Un problema que cada día se acentúa en nuestro medio ambiente es la erosión del suelo lo cual es sinónimo de pobreza en el campo ya que un suelo erosionado no tiene vida, la erosión comienza cuando se elimina la vegetación y se remueve la capa superficial y continúa con las capas duras, en estas condiciones cuando llueve arrastran la tierra hasta volver el suelo estéril.
Una forma de corregir esta erosión es roturar la tierra de manera profunda, así los surcos abiertos retienen el agua de lluvia y la infiltran por las capas más profundas, la vegetación encuentra un suelo desmenuzado y buena cantidad de humedad, así muy pronto se cubre la vegetación herbácea, con el tiempo en ese lugar habra vegetación arbustiva y si se protege del fuego y sobre pastoreo se recuperara en pocos años la riqueza del ambiente.
ALTO AL FUEGO Y AL SOBREPASTOREO
Es importante que los productores del campo tengan la plena conciencia que le lleva a la pobreza y un forma de evitar o poner un alto a la erosión del suelo es eliminar el fuego y el sobrepastoreo, en el campo es común ver que los agricultores tengan suelos forestales sometidos a la agricultura y al pastoreo, estos terrenos producen cosechas y pastos por unos pocos años, pero esta produccion disminuye hasta hacerse totalmente nula; esta pobre cosecha se vuelve de subsistencia; la realidad hoy cada vez más común nos invita a reflexionar y recuperar la riqueza de nuestra madre tierra aquella que nos prodiga de vida traducida en alimentos para todos los seres vivos que habitamos en este planeta que lleva su nombre Tierra. Evitemos pues la erosión del suelo que sólo nos encamina a la pobreza y migración hacia tierras con mejores oportunidades de vida.
Existe un mensaje que dice que “Dios siempre perdona, el hombre a veces, la naturaleza nunca”, no dañemos pues nuestro planeta ni erosionemos nuestro suelo si queremos perpetuarnos en este mundo. A continuación el siguiente pensamiento que reduce en pocas líneas lo expuesto en este artículo.
EL UNDÉCIMO MANDAMIENTO
Heredarás tu santa tierra como su fiel sirviente conservando de generación en generación sus recursos y su productividad.
Salvaguardarás tus campos de la erosión de los suelos, tus aguas vivientes de que se sequen.
Tus florestas de la desolación y protegerás tus colinas del excesivo pastoreo, de modo que tus descendientes puedan disfrutar de eterna abundancia. Si faltares en esta servidumbre a la tierra, tus campos fructíferos se convertirán en campos pedregosos y estériles y en barrancas inaprovechables, y tus descendientes disminuirán y vivirán en la pobreza o desapareceran de la faz de la Tierra.
Dr.Walter C. Lowdermilk
