III.- Zuloaga y el entorno socio político regional.
En el tiempo en que Leonardo Zuloaga y J.I. Jiménez, compraron la hacienda de San Lorenzo de la Laguna (24 de abril de 1848), recién se había firmado el Tratado de Paz, en GuadalupeHidalgo, entre el ejército de ocupación de los Estados Unidos y el Gobierno de México. El documento se firmo el 2 de febrero de 1848 y fue ratificado hasta el 30 de mayo de ese mismo año; con ello México estaba perdiendo más de la mitad del territorio nacional.
Cabe decir que durante este conflicto, Zuloaga estuvo al pendiente de los movimientos de las fuerzas que ocuparonParras en diciembre de 1846 y que realizaron una expedición a la Laguna, entre el 7 y 17 de diciembre de ese año; para lo cual envió un comunicado a las autoridades de Durango, porque se presumía de los norteamericanos se moverían sobre dicha población.
Una vez que Zuloaga y Jiménez, habían tomado posesión de la hacienda de San Lorenzo de la Laguna, en noviembre de 1850, los pobladores de San José de Matamoros, El Gatuño y San Juan Nepomuceno de la Carrera, celebraron un contrato de compra venta con el gobierno del Estado de Coahuila por 11 sitios de ganado menor, por los que pagaron 1, 650 pesos. El gobierno del estado expidió el decreto correspondiente en febrero de 1851, en donde les daba posesión de dichas tierras a los matamorenses. Con anterioridad, en los años de 1832 y 1839, se había realizado sendas solicitudes de posesión sobre dichas tierras por parte de los matamorenses, sin haber conseguido desde esos años nada en concreto por parte del gobierno del estado.
Los colonos del área de Matamoros, presumían que las tierras denunciadas eran de las llamadas baldías; sin embargo Zuloaga una vez en posesión de los terrenos de la hacienda de San Lorenzo de la Laguna, alegaba que dichas tierras le pertenecían.
A partir de una reunión celebrada en San Juan Nepomuceno en mayo de 1851, entre los demandantes y Zuloaga, para aclarar la posesión de las tierras en disputa, ninguna de las partes cedía en sus demandas, y con ello se inició un problema agrario que con el paso de los años se fue haciendo cada vez mas grave.
En agosto de 1855, se presentó ante Zuloaga, José María López Portillo, individuo que se decía representante del gobierno de Vidaurri y de la gente de Matamoros, con la consigna de llevar a efecto la medición de los terrenos de la Laguna, para repartirlas según su criterio; no consiguió su objetivo, por no habérsele permitido por parte de Zuloaga. Portillo se hacía acompañar por cerca de 30 individuos.
Aquel reclamo de Portillo se vio apoyado por un plano realizado por el agrimensor FedericoWeidener, bajo la supervisión del entonces comisionado de terrenos baldíos José María Borrego. En el nuevo plano, en apariencia, los terrenos reclamados por los matamorenses, existían y se situaban entre las haciendas de Hornos, San Lorenzo y San Juan de Casta.
Por ese motivo y otros más, en ese tiempo nació una amistad entre Zuloaga y el gobernador Vidaurri, quien en algún tiempo fue llamado por el congresista Ignacio Ramírez “el nigromante”, como “la espada del Congreso”. Tal vez en el contacto entre estos dos personajes, Vidaurri y Zuloaga, tuvo mucho que ver el “amigo y compadre” de Zuloaga, licenciado Juan Antonio de la Fuente. Por siempre en aquella normal relación: “político-empresario”, Zuloaga se dirigió a Vidaurri como “Excelentísimo Señor Gobernador don Santiago Vidaurri”, para lo cual Vidaurri contestaba con un “Señor don Leonardo Zuloaga”. Ahora bien, aparte del problema con los matamorenses, Zuloaga tenía que afrontar el continuo ataque de los apaches, provenientes de la Unión Americana y que en ocasiones alcanzaban regiones de Durango, Zacatecas y Aguascalientes. Para ello, Zuloaga en varias ocasiones solicitó para resolver tal problema a su “amigo” Vidaurri, si no hombres, al menos las armas necesarias para resolver tan agudo mal. Vidaurri, no vio con malos ojos aquella propuesta y nombró a Zuloaga, coronel de las fuerzas de Parras, para que formara grupos en los ranchos de su propiedad y de esa forma tratar de repeler los ataques de los apaches. Propuesta que fracasó porque la gente de la Laguna “sentía cierta repugnancia por la carrera de las armas”; cuando se programaba alguna expedición contra los apaches, los lugareños preferían huir y esconderse en el monte, antes que dejar a su familia. Situación esta que los apaches veían en su favor para continuar con la depredación en tierras laguneras.
Este aspecto lo captaron los apaches para proseguir con sus depredaciones en la región de Hornos y puntos circundantes.
Para cubrir aquella deficiencia en la defensa de la región, Vidaurri considero la opción de enviar un importante número de individuos miembros de las tribus de los Seminales y Mascogos que se habían asentado en el Nacimiento, en las cercanías de Múzquiz, Coah., y que en 1850 habían emigrado hacia territorio nacional, evadiendo la esclavitud de la Unión Americana.
Dichos individuos eran expertos en acciones de guerra con gran experiencia en las armas; su área de acción comprendía la región norte de Hornos hasta la villa de Mapimi.
Ya para 1856, dichos indios norteamericanos se encontraban en la región de la Laguna y sin embargo todavía para 1859, Vidaurri, autorizó el traslado de otros 164 negros a la región de Hornos, quienes se asentaron principalmente en los ranchos de Hornos, El Burro, San Nicolás, y San Juan Bautista, por el rumbo de San Pedro. El jefe más sobresaliente de los Mascogos fue Juan Caballo, personaje de leyenda que bien vale una distinción como defensor de estas tierras de la Laguna. El 5 de febrero de 1857, se expidió al Constitución, bajo los postulados del Plan de Ayutla, cuyo objetivo era quitar del mando nacional a Santa Anna y se nombro como presidente de México a Ignacio Comonfort, quien en enero de 1858, fue destituido por el conservador Félix María Zuloaga, por medio del Plan de Tacubaya que iba en contra de las disposiciones de la Constitución de 1857. Con estos hechos empezó un nuevo conflicto nacional, la llamada Guerra de los Tres Años o Guerra de Reforma, entre liberales y conservadores. En la región de la Laguna, aquellos acontecimientos realmente no tenían impacto, ya que por lo general todos eran vidaurristas, mas que liberales y conservadores. Los liberales eran seguidores de Vidaurri y los conservadores no existían, cuando mucho llegaron a Durango.
En diciembre de 1859, hizo su aparición en Durango el militar español Domingo Cajén, quien llegó como representante de los conservadores en dicho estado. En 1860, ocupó el gobierno de Durango en dos ocasiones; sus incursiones por suelo lagunero fueron frecuentes, ya que por acá operaban los liberales vidaurristas. Cajén se hacía acompañar principalmente por los llamados tulises, expresidiarios de la cárcel de San Andrés de Teul, Zacatecas. Sus intenciones era conseguir gente para engrosar sus filas con laguneros, algunos de estos se le unieron en forma voluntaria y otros se integraron a Cajén pormedio de leva. De Matamoros se llevaron 42 individuos y de San Lorenzo de la Laguna 18. En dichas incursiones estas bandas de exaltados causaban enormes destrozos y robos en las propiedades de Zuloaga. En este tiempo las propiedades de Zuloaga eran paso obligado de las tropas liberales que se movían entre Durango y Monterrey, para lo cual Zuloaga siempre estuvo presto para facilitarles todo lo que les solicitasen en cuanto a utensilios y alimentos, para con ello cumplir con la confianza de Vidaurri y conseguir sus favores. En ocasiones Zuloaga se quejaba de que los jefes liberales, abusaban de su puesto y que le sustraían de sus propiedades, objetos y cabalgaduras sin su consentimiento y que en ocasiones ya no le regresaban lo que les prestaba. A pesar de ello en marzo de 1860, Leonardo Zuloaga, fue acusado de hacer algunas publicaciones en Durango a favor de Cajén, motivo por el cual Vidaurri, envió a Hornos al coronel parrense Máximo Campos para que lo aprehendiese y de ser necesario lo fusilara.
Dicho militar se presentó en Hornos, con su gente y acompañado de un sacerdote para que asistiera al acusado espiritualmente. Tras este incidente Zuloaga permaneció arraigado en Parras por cerca de dos meses mientras se aclaraban las cosas que se le imputaban.
Mientras tanto los problemas con los matamorenses continuaban; y Zuloaga pidió a Vidaurri que a cambio de que desalojaran losmatamorenses del rancho que ocupaban (San José de Matamoros) les daría unos terrenos en el Valle del Sobaco, lugar situado al norte de lo que hoy es San Pedro de las Colonias. Para ello en enero de 1863, un grupo de campesinos matamorenses viajaron a la ciudad de México para exponer directamente su problema ante el gobierno del presidente Juárez y lograron al menos, que el Ministerio de Fomento, les expidiera un comunicado para el gobierno del estado, para que por ninguna manera los expulsara de las tierras que ocupaban.
En este tiempo se le presentó a Zuloaga otro problema, ahora fue con su antiguo socio J.I. Jiménez; problema que surgió porque Jiménez había realizado algunas obras en la presa de Calabazas, que lo que afectaban considerablemente en cuanto al uso de las aguas del Nazas.
En abril de 1863, se dio el primer encuentro armado entre los matamorenses y la gente de Zuloaga, que en número de 160 individuos iban capitaneados por Pablo Mier. Los campesinos de Matamoros eran dirigidos por Darío López Orduña y por Juan Borrego. El resultado de este enfrentamiento fue totalmente desastroso para la gente de Zuloaga, ya que junto con Mier, fueron pasados por las armas algunos de sus administradores de los ranchos y haciendas de su propiedad; tras de estos hechos Vidaurri prometió a Zuloaga que enviaría a la región un total de 500 elementos para que pusiesen orden en las tierras laguneras. El grupo vidaurrista era dirigido por el coronel Vicente de la Garza, quien ya en la región de Hornos, logró contactar con los cabecillas del movimiento y pudo enviar hacia Monterrey a López Orduña y 9 de sus principales colaboradores.
Tras este primer ataque de losmatamorenses, que claramente eran apoyados por la gente de Durango y en especial por Jiménez, y J.N. Flores, entre el 15 y 19 de octubre de 1863, se dio el tiro de gracia al latifundio de Zuloaga.
Losmatamorenses, ahora bajo el mando de Jesús González Herrera (aquel antiguo burgués descendiente de los antiguos propietarios de la hacienda de los Hornos), asaltaron el rancho de la Concepción y la Hacienda de Hornos. Y tras de esos hechos Vidaurri, todavía envió al general Pedro Hinojosa para tratar de aplacar a los alzados, quien inflingió serias derrotas a los matamorenses. Aún y cuando los sublevados consideraban obtener algún perdón por parte de las autoridades del estado, la situación en las propiedades e Zuloaga era un verdadero caos, se perdieron los cultivos, el ganado fue robado y en fin la situación para Zuloaga al parecer había terminado en la región de la Laguna.
En 1864, Zuloaga se dirigió a Monterrey con el fin de obtener alguna respuesta positiva por parte de Vidaurri, respecto a la situación de sus propiedades, sin embargo aquel encuentro terminó en un altercado entre gobernador y hacendado, a grado tal de que éste fue enviado por Vidaurri a prisión.Apartir de allí la salud de Zuloaga empeoró y concluyó con su muerte en febrero de 1865. Vidaurri se fue con los del Imperio y los matamorenses consiguieron las tierras en disputa en septiembre de 1864, mediante decreto del presidente Juárez, cuando su gobierno itinerante estaba en el pueblo de Mapimí y al antiguo rancho de San José de Matamoros se le dio el nombre de villa de La Laguna de Matamoros.
Fuente:
*.-Contreras Palacios Gildardo. Matamoros de la Laguna. Notas sobre su Origen y Fundación. Colección Centenario. Tomo XVI. 2004.