Torreón está poblado de noticieros, programas deportivos y cumbias, no saben dónde quedaron las otras expresiones que la habían convertido en una de las mejores difusoras de cultura del país.
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Parece que las matemáticas no se dan mucho en el "Gobierno de la Gente" para explicar la deuda estatal. No nada más porque no les cuadran las cuentas y traen entre 18 y 20 mil millones de pesillos "bailando" en la explicación de cómo se gastaron los créditos, sino también porque a la hora de hacer los cálculos no han podido con sumas y restas elementales. Le sucedió al gober con licencia Humberto Moreira cuando dijo que él dejó una deuda de 8 mil millones en créditos registrados y 7 mil millones en cadenas productivas, pero como no sacó la calculadora, dijo que el total de esa suma era de "22 mil millones". Pero si ese parecía un caso aislado, luego vino el líder del Congreso, Fernando de las Fuentes, a demostrar que la "acalculia" es más extendida en la clase política estatal. (Y no sean mal pensados, esa palabreja significa incapacidad para realizar operaciones aritméticas). Cuando se hizo notar al "Diablito" de las Fuentes que, contra lo que presumía el gobierno estatal, el presupuesto de 2012 en realidad va a ser menor al de este año una vez descontando el servicio de la deuda, el jefe de los curulecos se quedó como venado lampareado y dijo que eso no era cierto. Cuando se le dijo que 32 mil millones de presupuesto menos 2,750 millones de pago de deuda daba un monto menor a los 31 mil del gasto de este año, insistió que no era cierto. Cuando se le enseñaron las cifras ya empezó a patinar y salió con que sí, bueno, pero la obra ahí está a la vista. O sea, lo que se ve no se pregunta, pero bajo esa lógica, al rato vamos a ver funcionarios asegurando que dos más dos son cinco. Y que nadie pregunte.